Extranjeros y peruanos dedicados a la extorsión y cobro de cupos han visto en los mototaxistas y conductores de carros colectivos una fuente de ingreso rentable para sustentar su vida delictiva. La violencia con la que operan es alarmante, llegando incluso a cometer homicidios para intimidar a sus víctimas y lograr sus objetivos.
Jorge Espíritu Ávila fue la última víctima registrada por los medios de comunicación. El hombre, quien era padre de seis hijos, se desempeñaba en la informalidad como colectivero. Un grupo de sujetos que se hicieron pasar como pasajeros lo asesinaron cuando este se encontraba trabajando muy cerca a la estación Atocongo.
El lamentable hecho ocurrió en las primeras horas del pasado sábado 02 de setiembre. Se conoció que el fallecido era una de las decenas de víctimas del cobro de cupos en el paradero ‘Tottus’ de Santiago de Surco. Sus compañeros de trabajo denunciaron que ‘los jaladores’ de pasajeros exigían el pago de 5 soles por cada salida.
Rodolfo Barrueta Carbajal, un padre de familia de 36 años de edad, perdió la vida en agosto pasado cuando unos sujetos, que se hicieron pasar por pasajeros en Pachacamac, lo hicieron bajar de su mototaxi para luego acribillarlo. Todo apunta a que se habría negado a pagar los cupos que los criminales le exigían.
En San Juan de Lurigancho, en el mes de julio, otro mototaxista estuvo a punto de ser asesinado por un sicario. El conductor del vehículo informal se percató a tiempo que un sujeto disfrazado de fiscalizador municipal y a bordo de una moto lineal se disponía a matarlo. Afortunadamente, reaccionó y lanzó una herramienta que logró desestabilizar al criminal quien luego escapó. Se conoció que le exigían S/500 soles mensuales como cupo.
En marzo pasado, Luis Rogelio Bacón Arce (60), Javier Policarpio Dámazo Tarazona (55) y un extranjero también fueron asesinados por un grupo de sicarios en San Juan de Lurigancho. Los hombres que se desempeñaban como mototaxistas eran víctimas del cobro de cupos y se habían negado a ceder a la exigencia de los criminales.
Un mes atrás, Roosewelt Yancay Medina perdió la vida en un incidente violento en el distrito de Comas mientras se dirigía hacia una parada. Además, el 12 de junio, Edgar Talavera Porras, un mototaxista de 30 años, también fue víctima de un homicidio en Huaycán, ubicado en Ate.
Cobradores de cupos se apoderan de la informalidad
Los conductores de mototaxis y taxis colectivos son objetivo de diferentes tipos de extorsión por parte de grupos peruanos y extranjeros, como el conocido “Tren de Aragua”. En ocasiones, estos grupos han colaborado entre sí para tomar el control de los paraderos informales, manteniendo así su dominio y control sobre esta actividad delictiva.
El crimen puede ocurrir en cualquier momento del día, aunque según la Policía Nacional del Perú (PNP), los delincuentes tienden a operar con mayor frecuencia durante la noche y las primeras horas de la madrugada, ya que tienen diversas alternativas para evadir la captura.
Según expertos, estas bandas criminales han perfeccionado sus métodos con el tiempo y se han infiltrado en todos los niveles de la sociedad peruana. Aprovechan el miedo y la vulnerabilidad de la población, exigiendo pagos diarios de cinco soles o semanales de 20 soles a los mototaxistas y conductores de colectivos en la capital.
Los mototaxistas afirman que las extorsiones son un problema cotidiano, y sostienen que más de 200 de ellos han recibido amenazas por negarse a pagar. “Nunca habíamos pasado estos momentos, somos perseguidos y extorsionados”, denunció una de las víctimas.
Las mafias, incluso operarían en los corredores complementarios administrados por la ATU. “Si nosotros queremos trabajar en alguno de los corredores, como el Azul o el Rojo, debemos matricularnos con un cupo. Si no pagamos, nos amenazan o golpean el vehículo. Dicen que es porque nos van a dar protección en los operativos de la ATU”, contó un colectivero.
Cabe mencionar que, en los últimos ocho meses, en Perú se han presentado 13 mil 189 denuncias de individuos o compañías que han sido afectados por casos de extorsión. Sin embargo, tanto el Gobierno como el Congreso parecen no estar abordando adecuadamente esta problemática.
El coronel PNP Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios, asegura que el aumento de la informalidad es la principal causa de que estos delincuentes hayan incrementado en este sector.
Añadió que la extorsión se ha convertido en un negocio descontrolado debido a que los delincuentes se benefician de la falta de regulación y el caos en la economía informal. Se sostiene que la criminalidad organizada, tanto dentro como fuera de las cárceles, ha intensificado sus actividades y está explotando a los ciudadanos peruanos que se ganan la vida en empleos informales.