El 2023 no ha sido un buen año para el desarrollo del aparato productivo nacional por diversos factores, entre los cuales asoman por encima de los demás los conflictos sociales y los efectos climáticos que tan negativo impacto han supuesto en los diferentes sectores de utilidad del Perú. Si bien los esfuerzos por parte del Gobierno se han centrado en la reactivación económica y en la prevención ante posibles desastres en el futuro, las consecuencias de los efectos climáticos, la impredictibilidad del clima o, en su defecto, las condiciones adversas que este mantiene siguen significando un obstáculo en el rendimiento de diferentes campos. En esta línea, el mercado energético enfrenta un panorama desfavorable: las prolongadas sequías en el sur y el centro del país, producto del fenómeno de El Niño, han producido un desabastecimiento de agua en los reservorios de las hidroeléctricas, incrementando el costo de la generación eléctrica.
César Butrón, presidente del Directorio del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), participó el pasado martes, 3 de octubre, en la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República, donde declaró:
“El encarecimiento de la producción de la energía eléctrica responde a la escasez de agua y lluvias en las zonas centro y sur del país, ya que es ahí precisamente donde se encuentran los grandes reservorios de las hidroeléctricas. El precio se ha disparado en los últimos meses, ascendiendo de los US$30 MWh a los US$200 MWh”.
Escasez de agua obliga a explotar métodos alternativos
Butrón indicó que la escasez de agua ha obligado a las hidroeléctricas a reducir su participación, por lo que diversos métodos alternativos están siendo utilizados para suplir la demanda eléctrica. Tales como, por ejemplo, la quema de petróleo durante casi las veinticuatro horas del día, según lo indicó la Asociación Peruana de Energías Renovables (SPR).
“La generación a través del gas natural se está utilizando al máximo disponible”, afirmó Butrón. Asimismo, indicó que el mes de noviembre será un posible punto de quiebre para la industria nacional y para los consumidores peruanos, porque de persistir la sequía en el centro y el sur del país, el escenario de desabastecimiento y de explotación de métodos complementarios puede prolongarse hasta, por lo menos, octubre del próximo año.
¿Cómo repercute esto en el peruano de a pie?
Según la Asociación Peruana de Energías Renovables, el impacto negativo de las sequías en la energía eléctrica no afectará inicialmente a los clientes domésticos ya que estos están protegidos por los contratos entre empresas generadoras y empresas distribuidoras en el marco legal del mercado regulado. No obstante, situaciones como estas evidencian la necesidad de una generación eléctrica diversificada, pues en el país esta es abarcada por dos sectores: la hidroeléctrica y la termoeléctrica. Ambas significan más del noventa por ciento de las fuentes de energía eléctrica nacionales, lo que hace al sector inmensamente dependiente.
¿Cómo es el proceso de obtención de energía eléctrica?
Como mencionado anteriormente, el Perú genera energía eléctrica desde dos sistemas principales: las fuentes hidroeléctricas y las centrales térmicas. Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la hidroeléctrica funciona aprovechando la energía cinética del agua que, al caer por un desnivel, acciona generadores; por otro lado, las centrales térmicas convierten la energía térmica en energía eléctrica a partir de motores de combustión.
SPR: Quemar diésel para satisfacer la demanda eléctrica es dañino para la economía
Las declaraciones dadas por el presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), César Butrón, en el Cusco, en las que advierte que si la demanda de energía eléctrica se incrementa en el Perú nos veremos en la necesidad de atenderla usando diésel, y que luego tendríamos que enfrentarnos a cortes de electricidad, son de suma gravedad y requieren la acción inmediata de las autoridades para mitigar este riesgo, señalaron desde la Asociación Peruana de Energías Renovables (SPR).
Dicho gremio advirtió que tener una matriz eléctrica que depende en un 93% únicamente de dos tecnologías, la hidroeléctrica y la termoeléctrica de gas natural, es una amenaza para nuestra seguridad energética.
Pero además el 80% de la generación eléctrica está concentrada en el centro del país y toda la producción termoeléctrica con gas natural depende de la capacidad y el óptimo funcionamiento del transporte de tuberías de Camisea.
La SPR considera que lo dicho por el presidente del COES cuando señala que, “si pasa algo con el tubo de Camisea que dure más de diez días, vamos muertos”, es una situación de mucha gravedad que debe ser atendida con prioridad.