La muestra itinerante de Fernando Botero que llegó a Lima en 2006 y la influencia del artista en la ópera peruana

El pintor más influyente del siglo XX, conocido por sus óleos y esculturas voluptuosas, murió este viernes a los 91 años de edad.

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Foto: Cortesía Museo de Antioquia.
Foto: Cortesía Museo de Antioquia.

Fernando Botero murió la mañana de este viernes 15 de septiembre de 2023. El artista colombiano más universal, famoso en todo el mundo por sus figuras rotundas y voluminosas, falleció a los 91 años. El célebre pintor, escultor y dibujante murió en su casa en el principado de Mónaco, donde se recuperaba después de haber sufrido recientemente una neumonía.

“Llevaba cinco días bastante delicado de salud porque había desarrollado una neumonía. Murió con 91 años, tuvo una vida extraordinaria y se fue en el momento indicado”, dijo su hija Lina Botero a Caracol Radio y lo recordó como una persona “que dedicó su vida a su país, que fue el tema de su obra artística”.

Muestra itinerante de Botero en Lima

En 2006, Lima fue testigo de la muestra pictórica ‘El dolor de Colombia’ , que retrata la violencia del país vecino desde la década de 1980.

El Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú albergó 27 óleos y 23 dibujos que fueron parte de la exposición permanente del Museo Nacional de Bogotá, que las recibió como donación por parte del artista.

Entre los cuadros se encontraba el célebre ‘La muerte de Pablo Escobar’ que muestra al capo cuando huía por los tejados de Medellín, justo antes de ser abatido por la policía el 2 de diciembre de 1993.

“La idea de esta colección es que en el futuro la gente recuerde el momento trágico que ha vivido el país, para no repetirlo. Mostrar cómo, en medio de la gente buena y de un paraíso, hay cabida al dolor y a la tragedia”, comentó Botero acerca de la muestra.

Además, esta gira estuvo presente en varios países de América Latina, entre ellos: Argentina, Chile, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.

Quién era Fernando Botero. - crédito Montaje Infobae
Quién era Fernando Botero. - crédito Montaje Infobae

El libro de Mario Vargas Llosa

‘Le dedico mi silencio’ fue la novela del Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, que unió la literatura y el arte. La portada de esta obra, llena de mucho simbolismo, sorprendió a muchos, ya que se presenta una pintura del ilustre artista.

Detrás de esta elección se oculta una historia de relaciones complejas y contrastes, especialmente con el ilustre escritor Gabriel García Márquez. Tras haberse consolidado como las voces más destacadas del ‘boom latinoamericano’, pronto sus nombres comenzaron a alejarse en todo escenario, a tal punto que, incluso, ninguno aceptaba hablar públicamente del otro.

Después de algunos años, el asunto ha ido cambiando, especialmente después de la muerte del autor de “Cien años de soledad”. Si bien nunca limaron sus asperezas, por lo menos Vargas Llosa habla de nuevo sobre su colega y la enorme influencia que ha supuesto para la literatura universal.

En esta muestra titulada ‘Los músicos’, el pintor colombiano representa su esencia en los habituales personajes de cuerpos voluminosos tocando diversos instrumentos musicales. Al contemplar este óleo sobre lienzo transmite la sensación de la música flotando en el aire, mientras que los personajes con sus instrumentos variados, parecen estar en un concierto ofreciendo un conjunto de sonidos armónicos que despiertan emociones y recuerdos.

El propio Mario Vargas Llosa confesó tener un interés y amor por la música criolla, además de una atracción por el vals peruano. Es por eso que, su novela ‘Le dedico mi silencio’ se desarrolla en el Perú y gira en torno a Toño Azpilicueta, un hombre enamorado de la música criolla que sueña con un país unido por el arte.

La portada del nuevo libro de Mario Vargas Llosa es una obra de Fernando Botero, otro de los "poco amigos" de Gabriel García Márquez. (Diseño: Jesús Avilés/Infobae).
La portada del nuevo libro de Mario Vargas Llosa es una obra de Fernando Botero, otro de los "poco amigos" de Gabriel García Márquez. (Diseño: Jesús Avilés/Infobae).

Influencia de Fernando Botero en la ópera peruana

La Temporada de Ópera 2014 se estrenó ‘El elixir de amor visto por Botero’, versión escénica de la popular ópera bufa de Gaetano Donizetti, producción de Nausica Ópera Internacional de Italia.

La puesta en escena ‘El elixir de amor’ combina el canto lírico y el arte plástico en una colorida puesta en escena en la serie ‘El Circo’ de Fernando Botero. Esta colección de pinturas captura la esencia y la atmósfera del mundo circense, a través del característico estilo del pintor retrata a los artistas, animales y demás elementos en espacios llenos de color y vitalidad.

En conclusión, Botero ha sido una figura de proyecciones inmensas en la historia del arte colombiano y latinoamericano y lo sigue siendo en esta época en la cual la voz del crítico y del especialista ya no cuentan en comparación con la del coleccionista.

Su obra es reconocida en todos los rincones del planeta, en gran parte debido a que su destreza, conocimientos y capacidad para concebir ideas y proyectos, al igual que su ironía, su humor. Su contenido, es comprendido en todas las culturas sin necesidad de las largas explicaciones que por lo general acompañan al arte contemporáneo.

Vida de Fernando Botero

El año 1932, en la ciudad de Medellín, nació el maestro Fernando Botero Angulo. Fue el segundo de tres hijos de una pareja formada por el comerciante David Botero Mejía y la costurera Flora Angulo de Botero.

Recibió su educación primaria en Antioquia Ateneo y, gracias a una beca, continuó su educación secundaria en el Colegio de Jesuitas de Bolívar.

Su familia anhelaba que Botero se convirtiera en torero. Por eso es que en 1944, el tío del futuro artista lo envió a una escuela de matadores durante dos años. Este hecho marcó la vida de Fernando, quien en lugar de oponerse aprovechaba en pintar toros donde podía. A los 12 años ya tenía clara su vocación artística.

El largo camino del pintor tuvo muchas escalas. En 1948, comenzó con su carrera como ilustrador, a la edad de 16 años publicó sus primeros dibujos en la revista dominical de El Colombiano, uno de los periódicos más importantes de Medellín. Usó el dinero que le pagaron para asistir a la escuela secundaria en el Liceo de Marinilla de Antioquia.

Años más tarde viajaría a Europa donde se profundizó en los museos para aprender del arte del pasado. Su interés en la corriente histórica lo condujo a Italia, donde su ojo alerta le permitió comenzar a analizar, detalle a detalle, el arte de los grandes maestros y razón por la cual conoce ampliamente los más profundos secretos de sus técnicas.

El artista colombiano, a pesar de haber radicado en Europa desde 1973, sintió la necesidad de mostrar la época de Colombia que más ha marcado. 
Créditos: Museo Nacional de Bellas Artes
El artista colombiano, a pesar de haber radicado en Europa desde 1973, sintió la necesidad de mostrar la época de Colombia que más ha marcado. Créditos: Museo Nacional de Bellas Artes

El dolor de Colombia en los ojos de Botero

El artista colombiano, a pesar de haber radicado en Europa desde 1973, sintió la necesidad de mostrar la época de Colombia que más ha marcado: el narcotráfico, las bandas guerrilleras, coches bomba, escenas de tortura y la violencia desatada por el hambre y los secuestros.

El pintor muestra todos estos problemas sociales a través de sus obras con su típico estilo Botero: formas de grandes volúmenes y siempre figurativas.

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