El aborto es un tema cada vez más tratado en el país. Años atrás, se veía como un procedimiento que colocaba a las mujeres como criminales y las situaba en el ojo de la tormenta, haciéndolas víctima de insultos, prejuicios y acusaciones. Sin embargo, la sociedad es más consciente de que la interrupción del estado de gestación puede deberse a muchos motivos, como el resultado de violencia sexual o fallos en los métodos de anticonceptivos.
Sin embargo, aún no todas las personas saben cómo apoyar a una paciente que ha pasado por un aborto. Por este motivo ha surgido la campaña ‘Acompáñalas’, que ofrece una guía para las personas que deseen ser una figura de respaldo para quienes han enfrentado este procedimiento médico.
Infobae Perú se comunicó con Pilar Montalvo, obstetra, especialista en salud sexual y reproductiva y presidenta en International Indigenous HIV & AIDS Community, quien brindó más información acerca del estado de las personas que abortan en el país y cómo acompañarlas adecuadamente.
— ¿Cómo enfrentar la decisión de solicitar un aborto en medio de una sociedad que es tan cruel con las mujeres que se muestran a favor de estos?
En nuestro país y en varios de nuestros vecinos en la región, el tema del aborto está lleno de mitos, medias verdades y prejuicios, y principalmente, está cargado de un fuerte estigma. Las conversaciones sobre el aborto a menudo están rodeadas de afirmaciones negativas. Se percibe como algo malo, oscuro y peligroso que seguramente dejará secuelas traumáticas. Existen ideas erróneas que sugieren que después del aborto, tu vida ya no será la misma, que enfrentarás pesadillas, o peor aún, que serás juzgada por tu comunidad o entorno.
Estas ideas preconcebidas no se alinean con la realidad de las personas que atraviesan por esta situación. Es esencial desmitificar el tema del aborto y proporcionar información precisa y comprensiva para que las personas puedan tomar decisiones informadas sobre su propia vida y salud.
— ¿Cuál es la idea que debe prevalecer?
Lo que marca la diferencia radica precisamente en lo que mencionaba anteriormente: el aborto siempre está rodeado de estas ideas erróneas, y rara vez se habla o se informa de manera adecuada. Esto lleva a que las personas busquen información en fuentes poco recomendables o no científicas. Incluso pueden terminar en manos de individuos que lucran con la situación. La falta de diálogo sobre el aborto permite que haya personas que se aprovechan de esta situación, engañando o poniendo en peligro a muchas otras.
En mi opinión, el tema del acompañamiento es fundamental. Acompañar a alguien implica desde un principio tener una mente y oídos abiertos para escucharla. Muchas mujeres que enfrentan embarazos no planificados, embarazos que no esperaban, sienten la necesidad urgente de hablar con alguien. Esta necesidad de hablar con alguien es, en sí misma, un acto de acompañamiento. Quieren conversar con alguien que las comprenda, las escuche sin juzgar y les brinde apoyo de alguna manera. Este acto de escucha es crucial, ya que les ayuda a tomar una decisión, ya sea continuar con el embarazo o no.
Lamentablemente, muchas mujeres no tienen a alguien a su lado que las escuche. Una vez que se ha escuchado, el siguiente paso del acompañamiento implica ayudarlas a explorar las posibilidades.
— Y acompañamiento también puede ser simplemente brindar el soporte con nuestra propia presencia.
Muchas veces, las mujeres se encuentran solas en situaciones como estas. Una vez que alguien las escucha, el siguiente paso en el acompañamiento es ayudarlas a descubrir posibilidades. En Perú, y en muchas partes del mundo, existen casos donde las mujeres, desde niñas hasta adultas, enfrentan el embarazo sin apoyo. A menudo, sus parejas las abandonan, las amistades las juzgan y hasta sus propias familias.
Estas mujeres se enfrentan a la realidad del embarazo sin tener acceso a un aborto seguro, y en muchos casos, la desesperación las lleva a tomar decisiones trágicas. Escuchamos historias de mujeres jóvenes que se arrojan al río porque no tienen a nadie que las escuche, porque enfrentan el estigma y el rechazo de sus comunidades. He tenido talleres y reuniones sobre salud sexual y reproductiva con mujeres indígenas que me contaron historias desgarradoras de adolescentes que se sienten tan atrapadas que terminan tomando decisiones desesperadas.
Es esencial comprender estas realidades y empatizar con las experiencias de los demás. Debemos ponernos en los zapatos de estas mujeres y reconocer que estas situaciones podrían ocurrirnos a cualquiera de nosotros. Acompañar es eso: escuchar, no juzgar, estar ahí cuando lo necesite, simplemente es no dejarla sola. Si tiene miedo, si va a ir a un procedimiento, también acompañar.
