La Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación del Perú reveló un informe con sus hallazgos respecto a las circunstancias en las que fallecieron tres bomberos en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. La documentación fue revelada por el periodista Paolo Benza.
Estas personas, identificadas como Nicolás Santa Gadea, Ángel Torres y Manuel Villanueva Alarcón, fallecieron en noviembre de 2022, luego de que el vehículo en el que se encontraban impactara contra un avión de LATAM, en la pista de aterrizaje.
“Un avión que estaba despegando impactó su ala derecha con la autobomba del aeropuerto, en el cual, debido al impacto, murieron dos bomberos aeronáuticos. Se pudo evacuar a los pasajeros, los cuales no sufrieron heridas de consideración”, fue el primer reporte que dio Luis Ponce Jara, comandante general del Cuerpo de Bomberos.
Casi un año después de este lamentable hecho, un equipo de especialistas dio a conocer el trasfondo del accidente.
En las conclusiones, se precisa que, el 18 de noviembre de 2022, un equipo integrado por seis controladores (trabajadores clave para realizar un correcto aterrizaje) debía iniciar su guardia de 12 horas a las 7 de la mañana.
Sin embargo, cuatro de ellos no estuvieron presentes “por diversos motivos”, lo que causó que fueran reemplazados por otros empleados. Así, sus puestos fueron ocupados por tres controladores de un equipo distinto y uno que envió la Coordinación General de Torre de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac).
Estos seis trabajadores no pudieron descansar durante 30 minutos como mínimo entre los turnos establecidos, a pesar de que así lo exige las Regulaciones Aeronáuticas del Perú 311.
“CORPAC no ha presentado documentación que acredite tener procedimientos completos de Gestión de la Fatiga como el establecido en el párrafo 2.28 Gestión de la Fatiga de la RAP 311 relacionado directamente al tiempo mínimo de descanso efectivo entre turnos de trabajo”, se lee en el informe.
Luego, los especialistas resaltaron que Corpac no contaba con un sistema de gestión de la fatiga. Es decir, sus empleados no tenían un tiempo mínimo disponible para descansar entre sus turnos de trabajo. Tampoco laboraban con posturas ergonómicas adecuadas.
“Durante el turno de guardia, el personal de controladores experimentó síntomas de fatiga, tales como somnolencia y posturas ergonómicas inadecuadas. Estos síntomas podrían haber tenido un impacto en su capacidad de mantener un nivel óptimo de concentración y alerta necesarios para desempeñar sus funciones de manera efectiva”, señaló la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación del Perú.
Las condiciones descritas habrían devenido en que el controlador de aeródromo autorizara a la tripulación del avión de LATAM que despegara a las 3:10 p.m. desde la pista 16L.
Dio esta indicación a pesar de que era desconocida por el supervisor general de rescate, que se desplazaba como parte del Convoy de vehículos de Rescate.
Al mismo tiempo, la tripulación del avión recibió el visto bueno para que despegue.
“A pesar de las reuniones de coordinación y de la reunión virtual sobre el detalle del 1er ETR, se evidenció que personal que participó directamente en la coordinación radiotelefónica con la Torre y en la ejecución del ejercicio, designaron equivocadamente la vía por donde se desplazó el convoy”, se concluyó.
La Fiscalía Provincial Corporativa de Tránsito y Seguridad Vial del Callao explicó que no continuaron con una investigación preparatoria porque no se corroboró lo señalado por los familiares.
“La sorpresa para nosotros no viene por el archivo por parte de ellos, sino por la declinatoria de competencia después de siete meses. Lo que nos han dicho: si hay responsabilidad, y la responsabilidad vendría de parte de los operadores encargados de la comunicación, léase Corpac, pero nosotros no podemos investigar porque no somos competentes, pásese la investigación a una fiscalía penal”, comentó Jimmy Sotomayor, abogado de dos de las víctimas.