En un vibrante y devoto ritual, que une lo sagrado con lo ferviente, cada año, las voces melodiosas de las cantoras y el aroma singular de las sahumadoras se entrelazan en una procesión única: la del Señor de los Milagros.
La hermandad, de la que solo son partícipes los elegidos y persistentes de fe, acompañan cada año a los pies del Señor de los Milagros. Cecilia Frías y Roxana Chiong, cantora y sahumadora, respectivamente, acompañan hace más de 30 años al Cristo Moreno. Para ellas la fe es tan grande que han prometido seguir a sus pies “hasta que el Señor lo permita”.
La prolongación de la vida de su padre gracias a su fe
En una de las quintas de Barrios Altos, dónde algunas casas aún mantenían el material de quincha y madera, encontramos a Cecilia Frías, ferviente devota que forma parte de las cantoras de la hermandad del Señor de los Milagros desde hace 31 años.
“Cuando le quitaron toda esperanza de vida a mi padre, yo me entregué al señor, le di mi dolor. Cuesta bastante, pero poco a poco uno va pidiendo y es escuchado. Mi padre me acompañó 10 años más”, dijo a Infobae Perú.
“Pasaron algunos años y mis padres fallecieron, casi al mismo tiempo. Mi padre se fue un 29 de marzo y mi mamá el primero de abril. Por coincidencias de la vida, el Señor de los Milagros salió un 14 de abril, un viernes santo. Recuerdo claramente que lo primero que hice cuando vi la imagen de mi Cristo Moreno fue ¿por qué los 2, por qué había pasado todo eso?. Sin embargo, luego logré darme cuenta que el dolor me estaba haciendo dudar de mi propia fe, ya que a raíz de la muerte de mis padres se acercaron épocas difíciles, pero como siempre repetía mi madre: ‘Mientras más oscura la noche, pues más clara será la mañana’”, agregó.
Entre los pasajes del centro de Lima, cuando las calles pintan de morado y la fe se respira en el aire, encontraremos a Cecilia, quien forma parte del tercer sector de la hermandad del Señor de los Milagros. Ella acompaña, a los pies del Señor, alrededor de cinco horas, tiene que caminar de espaldas entonando sus cánticos a la venerada imagen. Para ella, la fe es tan fuerte que durante ese tiempo se olvida del frío, del hambre, del sueño y del dolor.
Cuando Cecilia nació le detectaron una lesión en la columna, con el paso de los años este dolor ha ido aumentando. Durante su revisión médica, nos comentó, le prohibieron caminar distancias largas y cargar peso, pero ella asegura que estará presente durante las 4 fechas del recorrido del Señor de los Milagros.
”Yo voy a caminar hasta que el Señor me lo permita, no me voy a detener, el dolor a mí no me va a detener. Yo puedo y lo lo voy hacer, de eso estoy convencida. Mientras Dios me dé vida, yo lo acompañaré a cada recorrido, desde su salida hasta la hora en que sea guardado”, manifestó.
En épocas de Covid-19, la venerada imagen no salió en procesión por dos años. Sin embargo, esto no fue impedimento para Cecilia y otros devotos, pues llegaba octubre y la fe los mantenía en el jirón Huancavelica, a puertas cerradas, rezaban en las afueras de la iglesia. Al año siguiente, el escenario fue parecido, pero al menos esta vez lograron ver al Señor de los Milagros.
Recordó que ese día cantó desde las 7 a.m. hasta las 2 p.m. A viva voz, a través de los cánticos, lograba transmitir esa ferviente fe que caracteriza a los miles de peruanos que cada año acompañan el recorrido de la procesión.
Cómo muchos, nos preguntamos ¿Cuál fue el proceso de selección para ser parte de cantoras de la hermandad del Señor de los Milagros? Cecilia, quién además se caracteriza por su gran carisma y buen humor, explicó que el proceso no es complicado.
Te tienes que presentar a la puerta de una de las cuadrillas, puede ser con algún representante de la hermandad o incluso tú sola, y les comentas que quieres ser parte del grupo de cantoras. Te darán una carta pase y tienes que cumplir con cada requerimiento durante todo el proceso, de los cuáles son asistir a una escuela dónde se realizarán las charlas, ir a retiros espirituales, pero lo más importante: tener mucha fe.
