No poder caminar le generaba frustración. No poder correr como lo solía hacer en su infancia le causaba mucho más dolor que las operaciones a las que tuvo que someterse. No vivir una vida como las de sus demás amigos y familiares le llevó a la depresión. Pero el deporte la salvó. Le sacó del profundo pozo en el que se había sumergido para elevarla a la gloria deportiva. Esta es la historia de Pilar Jáuregui, una auténtica campeona en silla de ruedas.
En entrevista exclusiva con Infobae Perú, la parabadmintonista peruana rememora sus inicios y las diferentes brechas que tuvo que romper o superar para ser quien es hoy: la número uno del mundo. Ella nunca dejó de luchar y nunca dejará de hacerlo, mucho menos cuando la situación se torne complicada. Por eso, hoy no hay nadie mejor que ella.
A puertas de los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, Pilar -embajadora de Gatorade- también nos comparte sus nuevos objetivos y los sueños que quiere seguir construyendo y cumpliendo en un futuro cercano y lejano.
- Naciste con una luxación de cadera, ¿cómo marcó tu vida?
A pesar de que era un diagnóstico de nacimiento, no nos dimos cuenta, porque cuando era niña no tenía problemas o dificultades para caminar. Cuando ya fui creciendo, como a los 10 años, de repente nos damos cuenta que tengo dolor para caminar y obviamente dificultad para saltar o para correr.
- ¿Qué dificultades has padecido desde entonces?
Muchas. Algunas por temas de salud, otras de depresión. Era muy acomplejada, no quería utilizar bastón y sillas de ruedas. El tema psicológico era muy fuerte. Además, estar cada cierto tiempo en operaciones, rehabilitaciones, otra vez operación… no podía tener una vida como casi todos los llevaban, porque tenía que estar cuidándome y en terapia, tratando de volver a caminar. Fue una adolescencia bien marcada y a la vez muy difícil, porque había momentos en que tenía que estar postrada por meses.
- ¿Sientes que el deporte te ayudó a salir de esa depresión?
Sí, siento que el deporte me ayudó muchísimo. Me ha dado muchas alegrías y sobre todo mucha seguridad, porque de joven era muy acomplejada y era muy difícil estar postrada o ver que después de operaciones mejoraba y luego empeoraba. Con el tiempo, podía caminar menos, saltar menos y correr menos.
- ¿Te han cerrado las puertas alguna vez por tu condición?
Para muchas cosas sí. No simplemente con que algo o alguien te cierre las puertas, sino que hay cosas que te vas limitando por sí misma y el deporte me ayudó bastante para afrontarlo. Antes era muy complicado salir a la calle sin alguien que te pueda ayudar, sobre todo en lugares inaccesibles. Ahora cada vez es mucho mejor y más accesible, y me he vuelto más independiente, ya que viajo prácticamente sola.
- ¿Has sufrido algún tipo de discriminación en el ámbito deportivo?
En el ámbito deportivo, más que nada al principio por el hecho de ser mujer, porque no había muchos deportes para las mujeres. Por ejemplo, yo hacía básquet y no podía jugar porque como había muchos equipos femeninos, tampoco podía jugar en los equipos masculinos. Habiendo reglas internacionales que respaldan que las mujeres pueden jugar en equipos de varones, igual me decían que no. Acá no lo permiten todavía creo. Se nota la discriminación que tenemos todavía y eso hace que no avancemos. Y también he sufrido discriminación en la calle. Que no respeten el lugar de estacionamiento, que no respeten el ascensor o cuando he subido al tren y que no hayan querido cederme el lugar o espacio que está asignado para la silla de ruedas.
- ¿Cómo y cuándo emprendiste tu aventura paradeportiva?
