El clan Ospinal Mayhuasca, la familia que mantiene vivo el legado del folclore peruano en Estados Unidos

A pesar de la distancia que los separa de sus raíces, la familia sigue con las tradiciones peruanas, desde la celebración de la yunza hasta la procesión del Señor de los Milagros en Austin, Texas.

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Cuatro generaciones de fiesta patronal en Estados Unidos. Video: Día D.

Muchos peruanos dejaron su querido país con el objetivo de lograr ‘el sueño americano’. Austin es una ciudad con centros comerciales, varias universidades y auditorios de convenciones. Entre su producción, destacan los artículos de alta tecnología, como equipos eléctricos, semiconductores y equipos informáticos. Es la capital de Texas en Estados Unidos, ubicada cerca al río Colorado.

Conocida por ser una ciudad de vaqueros y donde se baila música country, un clan peruano de apellido Ospinal Mayhuasca vienen conquistando las tierras del ‘tío Sam’ y llevan a Norteamérica la fiesta patronal con la yunza incluida.

Esta ciudad alberga cerca de 20 mil peruanos y la más numerosa es, justamente, la familia de Ospinal Mayhuasca.

En la década de los 70 llegó Marcial Ospinal a Estados Unidos, tanteando el terreno y enrollándose al ejército de Estados Unidos, logrando así el ‘beneficio’ de la residencia y la posterior ciudadanía. Luego llegó el sobrino Hernán Ospinal junto a la matriarca de la familia: Honorata Mayhuasca, de 87 años, quien invitó a sus seis hijas a este país y obtuvieron rápidamente la ciudadanía.

Hasta 2018, el clan constaba de aproximadamente 100 personas y ya se encuentran en la cuarta generación. La familia Ospinal, originaria del distrito de Áhuac en Huancayo asumieron el rol de mayordomo perpetuo de cada celebración y fiesta patronal que se haga en Austin.

Marisol Ospinal y las tradiciones de la familia

La familia Ospinal Mayhuasca, lleva cuatro generaciones en Estados Unidos, llevando cultura en el país norteamericano. Video: Día D

Marisol Ospinal llegó a tierras estadounidenses cuando tenía 19 años y, en ese momento, era la menor de la familia; sin saber que dentro de su vientre se encontraba su hija Daily, que es fruto de su relación con su esposo Jesús Casallo.

La familia convierte los fines de semanas en una fiesta patronal con pasacalle y yunza. En Estados Unidos no consiguen sus trajes tradicionales y lo tienen que pedir desde Perú. Son los embajadores del folclore nacional en esa zona.

La encargada de realizar los eventos es Marisol: desde el tradicional Santiago hasta la procesión del Señor de los Milagros.

En Austin hay peruanos de todas las regiones del Perú. La hija menor de Honorata cuenta que durante los fines de semana buscan juntar a los peruanos cantando huaynos, pero de lunes a viernes trabajan en el supermercado Walmart

La familia Ospinal llegó hace 30 años a Estados Unidos. Jesús Casallo empezó haciendo la limpieza en un hotel, pero luego emprendió su propio negocio de limpieza y, finalmente, se dedicó a los negocios de carnes, y compra y venta de autos.

La familia se reúne todos los fines de semana y han sabido construir sus negocios en tierras americanas. Créditos: Facebook de Marisol Folklórico Ospinal Mayhuasca
La familia se reúne todos los fines de semana y han sabido construir sus negocios en tierras americanas. Créditos: Facebook de Marisol Folklórico Ospinal Mayhuasca

Selina Ortiz y Rosa Santis

Saliendo un poco de la familia Ospinal, otra embajadora que lleva las tradiciones peruanas en alto es Selina Ortiz, peruana que lleva la tradicional marinera a tierras norteamericanas. Todo lo hizo por amor. Cuenta que formó un grupo con 6 mujeres llamadas ‘Las capullanas’ donde bailan marinera y la encargada es Miriam, quien tiene su escuela.

Miriam es ayacuchana, llegó a Texas para estudiar una maestría, se casó, se quedó casi 40 años y dirige su propia empresa.

“Trabajo para compañías de teléfono y de gas. Soy la persona que realiza las estructuras; he llegado a contar con 300 trabajadores”, declaró para Día D.

Gracias al éxito de sus negocios se pudo comprar un terreno gigante, a solo tres metros del circuito de la Fórmula 1 de Austin, donde hacen cortamonte y se reúnen para ver el evento de manera gratuita. Incluso, según contó, se la han intentado comprar en varias ocasiones sin tener éxito, pues le ha colocado un precio alto, ya que ella considera que es lo que se merece.

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