A partir de los 18 años te puedes presentar para formar parte de este grupo de hermanas, son ellas quiénes deciden si quedas, y en caso no, puedes seguir postulando por un tiempo más.
La fe perdura a través de las generaciones
Muy cerca a los parques del distrito del Agustino, rodeada de parques y muros coloridos, encontramos a Roxana Xiao, sahumadora del Señor de los Milagros.
A través del transparente humo blanco que brota de cada pebetero, cuyas cenizas están a base de carbón de sauce, mirra, incienso y sahumerio, ella limpia y perfuma el camino del Señor.
Roxana es integrante de la hermandad desde hace 34 años. Fue parte de la directiva, pero por la demanda del tiempo se retiró. Sin embargo, sigue siendo integrante principal de cada recorrido que guía al Señor de los Milagros.
La devoción la ha heredado de generación en generación, desde pequeña le inculcaron la ferviente fe que se le debe tener al Cristo Moreno.
La venerada imagen ha intervenido en muchos episodios de su vida. Cuando su madre estaba en plena labor de parte, se dio uno de los terremotos más fuertes que presenció el país, con una magnitud de 7.4, destrucción de casas y edificaciones, vino al mundo su hermano.
“La devoción la tengo desde la barriga de mi mamá. Toda mi familia es devota y parte de la hermandad. Desde mis abuelos hasta mi hijo. Gracias a Dios no nos pasó nada, nosotros estábamos pequeños y no entendíamos lo que estaba pasando, pero el Señor nos protegió”, dijo a Infobae Perú.
Otra situación que aseguró la presencia del Cristo Moreno en su vida fue cuando su madre estaba muy mal de salud, su arraigada fe e infinita entrega hicieron que su madre se salve. Sin embargo, con la mirada cabizbaja y con los ojos brotando algunas lágrimas acepta que todos tienen un ciclo. Su madre falleció hace 2 años, pero la recuerda de la manera más pura y hermosa, como una hija que ha amado sin condición a su madre mientras la tenía a su lado.
Para ella es un privilegio estar a los pies del señor, acompañándolo en el camino de su procesión. Como nos comentó durante la entrevista: ”Llaman a muchos, pero muy pocos perseveran”, complementó.
Cada mes de octubre, Roxana tiene el privilegio de formar parte de esta ferviente agrupación, curiosa nos cuenta que ellas no tienen que caminar normal, ya que otra de sus funciones es darse cuenta si el piso, por dónde pasará la sagrada imagen, está liso o si tiene alguna imperfección. Por eso durante las cinco horas de recorrido aproximadamente, ellas tienen que arrastrar el pie sin bajar la mirada en ningún momento.
Su rutina inicia a las 12 de la media noche y termina aproximadamente a las 3 a.m., aproximadamente porque pueden ocurrir situaciones dónde se queden más tiempo.
Recordó que hubo un año, cuando el Señor de los Milagros llegó a la avenida Brasil y tuvo una sus rutinas más largas: inició a las 11:00 p.m. y terminó a las 8 a.m. debido a que pasaron algunos inconvenientes con la sagrada imagen, por lo que el horario se extendió. Ella es parte del quinto sector, ese día al lado de sus compañeras prometieron acompañar a la venerada imagen hasta que terminé con su recorrido, y así fue.
”Tú puedes estar cansada, pero hay algo que te motiva a que sigas caminando y acompañando hasta el final a mi Cristo Moreno, es algo indescriptible”, manifestó,
Pero, no todo el accionar de las hermandades es en octubre, Roxana expresí que a lo largo del año también realizan obras sociales. Cada cuadrilla se organiza y en festividades como Navidad y realizan visitas a los asilos, asentamientos humanos dónde obsequian regalos, comida y mucho más.
También viajan al interior del país, hace poco fueron a Ticlio, lugar que se caracteriza por las bajas temperaturas y altos índices de pobreza. Suelen obsequiar frazadas y ropa, donaciones que son guardadas por las hermandades y que luego serán entregadas a los que más lo necesitan.
Finalmente, Roxana aseguró que la fe depende de uno mismo, es algo que a uno le tiene que nacer, pero cuando te entregas al Señor, no hay vuelta atrás; siempre serás escuchado.