Yo ya voy haciendo 13 años de paradeporte. Había empezado con tenis de campo, donde competía nacional e internacionalmente. Luego hice básquetbol en silla de ruedas, practicando los dos deportes en paralelo hasta el 2015, básquetbol hasta el 2017. Pero en el 2015 cuando fui a los Juegos Panamericanos en Toronto, conocí a Pedro Pablo de Vinatea y él me invitó a probarme en el bádminton y ver una competencia internacional que hubo acá. La primera vez que vine no fue amor a primera vista, porque no me gustó mucho. Me presentó al entrenador, me explicaron un poco del deporte, en qué consistía y yo la verdad que no lo veía tan atractivo, no me gustó a primera vista.
- ¿Qué otros deportes practicaste en un inicio y por qué te quedaste en el bádminton?
Yo siempre he sido muy deportista. En realidad he hecho mucho más deportes, he hecho surf, maratón, he practicado vóley, básquet… he probado de todo. Siempre he tenido esa chispa. Eso gracias a mis padres, que siempre me han ayudado e incentivado a que pruebe distintas disciplinas. Y en el bádminton, a pesar que al principio no me gustaba, pude conocer cómo jugaban los jugadores asiáticos y cómo era la técnica, y una vez que estaba en cancha -porque de afuera yo lo veía fácil- me di cuenta que era más complicado y ahí me empezó a llamar más la atención.
- ¿Alguna vez pensaste en tirar la toalla ante la adversidad?
No, para nada. Es más, siempre me preguntan si he pensado en retirarme o qué va a pasar, pero una de las cosas que he dicho es que siempre voy a hacer deporte, no sé si ya de forma competitiva, pero siempre lo voy a hacer para mi bienestar.
- ¿Se sabe que no hay apoyo suficiente en el deporte peruano ¿En tu caso que marcó la diferencia y en que podría ayudar un mayor aporte económico?
El deporte en el Perú, aparte de que nosotros no tenemos un buen soporte, no siempre lo ven de buena manera. En mi caso, la verdad que estoy muy agradecida con lo que yo estoy recibiendo, tanto del IPD como de las empresas privadas. En este caso, Gatorade ha estado desde el inicio, no desde que tengo títulos, sino que hemos ido creciendo juntos y hemos ido sumando resultados. Estoy muy agradecida, porque solo a través de la federación no hubiera podido lograrlo, porque no solamente consta en que entrenes, sino también en que tienes que hacer campamentos e ir a torneos. Bádminton es uno de los deportes que no tiene torneos cerca; todos los torneos son en Asia, Europa, en África o en Australia. Hay un solo torneo en el continente que es el de Canadá y ahora que va a haber el de Santiago 2023 y el de Brasil, pero no hay más. Entonces es bien costoso mantenerse.
- ¿Qué aspectos podrían mejorar en el plan de trabajo del IPD para los paratletas?
Creo que hemos avanzado bien. Una de las cosas que antes yo experimentaba en otros deportes era el poco apoyo que teníamos. Todo parte de las Federaciones, del IPD, que haya un buen programa. Eso también hizo que cambiara de deporte, porque el bádminton tenía un programa, teníamos los entrenadores, los campos y yo creo que eso es lo más importante para poder empezar. Ahora también está la asociación paralímpica del Perú y a raíz también de los Juegos Parapanamericanos que tuvimos, dejó un buen Legado y hay más chicos que se animan a hacer deporte. Gracias a eso, ha quedado un gran movimiento, ha dejado estas sedes y eso está haciendo que crezca el deporte peruano.
- Si en Toronto 2015 representaste al Perú en el baloncesto en silla de ruedas. ¿Por qué no continuaste compitiendo en esta disciplina?
Porque en la Clausura del 2015 me había prometido una medalla para mí en Lima 2019. Sé que es muy complicado que en los deportes colectivos se pueda conseguir y en ese momento pensé que iba a intentarlo en tenis, pero no. Cuando conocí el bádminton, ya sabía más o menos qué es lo que quería, los entrenadores me habían explicado cuánto teníamos que trabajar y yo como que soy muy egoísta deportivamente. Sé que si trabajo, puedo lograr lo que me plantee. Y así fue.
- ¿Qué se siente ser la número uno del mundo en tu disciplina?