— ¿Cómo buscamos este acompañamiento si vivimos en medio de muchos prejuicios? En otras palabras, ¿Cómo saber en quién confiar?
Hace unos 10 o 15 años, hablar del aborto era prácticamente tabú en el país. Era un tema completamente cerrado, tanto que ni siquiera se mencionaba en los medios de comunicación. Abordar el tema del aborto era difícil y raro encontrar personas que hablaran abiertamente al respecto. Sin embargo, en los últimos años, las campañas de comunicación han logrado que al menos los medios comiencen a discutirlo.
Ahora, las personas han empezado a hablar sobre el aborto en sus familias y comunidades. Ha habido un cambio perceptible en la forma en que la sociedad ve este tema, especialmente en ciertas edades y entre hombres y mujeres. La campaña tiene como objetivo llegar a aquellas personas que aún no han formado una opinión sobre el aborto o que necesitan más información para entenderlo mejor. Quiere llegar a aquellos que podrían encontrarse en una situación similar y preguntarse: “¿Cómo actuaría yo?”.
La campaña no intenta cambiar la opinión de las personas, sino acompañarlas en su proceso de toma de decisiones. Se dirige a personas comunes y corrientes y les dice: si conoces a alguien que está pasando por esta situación, no la juzgues. Escúchala, acompáñala, sé empático o empática. Esta campaña es un esfuerzo a largo plazo, pero no es imposible.
— En redes sociales también hay mayor presencia del aborto.
Las redes sociales juegan un rol muy importante. Ya existen campañas como la nuestra, “Acompaña su decisión”, y diversas herramientas digitales que proporcionan información y orientación de manera virtual. Estos recursos incluyen espacios de escucha y apoyo. No solo en nuestro país, sino también en otras naciones, existen líneas telefónicas de orientación a las que puedes llamar, opciones de asistencia por WhatsApp y páginas en redes sociales. A través de estos medios, puedes solicitar ayuda para tomar una decisión pensada y voluntaria.
Además de brindar orientación, estas plataformas también proporcionan información sobre cómo acceder a un aborto seguro. Nuestro objetivo es evitar que las mujeres sigan enfrentando situaciones peligrosas y embarazos forzados.
— ¿También podría contribuir que toquemos estos temas de forma más abierta en nuestro entorno?
Estamos en el punto en el que sí es un tema que debemos hablar. Es un tema que debemos tratar en todos los ámbitos de nuestra vida: en casa con nuestros hijos, en familia y también en el entorno laboral. En algún momento, alguien cercano a nosotros podría enfrentar esta situación. Lo último que deseamos es que se vean expuestas a riesgos innecesarios para su salud o sean penalizadas y juzgadas por tomar la decisión de acceder a un aborto seguro.
Pensemos en las mujeres que están llevando a cabo un embarazo deseado y, de repente, se enfrentan a complicaciones de salud que justificarían un aborto terapéutico. Sin embargo, debido a los prejuicios y estigmas, podrían evitarlo, poniendo en peligro su salud o incluso sus vidas. Si queremos tener mujeres fuertes a nuestro alrededor, mujeres que logren sus metas y sigan sus planes de vida, necesitamos hablar sobre este tema sin importar si estamos de acuerdo o no. Debemos ser empáticos, abrir un diálogo honesto y preguntarnos: ¿cómo nos sentiríamos si nos sucediera a nosotros?
— ¿Y qué pasa si nuestra familia no está de acuerdo con la despenalización del aborto?
Es importante hablarlo. A veces evitamos hablar de política, religión o fútbol para evitar conflictos, sin embargo, el aborto es un tema que no podemos pasar por alto. Ignorarlo puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia. A pesar de que nuestras familias y entornos pueden ser conservadores, es necesario hablar de este tema. No se trata solo de expresar nuestra opinión, sino de entender qué piensan las personas a nuestro alrededor.
En momentos críticos podemos preguntarnos, ¿quién de mi familia o entorno estará ahí para ayudarme y escucharme? La clave es abordar el tema con empatía y respeto, basándonos en el amor y los valores compartidos. A veces, podemos mantener conversaciones más saludables si nos colocamos en el lugar del otro y tratamos los temas desde diversas perspectivas. No se trata solo de defender nuestros derechos, sino de entender los sentimientos y preocupaciones de los demás.
Si abordamos el tema desde el amor y la empatía, podemos abrir un espacio para la comprensión y el apoyo mutuo. Por ejemplo, preguntarle a nuestra mamá: ¿tú me amas mucho? ¿y qué pasaría si esto a mí no me gusta? Eso es diferente a decir “no te metas en mi vida porque es mi derecho. Hay que abordar la empatía y la escucha también en posiciones difíciles.