Kevin Pacsi Huarcaya es el nombre de un taxista de 30 años de edad que fue detenido el pasado jueves por la Policía Nacional (PNP) al ser considerado como el principal sospechoso del feminicidio de dos mujeres en la provincia de Arequipa.
Según informó el coronel PNP Fernando Portugal, jefe de la Divincri, se consideró solicitar ante la Corte Superior de Justicia la detención preliminar contra el conductor de taxi, luego de que un vídeo de seguridad de un centro comercial captara un vehículo negro —con las mismas características que posee el detenido— recogiendo a la venezolana Algledys Arguello.
El presunto feminicida, a quien la Policía le atribuye la hipótesis de un psicópata sexual con afición de asesinar a mujeres dedicadas a la prostitución, se encuentra bajo custodia en la División de Investigación Criminal (Divincri) donde deberá cumplir los siete días de detención.
Se conoció que desde su detención, Kevin Pacsi no ha emitido ninguna declaración ni autodefensa al ser cuestionado sobre los asesinatos de Algledys Arguello y Jurimar Capote, cuyas muertes se dieron en circunstancias bastante similares.
Las autoridades policiales y fiscales se encuentran recopilando más pruebas a fin de que se dicte una prisión preventiva y las investigaciones se desarrollen a profundidad. Se espera que este proceso permita esclarecer completamente los detalles de estos crímenes y que se haga justicia en memoria de las víctimas.
Taxista sería un asesino serial
El primer asesinato ocurrió el 28 de diciembre del pasado año cuando Jurimar Capote, una joven de 19 años, fue hallada sin vida en una sequía de la zona conocida como Congata, entre los distritos de Tiabaya y Uchumayo. Las pericias apuntaron a que la extranjera de nacionalidad venezolana murió por asfixia mecánica y tenía signos de haber sido violentada sexualmente.
Las amigas de Jurimar, quienes se dedican a la prostitución, indicaron que ella trabajaba ofreciendo estos servicios cuando un sujeto con las características de Kevin Pacsi la contrató.
Las declaraciones de las mujeres no fueron suficientes, además en este caso, las cámaras de seguridad no captaron cuándo y dónde Jurimar subió al vehículo que pertenecería al detenido. No obstante, otro asesinato ocurrió y el pasado 02 de octubre se halló el cuerpo de Algledys Arguello, otra venezolana ultimada con las mismas características.
El cuerpo sin vida de la extranjera de 21 años de edad presentaba los mismos signos de crueldad. Esta vez, el vídeo de seguridad donde la mostraba subiendo al vehículo, antes descrito— en las inmediaciones del grifo del centro comercial Gratersa, ubicado en la avenida Andrés Avelino Cáceres— abría paso a que un solo sujeto habría cometido ambos crímenes.
A esta prueba se sumó también las declaraciones de las otras meretrices quienes señalaron que este sujeto pasaba a bordo de un auto negro ofreciendo dinero, pero no para tener intimidad, sino por compañía y besos en la boca.
“Ella (Algledys) fue a un servicio (sexual). Después no apareció más. Cuando ya nos enteramos es que ella estaba muerta. Ya van dos con ella y encima la han lanzado en el mismo lugar. Son dos de nosotras que han matado. Sabemos que fue la misma persona”, dijo una de la venezolana.