Hace un par de semanas se conoció que el Archivo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos difundió una serie de documentos desclasificados en el marco del vigésimo aniversario del informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). Inicialmente se informó que durante los gobiernos de Alan García (1985-1990) y Alberto Fujimori (1990-2000) se encubrieron a militares que estuvieron involucrados en ejecuciones extrajudiciales. Sin embargo, hay más detalles de cómo vieron desde el extranjero los primeros actos terroristas que sucedieron en el Perú.
En concreto, hay informes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que dan cuenta que inicialmente restaron importancia a los atentados que Sendero Luminoso, al mando del fallecido genocida Abimael Guzmán Reinoso, realizó en el país. El primer documento de la CIA, que resulta muy breve, data de junio de 1981. Allí, señalan que la aparición subversiva de SL no iba a tener la misma magnitud que los actos insurgentes que se dieron en la década de los sesenta. Incluso, no creían que el entonces mandatario Fernando Belaúnde pudiera tomar alguna decisión que genere un conflicto interno.
“Los incidentes actuales no solo difieren en alcance e intensidad, sino que es poco probable que el presidente Belaunde reaccione exageradamente y desencadene una cadena de acontecimientos similares a los que llevaron a su partida en 1968″, se menciona. No obstante, al año siguiente, la CIA publicó un nuevo articulo en su revista donde se ofrece mayor detalle y precisión sobre los antecedentes, las operaciones y el nivel de amenaza que Sendero representaba.
Además, el servicio de inteligencia norteamericano mencionaba que fuentes de la embajada de su país en Lima informaron que Belaúnde parecía “preocupado de que una campaña antiterrorista del Ejército pueda poner en peligro la imagen favorable de los derechos humanos del Perú” y que también el apoyo público a los terroristas incremente.
El 3 de octubre de 1984, la CIA sacó un nuevo informe sobre la subestimación inicial de SL por parte del gobierno de Belaúnde y que tenía una dependencia de una fuerza policial incompetente que “no estaba entrenada, mal equipada y no era amada por la población en general”. Es así que los norteamericanos observaban que la violencia terrorista se había intensificado y expandido por el territorio nacional. Detallaba que los más perjudicados eran los campesinos de las zonas de emergencia, donde eran ejecutados por no adherirse al ‘Pensamiento Gonzalo’ de Abimael Guzmán.
A raíz de esta situación “cada vez más deprimente” es que sostuvieron que “las Fuerzas Armadas no parecen capaces de ganar militarmente y pueden verse tentadas a intentar aniquilar físicamente a Sendero Luminoso eliminando a todos los sospechosos de ser miembros o simpatizantes”. Se agrega también algunas matanzas atribuidas a la organización de Abimael Guzmán como la ocurrida en el distrito de Uchiza (San Martín), donde atacaron con la colaboración de colombianos a policías que habían detenido al traficante Buke, tal como se reporte en un clave desclasificado del 4 de abril de 1989.
Lo mismo ocurre con otro documento del 18 de marzo de 1991, donde se detalla las matanzas que Sendero realizó en el Valle del Mantaro.
Finalmente, entre los documentos desclasificados de la CIA se recalca el papel de Ketín Vidal Herrera, exjefe de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) y líder del GEIN, que con su liderazgo llevaron a la operación exitosa del 12 de setiembre de 1992 cuando capturaron a Abimael Guzmán en una casa del distrito de Surco tras varios meses de seguimiento policial.