Mario Vargas Llosa y la vez que dijo no sentirse un ‘cadáver’ después de recibir el Premio Nobel de Literatura

La mañana del jueves 5 de octubre de 2023, ciudadanos de diversas latitudes conocieron al ganador del Premio Nobel de Literatura 2023, galardón que se entrega desde hace muchos años a un escritor por su vasta trayectoria y su aporte al mundo de las letras. Conforme se difundía el nombre del flamante ganador Jon Fosse, autor noruego considerado como uno de los dramaturgos contemporáneos más destacados del mundo, un sector de la población recordó la vez en que Mario Vargas Llosa obtuvo este galardón, que volvió a poner al Perú en los ojos del mundo.

Mientras los peruanos desayunaban y se preparaban para ir a sus centros de trabajo o estudios en la mañana del 7 de octubre de 2010, los medios de comunicación dieron a conocer que el Premio Nobel de Literatura se otorgó a Mario Vargas Llosa “por su cartografía de las estructuras del poder y sus aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.

Conforme pasaban los minutos, los periodistas de diversos medios de comunicación del Perú intentaban contactarse con el escritor, quien se encontraba lejos de su patria, pero compartía las emociones de sus compatriotas peruanos. Es preciso mencionar que ese día el tema de conversación en los colegios y centros de trabajo era el galardón que había recibidio el autor de “La ciudad y los perros”.

Con el transcurrir de las horas, más de uno esperaba que el novelista diera alguna declaración. Las esperanzas se esfumaron luego de que ciudadanos bien informados comentaran a sus amigos y familiares que el 10 de diciembre Vargas Llosa acudiría a la ceremonia de entrega del galardón en Estocolmo. Estas personas bien informadas agregaban que en esa fecha Vargas Llosa daría un discurso.

El presidente del jurado del Nobel de Literatura, Peter Englund, contó a los medios de comunicación sobre lo que estaba haciendo el escritor antes de recibir la buena noticia. “Se había levantado a las cinco de la mañana para presentar una clase, cuando recibió nuestra llamada a las siete menos cuarto, mientras trabajaba intensamente”, relató.

Álvaro Vargas Llosa también relató lo que sucedió cuando recibió la llamada de su padre. En el décimo aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, llevado a cabo el 8 de octubre de 2020 en el Instituto Cervantes, el hijo del premio Nobel contó los pormenores del día en que su padre le comunicó que había sido galardonado. En un primer momento, pensó que la llamada anunciaba una tragedia, pero no fue así.

Diez años después de escuchar este mensaje, Álvaro dio a conocer lo que le dijo a su padre. “Y tengo que confesar con infinita vergüenza que antes de felicitarlo y a pesar de la alegría que me embargaba, lo primero que atiné a decirle fue: ‘No sabes cuánto te agradezco por haberme librado para siempre de la maldita pregunta: ¿por qué nunca le dieron y por qué nunca le darán el Premio Nobel a Mario Vargas Llosa?’. Así fue como me enteré del Premio Nobel”, sostuvo.

Desde el 7 de octubre de 2010 hasta el 10 de diciembre, era inevitable que se hablara de Mario Vargas Llosa, mientras las personas acudían a las librerías con mayor frecuencia para adquirir un ejemplar de “La ciudad y los perros”, “Conversación en la Catedral”, “Los jefes” y otros libros que estaban en las mentes de los peruanos pero que cobraron vida a partir de aquella mañana.

Llegó diciembre y los peruanos tenían expectativas de lo que diría Vargas Llosa el 10 de diciembre después de recibir el galardón que lo inmortalizaría. La expectativa se incrementaba conforme los medios de comunicación informaban sobre ello y entrevistaban a literatos e intelectuales que hablaban de las obras literarias y el aporte al mundo de las letras del escritor elogiado con intensidad en ese entonces.

A continuación, se presenta un fragmento del discurso:

“El Perú es Patricia, la prima de naricita respingada y carácter indomable con la que tuve la fortuna de casarme hace 45 años y que todavía soporta las manías, neurosis y rabietas que me ayudan a escribir. Sin ella mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo, Morgana ni los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia. Ella hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: ‘Mario, para lo único que tú sirves es para escribir’”, expresó, visiblemente emocionado.

En el décimo aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, llevado a cabo el 8 de octubre de 2020 en el Instituto Cervantes, el literato sostuvo que se siente vivo a pesar de haber recibido el Premio Nobel y destacó su producción literaria tras recibir el galardón.

“Una de las dificultades que enfrenta quien recibe el Premio Nobel de Literatura es demostrar que después de ese premio está vivo. Es un premio que tiende a convertir a los escritores en estatuas, como si realmente hubieran terminado su experiencia literaria y vital. Desde luego, el Premio Nobel implica compromisos con universidades y ferias, de tal manera que durante algunos meses uno está realmente ocupado”, declaró.

“Pero creo que la idea general que existe es que si alguien recibe el Premio Nobel de Literatura, de alguna manera su carrera literaria ha terminado, y entonces, si uno está vivo todavía, se siente muy desmoralizado y trata de demostrar que eso no es verdad, que existe una vida literaria después del Premio Nobel, que uno puede seguir escribiendo y publicando; es decir, que está vivo todavía. Bueno, yo creo haberlo demostrado, ojalá no me equivoque. Es verdad, he publicado bastantes libros después y en general me siento vivo, no me siento un cadáver después del Premio Nobel”, agregó.

En otro momento de su alocución, Vargas Llosa dijo que la función del escritor es criticar a los poderes establecidos. “Pero basta que la libertad se restrinja en una sociedad para que la literatura aparezca inmediatamente como un arma de combate. La literatura, cuando surge una censura o cuando hay un poder que se preocupa por aquello que se dice, por las ideas que circulan a través de los libros, inmediatamente se carga de una cierta virulencia y se convierte en una especie de contrapoder”, aseveró con determinación.

Quizás pasen muchas décadas hasta que recibamos otra buena noticia en el ámbito de la literatura. Mientras tanto, los libros de Mario Vargas Llosa continúan siendo leídos por personas de todas las edades que aspiran a un mundo mejor. Indudablemente, el Premio Nobel de Literatura marcó un antes y un después en el panorama cultural del Perú.

Los lectores que se sumergen en el universo literario de Mario Vargas Llosa han disfrutado de la trama y los personajes; sin embargo, un sector de la población ha manifestado que las novelas del escritor son complejas, lo cual desanima a los niños y adolescentes. Esta opinión se fundamentaría en los recursos literarios que utiliza el escritor en sus creaciones literarias. Por ejemplo, el monólogo interior, la multiplicidad de voces narrativas, la técnica del dato escondido, el flashback, entre otros, hacen que la novela sea densa. Estos aspectos de forma están presentes en “La ciudad y los perros”, “Conversación en La Catedral” y “La Casa Verde”.