Para Juan Carlos Odar, es una buena noticia que el factor que ha generado el bajo resultado de la inflación haya sido sobre todo alimentos, pero ello no necesariamente responde a factores de demanda.
“Si nos fijamos en la subida de precios de restaurantes y hoteles, y de transporte, son dos sectores que están vinculados a la demanda, las cuales están mostrando variaciones positivas. Los precios están cayendo por la normalización de condiciones de oferta. Eso se nota en tema de alimentos, que cayó a pesar de que restaurantes y hoteles ha subido”, indicó a este medio.
En palabras del economista Armando Mendoza, estamos en “una suerte de meseta, pero aún en la punta de la montaña” dado que no estamos volviendo a los precios del 2018 y 2019. “La gente sigue pagando precios altos”, anotó.
Según refiere el experto, la canasta de alimentos es muy susceptible a factores como el tipo de cambio, que viene mostrando una subida en las últimas dos semanas. Además, buena parte de alimentos está ligada a productos importados como trigo y maíz duro amarillo. Otro factor es el meteorológico, como por ejemplo una sequía que puede impactar en la cosecha y producción de alimentos.
Ante ese escenario, sostiene que el retroceso de los precios no se debe celebrar como una victoria, sino como “una primera corrección incipiente mínima”.
Inflación de alimentos cae a un dígito después de casi dos años
De acuerdo con el economista Odar, el Fenómeno El Niño es un riesgo importante para los siguientes meses y el sector de alimentos sería el más afectado, lo cual puede derivar que sus precios aumenten en este último trimestre. Sin embargo, destaca que la inflación de alimentos ya no está por encima de la barrera de los dos dígitos, tal como se ha venido registrando desde hace 20 meses continuos.
“Lo positivo también es que esta vez estamos partiendo de una tasa anual de inflación de alimentos que ya no está por arriba del 10%. Esto nos ayuda a enfrentar lo que venga más adelante, a pesar del riesgo de El Niño, que puede generar una presión adicional en precios de alimentos”, apuntó a esta redacción.
Según anota, lamentablemente, los precios altos todavía no se han estabilizado, a pesar de que en septiembre se ha registrado una caída importante en varios alimentos como la cebolla y el pollo. Según el reporte del INEI, el precio de la cebolla bajó en 21,70%, el pollo eviscerado en -8,86%, pescados y mariscos (-7,8%) como perico (-25,0%), jurel (-14,1%), bonito (-13,8%), lisa (-6,4%), merluza (-5,2%) y trucha (-2,5%).
De igual forma, disminuyeron los precios de hortalizas, legumbres, que incluye papas y otros tubérculos (-5,1%).
Precios de alimentos siguen altos comparados a hace dos años
Según precisa el especialista, los precios se están corrigiendo, aunque si se comparan con hace dos o tres años, claramente están en niveles superiores. “Eso vamos a tener presente constantemente a lo largo de los próximos meses”, indicó el también director de Phase Consultores.
Manifiesta que aunque la inflación ceda y el ritmo total de variación de precios sea más bajo, no significa necesariamente que los precios en promedio estén bajando, sino que suben menos rápido. “Hay algunos casos donde sí vamos a ver el efecto favorable que caen los precios, por ejemplo, en este mes, la cebolla y pollo, pero en promedio todavía estamos hablando de precios más altos”, refiere.
Ello va en línea de con lo que muestra la división de alimentos, que aún es un 9% más que hace un año. De acuerdo al reporte de septiembre, el precio de las frutas se incrementó en 7,8%. Lo mismo ocurrió con el azúcar, mermelada, miel y chocolate.
¿Por qué la inflación cede y no bajan los precios?
En promedio, los alimentos han caído ligeramente, pero hay algunos productos que han seguido subiendo, como en el caso del limón, cuyo valor aumentó en +64,59% en 26 ciudades del país durante el mes de septiembre.
“La corrección de precios es lenta, considerando que ha habido meses continuos de subida, y este dato [la reducción de inflación de alimentos a un dígito] si bien es positivo, es uno aislado entre varios meses al alza”, anotó Odar.
El Fenómeno El Niño podría reducir la velocidad de corrección de ese proceso o ralentizarlas más. De acuerdo a su proyección, el proceso de regreso al rango meta establecido por el Banco Central de Reserva (1% a 3%) estaría dándose recién a mediados del próximo año, junio y julio, aunque dependería de qué tan severo sea el fenómeno climático.
“Me atrevería a decir, dada las subidas de este año, que los ritmos inflacionarios, aún si subieran, estarían alrededor del 5% y ya no superarían el umbral del 8%. ¿Retrasa el proceso de convergencia a la meta del BCRP? Sí, pero no tendría un efecto tan fuerte en la velocidad de subidas de los precios”, refiere.
Finalmente, Odar considera como factor clave que la oferta no se vea tan golpeada, como ocurrió con el caso del limón, cuya producción, en su mayoría proveniente del norte, se redujo considerablemente, lo que originó que los precios aumenten. Ello, a raíz de intensas precipitaciones, provocadas por El Niño Costero, que destruyeron los campos de cultivos, ocasionaron una desfloración de las plantas y la presencia de diferentes plagas.