La prestigiosa casa de subastas Doyle, con sede en Nueva York (Estados Unidos), canceló poner a la venta al mejor postor dos pinturas religiosas de origen cusqueño, nombradas como La huida a Egipto y Virgen de las Mercedes, por tener serias sospechas de haber sido robadas en el 2012 de las paredes del templo Nuestra Señora de la Asunción, en el distrito de Chucuito (Puno), informó Ojo Público.
“Las dos pinturas han sido retiradas de la subasta”, confirmó Louis LeB. Webre, vicepresidente senior de Marketing y Medios de Doyle, al citado medio, que los alertó sobre la dudosa procedencia de los cuadros. De acuerdo al vocero de la casa vienen “cooperando con las autoridades en su investigación”.
En un completo informe, el portal de investigación reveló que las dos pinturas están incluidas en una alerta de robo del Ministerio de Cultura, emitida el 11 de mayo del 2015. Ambas habrían salido del Perú, luego de ser parte de la sustracción de 16 objetos del patrimonio histórico del templo puneño, ocurrido el 9 de febrero de 2012. Los ladrones, esa vez, también se llevaron coronas, potencias y seis lienzos.
“La evidencia es suficiente para solicitar la repatriación”, dijo Evelyn Centurión, directora de la Dirección de Recuperaciones del Ministerio de Cultura, tras asegurar que las obras que se iban a subastar son las mismas que fueron robadas al Perú hace años.
Todo quedó registrado por la Policía
Según el reporte, el hecho quedó registrado en una denuncia policial, luego que una comitiva integrada por policías, un fiscal y el parróco de ese entonces verificaran que, efectivamente, se produjo el robo. “A la hora de ingresar, la suboficial a cargo de llevar el acta registró que una de las puertas de madera tenía la chapa rota, y que en uno de los primeros ambientes había muebles con las gavetas abiertas y objetos desperdigados en el suelo”, detalló Ojó Público.
Los años pasaron y, pese a que se tomó las huellas dactilares de los posibles ladrones, no se les pudo identificar en el transcurso de más de diez años. La situación cambió cuando Doyle anunció que, el miércoles 11 de octubre, iba a poner al martilleo dos pinturas, con un valor de entre 7 mil y 12 mil dólares. Un experto reconoció los lienzos cusqueños y, posteriormente, se pudo frustrar la subasta.
El medio remarcó que las referencias a ambas obras en el acta policial del robo del 2012 coinciden con las descripciones del inventario de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, un documento manuscrito realizado en mayo del 2004. Además, también estaban plenamente identificadas un año antes, en agosto del 2003, por un equipo del entonces Instituto Nacional de Cultura (INC), antecesor del actual Ministerio de Cultura.
Se busca una posible restitución
De acuerdo a la investigación, tanto el acta policial como los registros gráficos y descriptivos cumplen con los requerimientos para un eventual pedido de restitución.
En el informe también se hace mención a un oficio emitido por el Ministerio de Culturas de Bolivia el 23 de marzo del 2012, que da cuenta del caso tras una comunicación recibida a través de la Cancillería de ese país.
Dicho documento incluye las fotografías de siete cuadros, dos coronas y un par de objetos más que acababan de ser reportados como robados en la iglesia del distrito de Chucuito. Allí figuran las dos pinturas cusqueñas en cuestión.
“(...) coadyuvar a través de las instancias correspondientes de las unidades que resguardan nuestras fronteras, para que tomen las precauciones necesarias a fin de evitar su ilícita comercialización y se facilite su recuperación”, instó -por ese entonces- el ministerio boliviano a su autoridad aduanera.
Trascendió que no es lejana la posibilidad que el Perú recupere estos dos cuadros cusqueños, pero tampoco se trata de un trámite sencillo, pese a los contundentes documentos que aparentemente lo prueban.