El embarazo infantil en el Perú se ha convertido en una problemática grave a nivel nacional. De acuerdo a un reciente reporte del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada día, al menos 11 niñas quedan embarazadas y cuatro se convierten en madres.
El informe publicado el miércoles 11 de octubre, con motivo del Día Internacional de la Niña, precisó que estos casos son producto de abusos sexuales, muchos de ellos cometidos por personas de confianza.
“Esta situación refleja las desigualdades generacionales, socioeconómicas y territoriales que están arraigadas en la desigualdad de género. La violencia y el abuso sexual, el control sobre el cuerpo y las limitaciones en la educación sexual y los servicios de salud reproductiva son algunas de las manifestaciones de esta desigualdad”, informó el UNFPA mediante un comunicado.
El ente hizo especial énfasis en que el Código Penal del Perú considera a cualquier relación sexual con una menor hasta los 14 años como violación. Pese a esto, evidenció las inconsistencias en las leyes nacionales al autorizar el matrimonio de adolescentes de dicha edad con hijos o embarazadas.
Aunque para ello se requiera el consentimiento de sus padres y de un juez, el UNFPA recalcó si el embarazo ocurrió antes de dicha edad, “el matrimonio sería coincidente con un delito de violación, según la norma legal vigente”.
“La vida de una niña debería comenzar como debería comenzar cualquier otra vida: como un libro abierto en el que pueda escribir su propia historia. No obstante, desde el momento en que una niña respira por primera vez, ya se encuentra en desventaja sencillamente porque nació niña”, reflexionó Natalia Kanem, directora ejecutiva de la entidad.
La maternidad forzada y sus consecuencias
A su vez, el UNFPA informó que el 85% de estas jóvenes madres proviene de los estratos de bajos ingresos económicos, lo que refleja “la urgente necesidad de tomar medidas para prevenir el embarazo adolescente y proteger a las niñas de abusos y violencia, y eliminar la figura del matrimonio infantil”.
Frente a esto, también se debe considerar los efectos que la maternidad temprana tendrá en la salud de las menores, los cuales “son duraderos y puede ser negativo en la vida de las niñas y adolescentes”.
“Además de la deserción escolar, las dificultades para acceder a un trabajo decente y las condiciones de pobreza, estas madres forzadas también enfrentan complicaciones en el embarazo y el parto, así como un acceso limitado a la atención médica. Estas circunstancias derivan en lesiones físicas y mentales, e incluso en muerte. Cuando el embarazo es resultado de abuso sexual, también existe el riesgo lesiones autoinfligidas, incluido el suicidio”, advirtió.
Según el organismo de las Naciones Unidas, son más de 56.000 niñas y adolescentes en Perú las que comienzan a convivir y casarse con una pareja cada año. En su mayoría, estos hombres son mucho mayores que ellas.
“Es fundamental involucrar a los hombres a temprana edad en estos procesos educativos para deconstruir actitudes y prácticas que justifican las normas discriminatorias de género que lesionan la integridad de niñas, adolescentes y mujeres”, expresó.
Canales de ayuda
Si conoces o eres víctima de violencia contra la mujer e integrantes del núcleo familiar, puedes comunicarte de forma gratuita a la Línea 100, la cual “brinda información, orientación, consejería y soporte emocional en quechua, aimara y castellano para las personas afectadas”. Puedes contactarte desde un teléfono fijo o un celular, recuerda que atiende las 24 horas del día y los siete días de la semana.
También puedes acudir a uno de los Centros Emergencia Mujer (CEM), que se especializan en ofrecer “atención integral y multidisciplinaria” para sobrevivientes. Cuenta, además, con asesoría legal, contención emocional y apoyo social a nivel nacional. Atiende de lunes a viernes, en el horario de 8.00 a.m. a 4.15 p.m., mientras que los que se hallan en comisarías funcionan las 24 horas del día. Para más información, comunícate al (01) 419 7260.