La Liga 1 viene desarrollándose en su última etapa y uno de los equipos que ha mejorado considerablemente es César Vallejo. El conjunto ‘poeta’, desde la llegada de Roberto Mosquera, ha encontrado el funcionamiento que necesitaba para escalar posiciones en el Torneo Clausura con miras a la clasificación de un torneo internacional. Uno de los jugadores claves en esa consigna viene siendo Jairo Vélez, el conductor del equipo.
El mediocampista ecuatoriano de 28 años se encuentra en su cuarta temporada consecutiva en el elenco trujillano, aunque el 2017 tuvo un breve paso por Universidad San Martín. Justamente, Perú ha sido el país donde se ha asentado y tiene la opción de obtener la nacionalidad.
Infobae Perú conversó en exclusiva con el nacido en El Carmen, Ecuador, y reveló, entre otros temas, la anécdota con Sebastián Domínguez, exseleccionado con Argentina y ahora asistente de Hernán Crespo en Al-Duahil de Qatar, además de la estafa que sufrió cuando jugó en México y su presente en la escuadra ‘estudiantil’.
- ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol? ¿Gozaste de comodidades desde chico o te costó en la infancia?
Mi familia es bien humilde, con muchas carencias: los chimpunes, uniformes, tantas cosas que no a todos se nos da. Pero desde muy pequeño destaqué en el fútbol y eso me ayudó mucho porque me regalaban chimpunes, uniformes, etc. Empecé en una academia de fútbol de mi barrio que se llama Corinthians.
- ¿Siempre jugaste como volante o empezaste en otra posición?
Un tiempo, pero muy poco, jugué de defensa, porque era una categoría más grande que la mía. Después pasé a ser volante y delantero.
- En Ecuador jugaste en Guayaquil City y el 2013 llegaste a Vélez. ¿Cómo se dio tu llegada al ‘Fortín’?
En ese entonces, el dueño de River Plate de Ecuador, que ahora es Guayaquil City, estaba haciendo pruebas y mandó a un grupo de 18 chicos a Argentina. Jugamos contra la reserva de Independiente, Temperley, etc. Pero de todo el grupo, volvimos cinco a hacer una prueba directamente a Vélez, y de ahí quedamos dos.
- ¿Pudiste coincidir con Ricardo Gareca?
Sí, cuando apenas llegué ya estaba. Estuve en la quinta categoría de Vélez y subía. El ‘profe’ sabía que era ecuatoriano. Era novedoso de que un ecuatoriano vaya a Argentina y a Vélez. Me subía a entrenar a reserva y con el equipo de Primera. Siempre en Vélez tienen esa costumbre de subir chicos a entrenar a diario casi y alguna vez me tocó.
- De todos modos, jugaste con futbolistas importantes como Mauro Zárate y Lucas Pratto. ¿Alguna anécdota con uno de ellos?
Sí, en ese entonces Vélez tenía un buen equipo. El arquero era Sebastián Sosa, el central Sebastián Domínguez que era capitán, Fabián Cubero, Emiliano Papa, ‘Tito’ Canteros, Pratto, Zárate, ‘Flaco’ Nanni, había un buen plantel. Hubo un tema particular con ‘Sebas’ Domínguez. Yo tiraba centros por izquierda y jugábamos en parejas. Ganaba la que hacía más goles. Yo tenía que mandarla al punto de penal, pero mi idea era lanzarla al área grande y siempre las ganaba el arquero. ‘Sebas’ me decía David – por mi segundo nombre – y que la lance al punto de penal y yo le respondía que estaba equivocado y tenía que ir al primer palo. Y ahí él dijo: ‘15 años jugando al fútbol y este muchacho que recién empieza me quiere enseñar’ (risas). Ahí quedó.
- ¿De qué manera llegas al fútbol peruano el 2017?
Por Vélez mismo. Yo estaba entrenando y me dicen que me habían conseguido un equipo, la San Martín de Perú, primera categoría, esto, esto, esto. Y yo, buenísimo, estaba sin jugar. Me vino muy bien, la verdad.
- Al final de ese año, tu nombre sonó para llegar a un club grande del Perú. ¿Tuviste la posibilidad de fichar por alguno?
Yo trato de hacer bien mi trabajo para estar al nivel. Después si hay interés o no, es otro tema. En mí queda solo estar al 100% y rendir ahora en el equipo que estoy. Al menos que me haya enterado, no tuve oferta concreta de ningún club grande de Perú.
Etapa en México
- Después de esa temporada, fuiste a Atlante. ¿Qué pasó en México para que no te quedaras?
De acá me fui con un representante que me llevó para Atlante. Antes firmé un contrato con Tigres por cinco años, pero como no iba a tener oportunidad, me mandaron a Atlante, un equipo de buen nivel, pero de segunda categoría. Fui para ver qué tal me iba, jugar y ver si tengo una chance en Tigres. Eso me dijeron en ese momento. Estuve en Atlante por año y medio porque renovaba cada cinco meses. Y cuando quise preguntar qué pasaba con mi contrato de Tigres, no me dieron asistencia, me dieron vueltas. Al final me enteré de que no había ningún contrato, o sea ese contrato que había firmado nunca lo subieron a la Federación y era jugador libre. Después, el ‘profe’ que tuve en Atlante me llevó a Cafetaleros de Chiapas cinco meses más, o sea, dos años más. Yo firmé por dos años ese equipo, pero a los cinco meses y llegué a un mutuo acuerdo porque me dio ganas de regresar a mi casa, a mi familia. Decidí terminar mi contrato y con ganas de volver al fútbol ecuatoriano.
