Menstruación sostenible: ¿son las copas, toallas y calzones menstruales positivos o dañinos para la salud?

¿Es posible proteger al planeta mientras menstruas? Tres expertas explican los factores a considerar en torno a los métodos que impulsan priorizar el cuidado del medioambiente durante esta experiencia

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Estas son las principales opciones dentro de la menstruación sostenible. - Crédito: Bumi Lifestyle/Eco-space/La Jauría Materna
Estas son las principales opciones dentro de la menstruación sostenible. - Crédito: Bumi Lifestyle/Eco-space/La Jauría Materna

Maura tenía apenas 12 años cuando huyó gritando del baño porque había visto sangre salir de su cuerpo. Para ella, la escena era digna de una película de terror, de esas de Hitchcock con las que tanto la asustaba su hermano mayor. Hoy, con 60 años, reconoce la raíz del problema: nadie se sentó con ella para hablar de menstruación, nadie nunca le dijo que ese sangrado vaginal ocurre de forma natural y que es parte del ciclo menstrual de una mujer, nadie le indicó qué productos usar ni cómo mantener su higiene durante esos días.

Lamentablemente, esta historia se repite en un 10% de las niñas y adolescentes del Perú, quienes —durante su primer periodo— pensaron que se habían hecho un “daño grave”, que estaban ante una “hemorragia, herida o enfermedad” o que iban a morir.

Este fue uno de los resultados presentados en el estudio ‘Retos e impactos del manejo de higiene menstrual para las niñas y adolescentes en el contexto escolar’, el cual fue elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Perú durante el 2020.

Los dolores menstruales pueden disminuir con un adecuado método. - Crédito: Andina
Los dolores menstruales pueden disminuir con un adecuado método. - Crédito: Andina

Maura admite que no es fácil dejar todo ese estigma atrás, incluso aún se muestra un poco esquiva y nerviosa, pero cambia de actitud cuando cuenta su experiencia y llega al punto de reírse con nostalgia al recordar lo vivido; no obstante, también celebra que hablar de menstruación ya no sea el mismo tabú de esos años, al menos en su familia, y que sus nietas —Milagros y Evelyn— no tengan que sentir vergüenza por el simple hecho de que su cuerpo empieza a desarrollarse.

Esta nueva mentalidad, principalmente impulsada por las generaciones más actuales, motiva el surgimiento de nuevas tendencias alrededor de la forma de experimentar la menstruación, las cuales —a su vez— se enfocan en atender diversas problemáticas que afectan al planeta y a la sociedad.

Moda que llegó para quedarse

Una de estas iniciativas apunta a reducir el impacto ambiental de los productos de higiene íntima, ya que —según el artículo ‘Making menstrual products eco-friendly’, elaborado por Plastic Oceans International en 2021— en todo el mundo se emplean casi 45 mil millones de productos menstruales al año. Este panorama se vuelve aún más complicado si se considera que las toallas y tampones —con sus envoltorios, sus aplicadores y sus tiras adherentes— tardan más de 300 años en degradarse.

Las toallas higiénicas de tela se han vuelto muy populares. - Crédito: AsoCoEn
Las toallas higiénicas de tela se han vuelto muy populares. - Crédito: AsoCoEn

Como respuesta a esta problemática surge el movimiento denominado ‘menstruación sostenible’. La Dra. Norma Mavila León, médico ginecobstetra del Clínica de Salud Sexual y Reproductiva Inppares, explica que el concepto se vale de “productos no desechables y que no contaminen” para darle un “sentido distinto a la menstruación, que significa aceptar y entender la biología femenina, y que esto es solo un hecho biológico que quiere decir que la mujer no ha gestado ese mes”.

“Todo esto lleva a una serie de aspectos que implican una nueva forma de afrontar la menstruación: sin vergüenza, sin culpa, sin ocultamiento. Se trata de utilizar nuevos productos que sean a favor de la ecología, pero también de la salud íntima de la mujer”, expone la especialista.

En el caso de Maura, la menstruación sostenible es prácticamente volver a lo que ella ya conoce —a los trapitos, las telas y demás materiales que utilizaba durante su periodo—, solo que con una gran diferencia: estos productos son diseñados exclusivamente para hacer que las mujeres se sientan cómodas y escuchadas. Atrás quedaron el temor y la vergüenza.

La comodidad es la clave

Desde el punto de vista de la Dra. Teresita del Valle Villarroel, ginecobstetra del Instituto Médico de la Mujer, cualquiera pueda sumarse a esta tendencia, ya que existe una gran variedad de productos que se adaptan a las necesidades de quien los vaya a usar.

Las copas menstruales se han vuelto muy populares. - Crédito: Shutterstock
Las copas menstruales se han vuelto muy populares. - Crédito: Shutterstock

Y es cierto, actualmente no solo se puede encontrar la famosa copa menstrual —llamada así por asemejar una pequeña copa que se pone en la entrada de la vagina y va recibiendo el flujo de sangre menstrual—, sino que también hay otras opciones, como las toallas higiénicas de tela o los calzones menstruales —que se caracterizan por llevar la toalla reutilizable incorporada—.

