Un reciente informe de The Financial Times reveló que el gobierno de Estados Unidos de América, liderado por el presidente Joe Biden, estaría preocupado por la creciente presencia de China en Latinoamérica, apuntando como principal actor afectado a Perú.
Para echar más luces sobre cómo esto podría afectar las relaciones entre Perú y Estados Unidos de América, así como el panorama de la presencia China en América Latina y la guerra silenciosa que se viene dando entre ambas naciones, Infobae Perú conversó con el analista internacional Farid Kahhat y el Director del centro de estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Carlos Aquino.
Puerto de Chancay es el centro de la estrategia china
China quiere convertirse en el principal aliado comercial de América Latina, y una de las formas de afianzar su presencia en la región es Perú, con la primera inversión china en el ámbito portuario en Sudamérica: el megapuerto de Chancay. Para los peruanos esta gran obra supone una apuesta por el país, una mirada esperanzadora al futuro, como lo venden los funcionarios del gobierno de Dina Boluarte, pero para China y Estados Unidos es un tema de mayor índole.
Un 60% de la participación en el megapuerto la tiene la nación asiática: Cosco, la compañía de transporte y logística de propiedad del Estado chino, está trabajando en toda la infraestructura de back-end del puerto de Chancay. Para ellos, esta obra sería el Shanghái de Perú, y junto a otros puertos —cerca de 40— en Latinoamérica y el Caribe, afianzarían la vía comerciales marítima. Para la nación norteamericana, esta presencia de China en los puertos de la región, junto al control de la electricidad en Perú, es un tema de seguridad nacional.
“La ley de inteligencia nacional china, aprobada en 2017, exige a las empresas apoyar en la labor de inteligencia del Estado”, revela el internacionalista Farid Kahhat, como una de las principales preocupaciones de Estados Unidos.
Si bien empresas se han pronunciado sobre esto minimizando el tema —Huawei, por ejemplo, señaló que “nunca ha recibido una petición semejante y rechazaríamos de manera categórica a hacer eso en caso de que así se exigiera”—, el artículo 7 de esta ley señala que las compañías chinas deben “apoyar, cooperar y colaborar en el trabajo de inteligencia nacional, y guardar el secreto del trabajo de inteligencia nacional del que tienen conocimiento”.
Debe tenerse en cuenta también que ahora China, si se aprueba la compra de Enel por China Southern Power Grid (CSGI), tendría el 100% de la energía en Lima, y que el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) ha observado por sus “potenciales efectos restrictivos a la competencia”. Asimismo, las compañías chinas tienen participación en varios puertos de Latinoamérica (como Chile, Argentina y Brasil) también han implementado redes móviles de 5G, así como estaciones de vigilancia espacial.
EEUU preocupado por competencia desleal y pérdida de mercado
Sin embargo, la seguridad no es el único tema que inquieta a Estados Unidos. Según Farid Kahhat, también la competencia desleal en las empresas chinas sería otro de los motivos por esta preocupación desvelada por una fuente anónima del Gobierno. En China existe una facilidad mayor para el crédito barato, como revela el internacionalista
La banca pública da préstamos preferenciales a ciertas empresas y a cambio espera concesiones. Por ejemplo cooperando en materia de inteligencia o colocando lideres del partido de gobierno en sus directorios.
El experto, además, revela que empresas como Cosco —la compañía estatal China Ocean Shipping Co., que está bajo el control directo del Ministerio de Transporte chino—tiene vínculos con el Ejército Popular de Liberación de China. Según el análisis de Leland Lazarus, director asociado de Investigación de la Universidad Internacional de Florida, y Robert Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos del Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, publicado en The Diplomat, confirman esto: “Muchos empleados de estas empresas tienen antecedentes en el Ejército Popular de Liberación (EPL) u otros servicios de seguridad”.
Pero también se debe recordar que cada nación vela por sus propios intereses. Así, Estados Unidos también estaría observando la creciente expansión de China en Latinoamérica con preocupación desde un punto comercial, porque significa la pérdida de mercados, según sostiene Kahhat.
¿Tensión con Estados Unidos?
EEUU es competidor global de China, por eso “se preocupa de la mayor presencia china en el Peru, en Latinoamerica y en todo el mundo. Es natural que haga eso. Pero no creo sea un pánico justificado”, detalla el Director del centro de estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Carlos Aquino.
El Perú tiene una relación económica muy fuerte con China, mayor que con EEUU, pero tiene una relación política muy fuerte con EEUU, además que estamos en el mismo continente. El país toma esas preocupaciones como que viene de una nación amiga, que es Estados Unidos, y estoy seguro el gobierno sabrá valorarlas.
A pesar de la gran inversión china en el país, y el control que tendrá sobre la energía, Estados Unidos sigue siendo un socio comercial del Perú. Su preocupación puede significar una tensión en las relaciones entre ambos países. Hace unos meses, se realizó un despliegue militar estadounidense en el país, que, según revelaron documentos obtenidos por el semanario Hildebrandt en sus trece, tenía como objetivo mostrar la musculatura norteamericana a China y Rusia, que están “erosionando” su dominio en la región de Latinoamérica.
Pero con respecto al Megapuerto de Chancay, Kahhat expresa que no hay mucho que se pueda hacer. “No vamos a rescindir el contrato a medio camino”, agrega el internacionalista.
Si la nación norteamericana tiene una preocupación creciente con respecto a la seguridad nacional, podría actuar con respecto a esto. Entre las opciones, muy extremas, que el experto en temas internacionales sugiere, están vetar al Perú de préstamos en el BID y el FMI, e, inclusive, por su influencia, impedir el ingreso de Perú a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Sin embargo, Carlos Aquino opina diferente. “Creo la idea es no depender en excesivo de ningún país y buscar una relación balanceada con todos. No creo que EEUU tome alguna decisión drástica. Más bien, la incorporacion de Perú a la OCDE — donde esta EEUU y no China, por ejemplo— sería un paso para estrechar las relaciones con países desarrollados y de occidente, como con EEUU”, sostiene.