El rol político de la mujer en la sociedad actual

La jefa del área de Relaciones Sociales y Gubernamentales del estudio Miguel Mur & Abogados opinó sobre el papel femenino en la toma de decisiones que trascenderán el rumbo de nuestro país.

Mujeres indígenas en ceremonia por el Día Internacional de la Mujer Indígena junto a Boluarte. (Mincul)

Caminante no hay camino, se hace camino al andar…

Inicio con una frase emblemática del poema de Antonio Machado, quien nos señala que la senda de nuestro camino tiene un pasado que no retornará, pero que nosotros somos los artífices de nuestro propio destino. Cada paso que demos debe dejar huella en nuestra historia. Y es así como recordamos cada 7 de setiembre el día de los derechos cívicos de la mujer, fecha histórica que marca el inicio de la participación política de la mujer en la toma de decisiones que trascenderán el rumbo de nuestro país.

En el año 1955, durante el gobierno del general Manuel Odría, se promulgó La Ley 12391 donde se faculta el voto de la mujer. Así, aún con ciertas limitantes, la lucha por una equidad e igualdad de derechos iniciaba su camino.

Habiendo pasado 68 años desde la promulgación de la Ley 12391, las mujeres han logrado posicionarse en diferentes espacios públicos y en muchos casos, liderando puestos de alta jerarquía con responsabilidad. La visibilidad de estos roles se puede atribuir a la lucha constante de posicionar normativas que generen equidad y valoración sobre las capacidades y potencialidades que poseen las mujeres para desenvolverse y tomar las riendas de una vida pública y privada.

Pese a los avances, es evidente que aún no terminamos de romper con los estereotipos socio culturales; por ejemplo, en las sociedades andino-amazónicas, las mujeres han asumido, de manera progresiva, cargos públicos y políticos dentro de sus comunidades y organizaciones; sin embargo, hay brechas de desigualdad en los espacios laborales, organizacionales y estructurales.

Estas brechas deben ser mermadas mediante el impulso de políticas públicas efectivas que validen la igualdad laboral a través de una remuneración justa; así como también garantizar los derechos y una mayor participación de las mujeres en los espacios públicos y privados, y en la toma de decisiones de alta envergadura. Promover la paridad fortalecerá la estructura democrática y permitirá reafirmar nuestro compromiso como ciudadanos en la construcción de una sociedad con niveles de desarrollo humano basados en el respeto y empatía.

Lily Valderrama.