“Quizá se nos haga un poquito difícil el pensar en que no va a funcionar, que nos vamos a manchar, que va a suceder algún incidente, pero lo primero es adaptarse. También debemos tener un adecuado control ginecológico previo a la colocación de cualquiera de estos nuevos métodos. Leer bien al utilizar el producto que vamos a emplear, acostumbrarnos nuevamente y pedirle sugerencias a nuestro médico”, aconseja.

Para la doctora Ana Marquillo Bocanegra, obstetra del Policlínico Mater Purissima, dos de los factores más importantes a considerar al momento de elegir son el ritmo de vida de quien lo usará y el mantenimiento requerido.

“Hay que tener bastante cuidado con la desinfección, con la higiene. Pasa también que, como tenemos una vida tan agitada —eso me han reportado con los tampones—, muchas se han olvidado y se han vuelto a poner otro. Entonces, es mantener cierta disciplina y organización para aplicar la limpieza adecuada”, indica.

Los calzones menstruales se han vuelto muy populares. - Crédito: Online Shopping
Los calzones menstruales se han vuelto muy populares. - Crédito: Online Shopping

¿Y qué significa para la salud?

Las especialistas coinciden en que otro de los puntos a favor de la menstruación sostenible es su efecto positivo para quienes lo usan. “Este tipo de productos, principalmente la copa, son más favorables a la salud femenina porque no concentran la sangre en toda la zona íntima, entonces favorecen a que las bacterias no se difundan rápidamente y que la vagina no sufra con un producto como las toallas descartables”, expone la doctora Mavila.

Esto sin considerar su implicancia en el cuidado del planeta. Desde el punto de vista de Maura, existe algo realmente “poético” en ser capaz de convertir tu menstruación, algo que durante mucho tiempo fue —equivocadamente— usado como sinónimo de vergüenza y estigma, en una herramienta para proteger el planeta.

La doctora Villarroel concluye que este “cuidado en conjunto, tanto de lo que es la salud íntima y del cuidado del planeta, es vital para evitar la contaminación”. “La cantidad de material no biodegradable, la cantidad de residuos que quedan con los métodos que normalmente utilizamos —las toallas, los tampones, entre otros—, es inmensa. Con el uso de estos nuevos materiales se colabora muchísimo con el medioambiente. Y, con respecto a la parte de la salud, ayuda a evitar algún tipo de dermatitis o algún tipo de procesos infecciosos propios del uso de las toallas sanitarias de manera inadecuada”, acota.

Para mí y para todas

La menstruación debe dejar de ser un tabú. - Crédito: Anthropía PUCP
La menstruación debe dejar de ser un tabú. - Crédito: Anthropía PUCP

Pese a los beneficios que ofrece dicha iniciativa frente a los productos de uso tradicional, lo cierto es que la copa menstrual, las toallas higiénicas de tela y los calzones menstruales son opciones que no se encuentran al alcance de todas. De acuerdo a la Dra. Mavila, esta debería ser también una iniciativa impulsada desde el Gobierno, como se hizo “en algunos momentos con el método anticonceptivo del implante u de otros que son de larga duración”.

“A la larga, es mejor para la ecología, para el sistema, pero es mejor también para la salud de las mujeres. Entonces, para las mujeres que no tienen acceso a la compra de estos dispositivos (...), sería bueno insistir en que en los hospitales públicos los distribuyan”, apunta.

Aunque no sería la primera vez que se habla sobre el tema, la doctora. Marquillo precisa que la discusión ahora ha cambiado por el tema ambiental. “Es mejor reusar o reciclar las cosas. Eso tiene que ver mucho con la tendencia que tenemos de cuidar el medioambiente y hay que seguir incentivando eso a nivel de todas las cosas. El tema de la higiene íntima y el cuidado del medioambiente va de la mano, y si se puede hacer dos por uno, ¿por qué no?”, acota.

Sin embargo, la adaptación a estas opciones sería mucho más sencilla si se empieza a una edad temprana. “Lo ideal es que las mujeres, desde las primeras etapas de nuestra vida, tengamos la posibilidad de conversar entre nosotras mismas, que no sea un tabú hablar de la menstruación, y que así —de familia en familia— se puedan liberar muchas dudas y acudir en conjunto, incluso mamá e hijas, a la consulta para tener mayor certeza al momento de escoger qué método van a utilizar para su cuidado y su higiene”, afirma Villarroel.

Maura, por su parte, ve con buenos ojos estas propuestas, ya que todas ellas buscan que nunca más una niña sienta miedo de conocer su cuerpo, de aceptar sus cambios y de valorar sus diferencias. Y, así haya sido mucho o poco, recibe el cambio con los brazos abiertos y con la esperanza de que las mujeres puedan sentirse como ella lo hace ahora: libre.

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