- Cuando estabas en Vélez, ¿surgió el interés para ir a Europa?
El sueño de todo futbolista era ese. Por una u otra cosa no se me dio, opté por regresar a mi país, donde no me fue muy bien tampoco. Se fueron mermando los sueños, pero son aprendizajes de la vida que hoy valoro porque me han hecho la persona que soy y me han enseñado a madurar.
Regreso al Perú
- El 2020 regresaste al Perú, a César Vallejo, por pedido de ‘Chemo’ Del Solar. ¿Tuviste un buen entendimiento con él?
Exacto, sí, yo estaba en mi tierra buscando equipo porque, sobre todo, quería jugar en Ecuador. En eso me llama el ‘profe’ ‘Chemo’ y me dice ‘te quiero acá conmigo’, así que se dio. Mi relación con él fue buena, con mucho respeto. Siempre agradecido, pero no solo de palabras, sino que dentro del campo de juego. Como jugadores nos corresponde eso y creo que uno trata de ser agradecido. Siempre me recalcaba que en campo nuestro juegue más sencillo y arriba ataque más, que ande más suelto.
- ¿Cómo fue tu relación con Sebastián Abreu? ¿Qué pasó para que el equipo pase por un momento irregular?
Bien también. Yo trato de estar enfocado en lo mío que es mi trabajo. A partir de eso, uno se gana su lugar y el respeto. Personalmente, no tengo ni una queja de él. Después en el fútbol son esas cosas, a veces no se dan. Eran situaciones de partidos porque había veces que jugábamos bien y una falla terminaba dañando todo el trabajo, tarjetas rojas, errores nuestros que nos hacían perder o empatar partidos muy importantes. El entrenador te da una idea, pero en el campo de juego los que matamos son los jugadores. No podemos tampoco tirar una responsabilidad porque el entrenador no se puede meter y patear por ti. Eso depende de nosotros.
- Y ahora con Roberto Mosquera, ¿qué significa tenerlo como DT y qué les dijo cuando llegó?
Estoy contento porque siempre es importante ganar. Vino con muchas ganas. Es un entrenador que ya conoce el medio, a sus jugadores. Ya tenía conocimiento de este equipo desde años atrás y sabía de lo que puede rendir. En base a eso, creo que ha estado trabajando y por eso todos los últimos partidos que he jugado con él se nos han dado los resultados. Recién lo estoy tratando, lo estamos conociendo y todo bien.
- ¿Iniciaste el trámite de nacionalización? ¿Qué te genera eso?
Estamos reuniendo todos los documentos que se necesitan para iniciar el trámite de nacionalización. Está el agradecimiento con el Perú, con la gente, me han tratado muy bien y me han dado un medio de trabajo. También no ocupar cupo de extranjero en el equipo que me toque estar. Ser un peruano más lo tomaría con mucho cariño por ese agradecimiento con el Perú.
- En ese caso, ¿está la selección peruana como objetivo o piensas quizás en la selección de Ecuador?
No te puedo decir ahora porque tendría que llegar ese momento, primeramente, para poder tomar una decisión, y segundo, creo que Perú tiene muy buenos jugadores. Tranquilamente puede jugar con sus jugadores naturales. Pero si llegara el momento, tomaría la decisión y si algún día toca, pues con mucho cariño y agradecimiento por todo lo que me ha dado el Perú. Si no, igualmente agradecido.
- Tienes 28 años y mucha carrera por delante. ¿Qué metas y sueños en el fútbol te faltan por cumplir?
Tengo una meta personal que es ser campeón. He estado luchando aquí en Vallejo y por una u otra cosa no se me ha dado, pero la principal es quedar campeón. También, hacer buenos torneos internacionales, poder cambiar ese chip que tienen los equipos peruanos y competir en un torneo internacional. Después, siempre se aprenden cosas nuevas. Como jugador de fútbol nos toca adaptarnos porque no todos los técnicos piensan igual, no todos los equipos son iguales. Tal vez hay situaciones o tácticas que te pueden menguar un poquito o desarrollar tu juego, pero siempre manteniendo un nivel. Yo creo que vengo sosteniendo un nivel, una idea y, a partir de ahí, arrancar. Me gusta crecer y mejorar. Para ser campeón tengo que tener algo más porque no lo he logrado y soy consciente de eso. El día de mañana alguien me dirá qué me falta mejorar y tocará aprenderlo.
- ¿Existen conversaciones para renovar con César Vallejo?
Todavía estamos en conversaciones, esperando una propuesta del club y por ahora estoy enfocado en el torneo.
- Si existe la opción de dar el salto el próximo año a un equipo más grande del Perú, ¿lo contemplarías?
Depende, porque no solo es el hecho de ser un equipo grande. Hay que ver la situación, yo tengo una familia y no puedo pensar solo en mí. Si estuviera solo, tal vez te digo que sí, pero tengo que pensar en lo mejor para ellos. Primero tiene que llegar y en su momento se tomará la mejor decisión.
- ¿Te arrepientes de algo en tu carrera?
Si tuviera la experiencia que tengo ahora de siete u ocho años atrás sería diferente. Pero arrepentirme como tal, no. Por algo pasan las cosas, tal vez tenía que vivir todo eso, Dios quería que entienda algo y por eso estoy acá y lo disfruto.