Selección peruana de vóley recibió a la familia de histórico técnico de la ‘bicolor’ durante Preolímpico de Japón

La selección peruana de vóley, que este sábado 23 de septiembre finaliza su participación en el Preolímpico a París 2024, fue gratamente sorprendida por una especial e inesperada visita. La familia de Akira Kato Tanabe, histórico entrenador del voleibol nacional, se hizo presente en Tokio para acompañar a la delegación ‘blanquirroja’ en uno de sus últimos días de competencia.

El equipo que hoy dirige el técnico Francisco Hervás ha venido afrontando un complicado desafío en la capital de Japón. La ‘bicolor’ enfrentó a selecciones mejor rankeadas en el Grupo B del evento por boletos a los Juegos Olímpicos París 2024 y, aunque las cosas no han salido tan bien, las jugadoras tuvieron la oportunidad de evocar algunos recuerdos gloriosos del pasado por un momento.

La insospechada visita de familiares de Akira Kato así lo permitió. Tras la reciente caída ante Puerto Rico en su penúltimo duelo del Preolímpico (3-0), la delegación nacional tuvo un histórico encuentro con los parientes de quien es considerado el “padre del vóley peruano”, que aprovecharon la estancia de la ‘bicolor’ en Japón -su natal- para presentarse en el lugar de los hechos y saludar a todo el equipo.

Tras ello, la capitana Karla Ortiz y Gino Vegas, presidente de la Federación Peruana de Vóley (FPV), en forma de agradecimiento por la visita, hicieron la entrega de una camiseta peruana firmada por las jugadoras a Noriko Sato, viuda del entrenador japonés que le dio muchas alegrías al país.

“Noriko Sato, la viuda del extraordinario entrenador japonés Akira Kato Tanabe, quien sentó las bases para el desarrollo del vóleibol peruano, visitó a la delegación nacional ayer en el marco del torneo Preolímpico”, detalló la FPV en las redes sociales.

“El equipo peruano liderado por Gino Vegas y la capitana Karla Ortiz, agradeció el importante gesto de la familia del gran Akira Kato e hizo entrega de una de casaquilla con los colores patrios”, añadió.

La historia del vóley peruano, bien se podría decir, inició de la mano de Akira Kato. Fue a partir de él que se empezó una revolución deportiva en el deporte de la net alta. El entrenador japonés llegó al país tras ser invitado por el entonces presidente de la FPV, José Pezet Miró Quesada, en 1965, para dirigir a la selección nacional.

A partir de entonces, el histórico técnico de la ‘bicolor’ intensificó los entrenamientos, aumentando las horas de las prácticas y aplicando una metodología asiática especial que no todas las jugadoras seleccionadas pudieron aguantar. La disciplina y un gran esfuerzo físico fueron las bases principales de su trabajo, que a la poste dio frutos.

“Yo hablaba mucho, gritaba, pero a la vez hacia jugadas que me salían de manera natural, y el maestro detenía la práctica y me preguntaba por qué había hecho eso, le gustaba que le expliques y validaba el criterio”, rememoró Maruja Ostolaza, histórica jugadora del Perú, en una nota que publicó la FPV años atrás.

“Nos reunimos por lo menos una vez por mes para almorzar. Hablamos de vóley y siempre recordamos a Akira. Esto es algo que él mismo nos enseñó, lo hacemos hasta inconscientemente, pero fue lo que nos inculcó porque también nos reunía para almorzar o conversar. Fuimos una generación muy unida, y hasta hoy lo mantenemos”, relató por su parte Ana María Ramírez, también precursora del vóley peruano.

Además de bellas y memorables anécdotas, Akira Kato dejó en legado enorme e inigualable. A su encomiable trabajo le respaldaron éxitos importantes como el primer oro conquistado en el Campeonato Sudamericano de 1967, venciendo además a Brasil en su propia localidad por primera vez en la historia de la selección peruana. Tras ello, llegaron muchos más triunfos en la región, así como también en los Juegos Olímpicos.

En 1968, Perú hizo historia al llegar al cuarto lugar de las Olimpiadas disputadas en México y, tras las primeras conquistas obtenidas de la mano del japonés, el camino glorioso del vóley peruano luego continuó con Man Bok Park. El resto es historia.

La medalla de plata conseguida en Seúl 1988, al igual que el subcampeonato mundial en 1982, fue el logro más significativo de todos los tiempos y, seguramente, eso no hubiera sido posible si antes Akira Kato -fallecido en 1982 tras una larga batalla con una enfermedad en el hígado- no establecía las bases fundamentales en el país. Al japonés se le debe mucho.