Festival del Turrón, Panes y Dulces inicia en Miraflores: un viaje de sabores peruanos

Del 6 al 9 de octubre, el céntrico miraflorino se llena de aroma y sabor con este evento gastronómico, donde cuatro destacadas marcas peruanas presentarán sus exquisitas creaciones. Descubre las variedades más sorprendentes y saludables de este tradicional dulce peruano.

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El mes morado ha llegado a la capital peruana, y con él, una explosión de sabores y aromas que llenan las calles de Lima. Uno de los dulces más emblemáticos de esta temporada es el turrón, un manjar que se elabora con una diversidad de insumos peruanos, y Miraflores se convierte en el epicentro de esta delicia. Este fin de semana, el Pasaje Porta albergará el Festival de Turrón, una celebración organizada por Ferias Perú, que reunirá a cuatro destacadas marcas locales. Acompáñanos en este recorrido por el abanico de turrones que podrás disfrutar del 6 al 9 de octubre.

Turrones Aguyubá: sorprendentemente saludable

Manuel Alva, maestro repostero de Aguyubá, nos introduce en el mundo de los turrones saludables. El turrón de siete semillas es una opción baja en calorías y riquísima en sabor. Alva explica que este turrón se elabora con harina de arveja, de maca, de quinua, de cañihua, anís y ajonjolí. La miel utilizada es de carambola con quinua, y en lugar de grajeas, se incorpora kiwicha pop para mantener el equilibrio calórico. Una opción perfecta para aquellos que buscan deleitarse sin remordimientos.

Manuel Alva, maestro repostero de
Manuel Alva, maestro repostero de Aguyubá - Foto: Carlos Diaz / Infobae.

Pastelería Deligi’s: turronería fina

Diana Nuñez, de Pastelería Deligi’s, nos lleva al mundo de la pastelería fina artesanal. Con ocho años en el mercado, esta pastelería no solo ofrece turrones exquisitos, sino también tortas temáticas y postres saludables. En el festival, presentarán tres variedades: el turrón clásico Doña Pepa, el integral elaborado con harina integral, aceite de girasol, miel de higos con panela y frutos secos, y el turrón de la casa, preparado con ajonjolí tostado. Diana destaca el uso de miel de abeja multifloral y la reducción de azúcar en el turrón de ajonjolí, manteniendo el sabor sin excesos de dulzura.

Turrón de Chicha Morada. Foto:
Turrón de Chicha Morada. Foto: Carlos Díaz / Infobae.

Quintal Repostería: veganos e integrales

Emy Asca, de la pastelería Quintal, nos presenta una alternativa innovadora: turrones veganos e integrales. Estos turrones están elaborados con harinas andinas y edulcorantes acalóricos, siendo ideales para personas diabéticas e intolerantes a la lactosa. El turrón se endulza con miel tropical de mango y maracuyá, coronado por un festival de frutos secos. Quintal Repostería demuestra que es posible disfrutar del turrón de manera diferente y saludable.

Emy Asca de Quintal repostería
Emy Asca de Quintal repostería Holística mostrando el turrón Vegano - Foto: Carlos Diaz / Infobae.

Benapastel Pastelería Artesanal: sabor maíz morado

Madeleine Conde, de Benapastel, nos presenta el turrón de maíz morado, una deliciosa innovación. Este turrón se elabora con fécula de maíz para darle un color vibrante a las galletas. Además, la pastelería produce su propia miel a base de chicha morada, lo que agrega un toque único a sus turrones. Todo el proceso de envasado se realiza de manera artesanal, lo que brinda una textura suave y exquisita a los turrones. Una opción que celebra la tradición y la artesanía en cada bocado.

Madeleine Conde, representante de Bonapastel
Madeleine Conde, representante de Bonapastel - Foto: Carlos Diaz / Infobae

Origen del Turrón: La Historia de Doña Josefa Marmanillo

El turrón, ese dulce icónico de la gastronomía peruana, tiene sus raíces en la época virreinal y una historia fascinante que comienza con una mujer llamada doña Josefa Marmanillo. Esta talentosa cocinera afroperuana, residente en el Valle de Cañete, cerca de Lima, se destacó por sus habilidades culinarias, y una de sus creaciones más emblemáticas fue el turrón.

La vida de Josefa tomó un giro inesperado cuando una extraña enfermedad paralizó sus brazos. Aunque esta dolencia la liberó de la esclavitud, también afectó su capacidad para trabajar y cocinar.

En busca de sanación, la peruana se unió a la procesión del Señor de los Milagros, un evento de gran significado en Lima. Con profunda devoción, imploró al Cristo Morado por su recuperación. La historia cuenta que su fervor fue recompensado con un milagro.

El Cristo Morado escuchó las plegarias de Josefa y la sanó. Como muestra de gratitud, al año siguiente, Doña Josefa regresó a la procesión y presentó su famoso turrón como ofrenda al Señor de Pachacamilla.

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