En las últimas semanas dos hechos lamentables acapararon los medios de comunicación y las redes sociales. Se trata de un feminicidio al interior de la Universidad Nacional San Agustín (UNSA) y, de acuerdo al parte policial, el intento de otro en la Universidad de Lima (ULima). Infobae Perú se comunicó con las psicólogas Liliana Tuñoque, de la Clínica Internacional; Mónica Ramírez, jefa de salud de Sanitas, y Liseth Paulett, decana de la carrera de Psicología de la Universidad Científica del Sur (Ucsur).
Las tres especialistas concluyen que los condenables episodios reflejan el estado de la salud mental en la sociedad peruana. Además del tabú y estigmatización que continúa existiendo en el país, existe un gran déficit de especialistas. En números, para los 33 millones de habitantes en el país, solo existen 54 mil psicólogos. Es decir, hay 600 mil habitantes por cada profesional y la cifra de pacientes por expertos es aún mayor al hablar de especialidades.
“Muchas veces, las jóvenes experimentan una serie de situaciones límites que, de una u otra forma, las canalizan a través de conductas inapropiadas. En ambos contextos, se evidencia la dificultad para afrontar una ruptura, regularse emocionalmente, desencadenando un descontrol”, mencionó Tuñoque.
Al respecto, Paulett aclara que la salud mental no solo se refiere a nuestro bienestar emocional y psicológico, sino también al social: “Aunque muchos se enfoquen en evitar el dolor, lo que se debe hacer es enfrentarlo, por lo que es muy importante que el centro de estudios —en todos sus niveles— tengan un departamento de orientación o psicológico que brinden espacios individuales y grupales para que puedan hacer una especie de catarsis sobre situaciones comunes que pueden ser difíciles de manejar a simple vista”.
En ese sentido, la especialista de la Clínica Internacional cuestionó que la institución educativa ubicada en Lima haya continuado con las clases sin considerar el evento postraumático que afrontaron los testigos y estudiantes que se enteraron del hecho. Como se recuerda, fueron varios los alumnos que se quejaron en redes sociales por la falta de empatía del centro de estudios.
“Si eso ya se vio y se escuchó, pongámonos un ratito en los pies de estos estudiantes y estos colaboradores. Tal vez no tenían la atención necesaria para poder continuar con sus actividades, En mi opinión, yo sí hubiera suspendido toda actividad porque esto genera un impacto negativo en las emociones y la conducta de ese momento en las personas que han estado cercanas al hecho y también para tener el campo limpio en beneficio de la investigación”, agregó la decana de la Ucsur.
Otro de los puntos alrededor de los hechos conocidos que evidencian la falta de políticas relacionadas con la salud mental es la reacción en redes sociales.
“Por tener más likes, las personas olvidan discernir entre lo que está bien o mal, incluso la empatía y el criterio, como vimos en el caso de la estudiante de la Universidad del Pacífico”, resaltó la jefa de Sanitas.
Las demás especialistas coincidieron en la falta de regulación en redes sociales y enfatizaron en que la necesidad de atención también debe analizarse, pues en muchos casos priorizan la notoriedad por encima de los derechos de las víctimas y el respeto a sus familiares. “Una persona que tiene una adecuada salud mental jamás postea ese tipo de contenido. De repente, lo puede conversar internamente, pero no hacerlo de manera pública”, agregó Tuñoque.
Por su parte, la doctora Liseth Paulett precisó que para reducir esta serie de casos es necesaria la psicoeducación desde casa y en todos los niveles del desarrollo.
“Si yo educo en cómo comportarnos, puedo prevenir, porque si solo tenemos una mirada de intervención, nos convertimos en una clínica y esa no es la idea. Entonces, urge generar más espacios de conversaciones con respecto a las situaciones que puedan suceder. Hay personas que no necesariamente están sufriendo hoy en día un diagnóstico de salud mental, pero ya lo estoy educando para generar estos amortiguadores emocionales necesarios para enfrentar situaciones adversas”, declaró a Infobae Perú.
De víctima a victimaria
Para las especialistas, si bien las expresiones de la alumna de la UP son lamentables y requieren una intervención psicológica, ya que refleja una evidente conducta irregular y falta de empatía, también es preocupante la divulgación de sus datos vulnerables como dirección, número de DNI y celular, pues esto puede pasar de las críticas virtuales a los daños físicos.
“Ahora está bajo los ojos y la carga emocional de todo un grupo de personas. Definitivamente, esta chica y su familia necesitarán apoyo psicológico y emocional. Tener la carga del rechazo social, pues, es bastante pesado para cualquier persona y para un joven, tres veces más”, declaró la representante de Sanitas.
“Las redes sociales, o el uso desmedido de las mismas, puede generar una adicción a las redes sociales, que ya es una enfermedad declarada por la Organización Mundial de la Salud. Lamentablemente, no podemos controlar lo que todos pueden publicar, pues todos tienen libre albedrío para publicar todo lo que quieran, pero sí podemos concientizar desde casa a nuestra familia para evitar alguna consecuencia”, agregó.
¿Cuáles son las señalas de alerta en mí u otra persona?
Para la decana de la facultad de Psicología en la Universidad Científica del Sur, las señales de alerta se basan en nuestra frecuencia e intensidad. Si sentimos que nosotros o una persona cercana modifica su forma de ser y ello parece ser perpetuo, es necesario intervenir.
“Por ejemplo, los cambios de humor, la falta de apetito, el cansancio, dejar de hacer cosas que a uno le hacen feliz son signos de alarma”, explicó.
“Incluso cuando existe un descuido en el cuidado personal o aseo”, dijo a su turno Tuñoque, quien agregó que “en el plano académico o laboral, su rendimiento baja, empiezan a faltar, todos estos son indicadores de depresión”.
“Todo el mundo piensa que una persona que necesita ayuda anda llorando todo el tiempo o anda enojada y no es así, muchas veces no sienten nada, no tiene ninguna emoción, ni siquiera rabia o dolor. Si yo antes disfrutaba ver a mis amigos, pero ahora prefiero quedarme en casa y ver redes sociales o me gusta leer y ahora tengo problemas de concentración, algo no anda bien”, precisó Ramírez.
Canales de ayuda
Si sientes que alguna situación te está superando, el Ministerio de Salud cuenta con una línea gratuita en la que obtendrás apoyo en temas como depresión, síntomas psiquiátricos, problemas sentimentales, estrés, problemas por comportamiento, violencia familiar, violencia contra la mujer, maltrato infantil, bullying, entre otros.
Lo único que deberás hacer es marcar el número 113 desde tu celular o teléfono fijo y un especialista te contestará. En caso prefieras la atención presencial, puedes acudir al centro de salud mental comunitario más cercano a ti. El horario de atención es de lunes a sábado de 7:00 a 19:00 horas, dependiendo de la región.