Las personas a menudo tienden a añorar la etapa escolar en medio del caos de la ciudad y las responsabilidades que conlleva ser adulto. Durante la infancia, nuestras responsabilidades se limitaban a realizar las tareas escolares, jugar y desarrollar lazos amicales que perduran en el tiempo. Cuando se les pregunta a las personas acerca de sus recuerdos del colegio, algunos cuentan sus experiencias de la primaria o la secundaria con alegría, mientras que a otros les embarga una profunda tristeza. Sin embargo, pocos hablan de lo que experimentaron durante la primera infancia.
¿A qué se debe esta falta de recuerdos de la primera infancia? Estudios han demostrado que antes de los cuatro años, los niños no tienen la capacidad lingüística ni cognitiva para formar recuerdos sólidos. Además, se sabe que las memorias de los niños de entre 4 y 7 años tienden a ser frágiles y se borran con facilidad.
Ahora bien, las experiencias de la infancia tienen un impacto en el desarrollo a lo largo de toda la vida de una persoana, por lo que es importante que los menores tengan una buena educación. Si bien en la actualidad las autoridades, profesores y padres de familia le han dado la importancia debida a la educacion inicial, la historia nos dice que esto no siempre fue así.
Antes y durante la Guerra del Pacífico ―periodo en la historia del Perú en el que perdimos territorio, compatriotas y la inocencia de los niños―, el Estado no se preocupaba por la infancia. Prueba de ello es la ausencia de kindergartens en el territorio nacional. Ante este contexto, los peruanos enfrentaron un panorama incierto.
Después del conflicto bélico que dejó una profunda devastación en el territorio peruano, surgieron mujeres que, a través de su trabajo, marcaron el rumbo de lo que hoy en día es la educación inicial. Una de estas destacadas féminas fue Juana Alarco de Dammert, quien fundó la Sociedad Auxiliadora de la Infancia en 1896 con el propósito de establecer centros educativos para niños de 0 a 7 años.
Otra mujer que contribuyó significativamente a este esfuerzo fue Elvira García y García Bert. A pesar de compartir ideas con Juana Alarco de Dammert, Elvira era una mujer con un espíritu joven y un fuerte deseo de aportar a la sociedad. Así, en 1902, fundó el primer jardín de infancia o kindergarten (educación preescolar) del Perú.
Antes de tomar esta trascendental decisión, Elvira había fundado en el Callao el Liceo Peruano, destinado a la formación de señoritas, en 1883, en las postrimerías de la guerra con Chile. Once años después, asumió la dirección del Liceo Fanning de Lima, demostrando una concepción más moderna de la docencia y llevando a cabo reformas, como la introducción de cursos de educación física.
En ese contexto, las personas de aquel entonces experimentaron temor a lo desconocido y luego rechazaron la propuesta de implantar cursos educación física en el colegio. Los padres de familia no solo expresaron su desacuerdo, sino que tomaron una decisión radical: retirar a sus hijas de la institución educativa en la que Elvira estaba a cargo, ya que consideraron que la práctica de ejercicios físicos podría ser perjudicial.
Los aportes vanguardistas de Elvira García y García
Algunos podrían preguntarse por qué las mujeres intelectuales no dieron importancia a la primera infancia en la primera mitad del siglo XIX. La respuesta es que en las primeras décadas de 1900 no existían estudios significativos en este campo, por lo que no había una base de conocimiento que respaldara la creación de jardines de infancia o preescolares.
A medida que surgieron los primeros estudios en psicología infantil en la segunda mitad del siglo XIX, las autoridades peruanas no tomaron medidas para atender a los niños en una etapa crítica en la que se establecen las bases para un futuro exitoso. Ante la ausencia de apoyo estatal, mujeres independientes decidieron aportar a la sociedad con sus ideas y propuestas en el campo educativo.
Una de esas mujeres destacadas fue Elvira García y García, quien en 1902 fundó el primer kindergarten para niños de 2 a 8 años en el Perú. Este espacio educativo se creó como una extensión del Liceo Fanning para señoritas y se encuentra actualmente ubicado junto a la Institución Educativa Teresa González de Fanning, en Jesús María.
En diálogo con TV Perú, la historiadora María Emma Mannarelli señaló que Elvira García y García estuvo cerca de Juana Alarco de Dammert cuando fundó la Sociedad Auxiliadora de la Infancia. Esta experiencia habría servido a la profesora para fundar el primer kindergarten del Perú. Mannarelli también destaca el trabajo de la Cuna Maternal, que no solo cuidaba a los niños en la primera infancia, sino que también orientaba a las mujeres trabajadoras.
En cuanto a los planteamientos educativos de Elvira, se destaca su énfasis en la importancia de la formación de una personalidad basada en la justicia, la comprensión y la participación de los padres en esta tarea educativa.
Sobre el aporte de Elvira al ámbito educativo, la antropóloga Themis Castellano dio a conocer otras iniciativas de la educadora. “Ella ya está hablando del kindergarten como una institución pedagógica donde se rescate una estrategia pedagógica para promover la inteligencia a traves de la curiosidad, el juego y el movimiento”, indicó.
“Entonces ella se preocupa mucho, por ejemplo, en comentar la importancia del mobiliario, de la disposicion de los objetos y del tipo de juguete. Entonces, se puede decir que se comienza a trabajar con juguetes didácticos. El juego es una forma de conocimiento, el juego guiado tambien es parte de la educacion”, agregó.
Cabe mencionar que Elvira empleó métodos de Froebel, como el juego, que es un método de aprendizaje, y el educador como guía. Además, promovió la abolición del castigo como estrategia educativa.
En resumen, las mujeres independientes como Elvira García y García Bert desempeñaron un papel fundamental en la promoción de la educación de la primera infancia en el Perú, marcando un hito en la historia del Perú. Sus ideas y esfuerzos contribuyeron significativamente al desarrollo de la educación preescolar y al bienestar de los niños peruanos.