Todavía yo lo sigo procesando, no imagino ser la número uno y la verdad yo entreno sintiendo que todavía que me falta, porque todavía hay rivales ahí como las chinas que no estuvieron en el Mundial. Entonces, tengo en mente que todavía me falta y tengo que seguir trabajando para estar ahí. Ha sido difícil ser la número uno y siempre me dicen que es difícil mantenerse ahí, así que yo estoy en el proceso y trabajo bastante para lograr ese objetivo de obtener una medalla en los Juegos Paralímpicos.
- ¿El campeonato mundial del año pasado es el mayor logro de tu carrera?
Hasta el momento sí. Es el mayor logro, no imaginé ser campeona mundial. Es más, yo fui con el objetivo para luchar una medalla, al menos la de bronce. Entonces, los días fueron pasando, compitiendo, fui ganando partidos importantes con algunos resultados muy cerrados hasta que llegó el domingo y yo ya estaba en la final. No lo imaginaba. La verdad que fue un torneo muy importante para mí, estuve muy suelta, jugué sin nervios, entregando todo hasta morir.
- ¿Cómo te vienes preparando para Santiago 2023?
Ahora justo tuvimos torneos de preparación, tuvimos cinco torneos este año, nos falta un último que es en Australia, al que estaremos viajando en octubre. Bueno, estamos entrenando tres veces al día, con mucha técnica. En realidad Santiago es parte del proceso porque también van a sumar puntos para los Juegos Paralímpicos. En esta ocasión voy a estar participando en singles y en dobles. En singles siento que ya lo tengo más trabajado, porque obviamente ya voy más tiempo, pero en dobles es lo que me está costando un poquito más.
- En Lima 2019 ya ganaste el oro. ¿Cuál es tu meta en Santiago?
Mi meta es tener otra medalla de oro en singles y me gustaría también lograr la medalla en dobles. Lograr ahí el doblete.
- ¿Te ves en el podio paralímpico de París 2024 el próximo año?
No, todavía. Es todo un proceso largo. En las paralimpiadas pasadas fue muy difícil la clasificación, ahora sigue siendo muy difícil. La clasificación es aparte por las dobles, clasifican las seis primeras parejas doblistas y luego dos más del ranking. Para Tokio 2020 clasificaron las seis primeras y yo era como la tercera. Esta vez, yo estoy trabajando mucho más fuerte, también es el mismo proceso (en singles), clasifican primero las seis y el cuadro total es de ocho. Por ahora yo soy la uno en el ranking para París, pero todavía falta. La sumatoria de puntos termina en marzo del 2024, falta todavía la mitad de camino, así que vamos a ver, por el momento estoy en París.
- ¿Cómo te imaginas tu vida si no encontrabas al bádminton en tu vida?
No lo sé, la verdad que no me he puesto a pensar, pero de repente me dedicaría al diseño de moda. Antes de esto yo estudié diseño de moda y estaba metida en ese ámbito.
- ¿Qué sueño esperas cumplir?
Una de las medallas paralímpicas. Ese sueño es el que me tiene ahí trabajando duro. Luego, más adelante, quiero ayudar mucho con el paradeporte, con algunas academias, promoverlo y seguir ahí en el movimiento paralímpico.
- ¿Qué joven promesa del parabadminton consideras que puede seguirte los pasos?
Acá hay muchos chicos que recién están empezando, pero que se les ve mucho futuro. No podría decir uno exactamente, pero sí hay chicos que tienen buen potencial; es más, ahora van a ir a luchar por medalla en Santiago 2023.
- ¿Qué significó para ti ser incluida entre las 50 mujeres más poderosas del Perú por la revista Forbes?
Para mí es motivador para seguir dando lo mejor de mí y seguir representando al país de la mejor manera. Estar entre las 50 con deportistas como Gladys (Tejeda), Kimberly (García) es un verdadero honor. Nosotras tenemos que seguir dando lo mejor de nosotras porque nuestro país lo merece.