La embajada de Ucrania en Lima condenó “enérgicamente” este miércoles el viaje realizado por un grupo de legisladores peruanos a Rusia en medio de la guerra iniciada hace más de un año y medio, que deja ataques contra civiles, torturas y casos de violencia sexual y de género, según Naciones Unidas.
Al menos diez congresistas, entre ellos Eduardo Salhuana (Alianza para el Progreso), Kelly Portalatino (Perú Libre), Jaime Quito y Silvana Robles (no agrupados), aceptaron la invitación de la Duma Estatal de Federación Rusa para participar de una conferencia sobre América Latina.
La cita está prevista para el próximo 2 de octubre y, según el titular del Legislativo, Alejandro Soto, ni su despacho ni la Mesa Directiva “han otorgado autorización” para la salida de los diputados, quienes aceptaron la convocatoria a “título personal” y sin “asignación de recursos económicos o logísticos”.
“Sobre el particular, hacemos de conocimiento a los y las congresistas [que aceptaron la invitación] que el Perú desde el inicio condenó y rechazó la agresión rusa en varias ocasiones, tanto a nivel internacional como a nivel bilateral”, recordó la sede diplomática en un pronunciamiento difundido en sus plataformas sociales.
Agregó que “con la invasión brutal e injustificada”, el país liderado por Vladímir Putin sigue “destruyendo el sistema internacional de seguridad, los principios y normas básicas de la Carta de la ONU”, mientras que el mandatario ejerce una “política agresiva” con “prácticas genocidas en los territorios ocupados temporalmente”.
“Consideramos que mientras Rusia ataca las escuelas, hogares y hospitales en Ucrania, [y] comete crímenes de guerra [...], la visita en referencia al país-agresor es inaceptable y tóxica. Por lo tanto, la asistencia en la conferencia mencionada, desacredita completamente a sus participantes”, sigue el comunicado.
La embajada ucraniana también tuvo líneas de agradecimiento para el Gobierno peruano y sobre las declaraciones de Soto, quien se solidarizó en la víspera ante “la ofensiva militar que sufre [el país] por parte de la Federación Rusa”.
A inicios del año pasado, Putin ordenó a sus tropas bombardear e invadir Ucrania —exrepública soviética independizada en 1991—, luego de meses de tensiones y acumulación de fuerzas militares. Según historiadores, fue la primera gran agresión de este tipo en Europa desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, y el fin de la dictadura de los nazis en Alemania.
Solo esta semana, una comisión de la ONU que investiga los crímenes de guerra presentó un informe ante el Consejo de Derechos Humanos sobre los ataques ilegales con explosivos contra edificios residenciales, centros médicos, estaciones, tiendas y almacenes comerciales.
En todos los casos hubo víctimas civiles y se dañaron o destruyeron instalaciones de servicios básicos, según el presidente de este grupo investigador, Erik Møse, quien fuera presidente del Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
El exjuez supremo de Noruega también señaló que actualiza con regularidad una lista con la identidad de los autores de violaciones de derechos humanos que entregará al alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk.
La nómina contiene nombres que van desde lo más alto hasta lo más bajo de la jerarquía con responsabilidad en las violaciones. El organismo que dirige Türk custodia varias listas de este tipo, como las que contienen la identidad de responsables del genocidio de la minoría rohinyá en Birmania o de los crímenes durante la guerra civil que se desató en Siria en 2011.
El contenido de los documentos se mantiene en reserva y su objetivo es servir de base de una acusación penal cuando estas situaciones sean juzgadas por instancias de justicia nacionales o internacionales.