Se reinventó y creó 43 versiones de leche de tigre: “Fue la misma gente la que me animó a buscar otros sabores”

Cuando la pasión llama a la puerta, poco o nada se puede hacer ante esa fuerza de la naturaleza que es más fuerte que uno y nos lleva por un camino incierto en el cual la única verdad es la satisfacción de llegar a ese punto en el que seremos absolutamente felices. Esa es la ruta que un día emprendió Jesús Aguilar Córdova, quien hace ya 13 años decidió dejarlo todo en el lucrativo negocio automotor para seguir sus instintos y dedicarse a lo que su corazón le dictaba: la creación de diferentes tipos de leche de tigre, un emblemático plato de la cocina peruana.

Para conocer esta historia llena de sabor, Infobae Perú fue a buscarlo a uno de sus locales en Surquillo, y esto fue lo que encontró.

Cuando todo parecía ir por el cauce natural en su vida, un buen día, don Jesús, quien además es un reconocido fanático de la comida marina y de la leche de tigre, recibió la inspiración del famoso chef Gastón Acurio y decidió que ese sería su camino.

“Luego de verlo en su programa y en los festivales de Mistura, me decidí a cambiar de rumbo y meterme de lleno en la cocina. Y como apasionado de la leche de tigre, decidí que algo tenía que hacer en ese sentido y crear la mayor variedad posible”, señala Aguilar Córdova con esa sonrisa de niño travieso que se sale con la suya después de una travesura.

Esa ha sido la fórmula para lograr el sello más característico de ‘Del Tigre Su Leche’: tener en su carta más de 43 variedades diferentes de leche de tigre, basadas en la gran cantidad de ajíes, frutas y aceitunas que nos ofrece la enorme despensa que es el suelo peruano.

Si bien es cierto que los peruanos somos amantes de la buena comida, al menos la gran mayoría, también es cierto que somos muy exigentes a la hora de probar nuevos sabores. Esto lo sabía muy bien Jesús, quien comenzó su negocio en solitario en una conocida galería en el Centro de Lima, en un pequeño módulo.

“Fue la misma gente la que me animó a buscar otros sabores y casi sin querer llegué a crear 43 versiones diferentes. Ha sido un camino tan largo que apenas sé cómo llegué hasta aquí”, nos cuenta.

De acuerdo con el mismo chef, en nuestro país existen más de 350 variaciones de ajíes. Cada uno con sus respectivas características, sabores y personalidad que una vez que se mezclan con los demás ingredientes, son capaces de crear un mundo nuevo de sabores.

“Aparte de los ajíes más comerciales, el Perú cuenta con una infinidad de estos productos como el challuaruro, arnaucho, pipí de mono, el ají bola, uña amarilla, el rocoto huaracino. Preparar un plato como la leche de tigre con estos productos es una maravilla”, explica.

Y eso es un trabajo que solo se va a lograr con esfuerzo y paciencia, ya que el comensal en el Perú está acostumbrado a ciertos platos con determinado sabor; por lo que cambiar esa costumbre se presenta como una dura batalla que desde ‘Del Tigre Su Leche’ están gustosos de dar con tal satisfacer los paladares más exigentes.

Durante la amena charla que sostuvo con este periodista, surgió una curiosidad que resultó ser natural en determinado punto de la conversación: ¿De dónde o cómo hace para conseguir tanta variedad de ajíes?

La respuesta es mucho más sencilla de lo que parece, ya que este entusiasta de la gastronomía marina confesó que, para tal fin, ha logrado cerrar una alianza estratégica con la Universidad Nacional Agraria La Molina, que se encarga de proporcionarle una cierta cantidad de ajíes nativos y orgánicos que ni siquiera están en la carta, pero “yo los tengo en crema”. Un ejemplo de eso es el ají tomatillo, que tiene la forma de un tomatito. Y así sucesivamente con otros tipos de ajíes.

Si alguien pensaba que este lugar solo se especializaba en leche de tigre, estaba equivocado. Resulta que una vez que han encontrado la receta perfecta para preparar cualquiera de las variedades de leche de tigre, aprovechan esa base para crear otra delicia de la casa, que es el arroz con mariscos.

Como en toda historia de amor, esta lo es entre un peruano profundamente enamorado de su comida; las cosas no son fáciles. Mucho menos al principio, ya que, como mencioné líneas más arriba, dejó una vida cómoda y sin riesgos en otro tipo de negocios.

Esta dificultad, propia de cada nuevo emprendimiento, se vio agravada por la pandemia de COVID-19 que afectó tanto al Perú y que, entre otras cosas, provocó el aumento de muchos insumos, como está sucediendo actualmente con el limón.

Con locales en diferentes distritos como Surquillo, Magdalena o Minka y hasta en el Boulevard de Asia, el mensaje de la historia de Aguilar Córdova es que nunca hay que dejar de perseguir nuestros sueños sin importar cuál sea tu circunstancia actual. La recompensa podría sorprenderte, tal como ha pasado con ‘Del Tigre Su Leche’.