El sobrepeso es una condición que perjudica la salud y la calidad de vida de toda persona, en cualquier rango de edad, no obstante, la situación preocupa aún más cuando se habla de niños diagnosticados con obesidad en etapa de crecimiento y desarrollo. Actualmente, en el Perú, uno de cada cuatro niños tiene esta enfermedad.
En entrevista con Infobae Perú, Romyna La Rosa, médica endocrinóloga, indicó que este trastorno caracterizado por niveles excesivos de grasa corporal no solo aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas sino también cáncer.
“La obesidad y el cáncer sí tienen relación y eso es independientemente de la edad”, dijo la especialista, quien agrega que uno de los principales mecanismos que conecta el exceso de peso con el riesgo de cáncer es la resistencia a la insulina o el hiperinsulinismo.
A detalle, menciona que el hiperinsulinismo no solo se da por el exceso de consumo de comidas chatarras sino también cuando se presenta ciertos factores de riesgo, como tener padres diabéticos o familiares con patologías como colesterol o triglicéridos elevados.
Esta condición implica que las células del cuerpo tienen dificultades para responder adecuadamente a la insulina, lo que puede llevar a un mayor nivel de esta hormona en el torrente sanguíneo. Esto, a su vez, puede estimular el crecimiento de células tumorales y promover el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
“Por ejemplo, antes no existía diabetes tipo 2 en niños. Es más, diabetes tipo 2 era llamada ‘la del adulto’. Ahora ya no se puede decir eso, porque diabetes tipo 2 también existe en la edad pediátrica”, indicó. La diabetes es considerado un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer.
Por otro lado, la formación de ácidos grasos también está vinculada al sobrepeso y la obesidad, ya que contribuye al aumento de la acumulación de grasa en el cuerpo. La Rosa reveló que, así como la diabetes en niños, también hay mayor presencia do otros lípidos en la sangre.
“Los ácidos grasos son las grasas en su mínimo elemento, o sea, podría ser que se refleje como un incremento de colesterol y un aumento de triglicéridos que antes no veíamos en la edad pediátrica. Era muy raro; es más, ni pedíamos ese análisis en los niños. Ahora, en la batería de análisis cuando evaluamos a un niño con sobrepeso u obesidad, e incluso con problemas de crecimiento, tenemos que solicitar colesterol y triglicéridos. Estos son factores que inflaman, o sea, los siente el cuerpo como un factor inflamatorio, un factor de estrés para el cuerpo y este estrés se traduce luego en el desarrollo o alteración a nivel celular. Cuando hay una inundación a nivel celular por tanta agresión inflamatoria es cuando se desarrollan las células cancerígenas”, mencionó.
La endocrinóloga destacó otros factores de riesgo que han cobrado relevancia en la vida de los niños, como el incremento del sedentarismo, la influencia de la tecnología y el aumento de la ingesta de comida rápida.
“Justamente con el incremento de esta curva de todo lo mencionado, está aumentando igualmente este factor de riesgo que es la obesidad para neoplasias”, agregó.
Yan Carlos Vargas, oncólogo y director de Oncodrip, también mencionó en Agencia Andina que otros causantes del “cáncer son microbios y otros tóxicos ambientales como el plomo, radiación y agentes carcinógenos que podemos encontrar en la industria y en los alimentos”.
La obesidad también desencadena una recurrencia de cáncer
La doctora sostuvo que la obesidad tanto en niños como adultos también puede causar que un cáncer diagnosticado regrese. Por ello, resaltó la necesidad de cuidar la alimentación de los menores.
“Esto quiere decir que si yo tengo un niño con sobrepeso que hizo diagnóstico de cáncer igual tengo (que cuidar su alimentación). No es que no importe o que no pasa nada si se queda gordito”, indicó.
Por otro lado, la especialista señala que existe a veces una idea equivocada de que los pacientes oncológicos siempre están delgados. Sin embargo, es importante entender que los pacientes oncológicos también pueden presentar altos índices de sobrepeso y obesidad.
“Esta condición no indica necesariamente un cáncer en estado terminal, sino más bien uno avanzado. De hecho, al inicio, la mayoría de los pacientes presentan sobrepeso u obesidad. Basta con dar un vistazo a las salas de espera del hospital para observar esta realidad”, añadió.
¿Cómo prevenir un diagnóstico de obesidad y cáncer en niños?
La endocrinóloga recomienda llevar a los niños a controles de salud de forma anual, incluso si parecen estar sanos. No es necesario esperar a que surjan problemas de crecimiento en talla o peso para realizar los controles para niños sanos. Si se detecta alguna anomalía, es necesario tomar medidas.
Si una persona adulta tiene antecedentes de diabetes, enfermedades cardiovasculares como colesterol alto y triglicéridos, sobrepeso u obesidad, debe considerar que sus hijos también tienen estos factores de riesgo.
Por ello, se debe acostumbrar a los niños, desde temprana edad, a una dieta baja en azúcar, fomentar el consumo de frutas, promover la actividad física adecuada y evitar el consumo de sustancias que puedan acelerar el desarrollo de diabetes, sobrepeso u obesidad.
“Nuestro sistema digestivo y nuestro cuerpo es y ha sido creado para consumir los alimentos que nos brinda la naturaleza, los frutos de los árboles, los frutos de la tierra, los animales que se encuentran en el mar, esos son los alimentos que han sido ancestralmente comprobados que no nos generan daño”, indicó Vargas.
¿Qué tipos de cáncer pueden desarrollar personas con sobrepeso y obesidad?
Generalmente, se trata de cánceres digestivos como el de colon, hígado, páncreas, tiroides. No obstante en el caso de las mujeres, se observa una relación significativa entre el sobrepeso, la obesidad y cánceres como el de útero, ovario y mama. Especialmente, la mama está fuertemente vinculada con estos factores.
“Además, se ha documentado que en niños con leucemia, las recaídas son más comunes si el niño no se encuentra en un rango de peso saludable. Por lo tanto, es más probable que la enfermedad, una vez diagnosticada, recaiga o que aparezca una segunda neoplasia”, complementó la experta.