Fue en 2011, más de 10 años atrás, que desde ComexPerú pusimos la liberalización del cabotaje (transporte de carga marítimo entre puertos del litoral) en agenda, con comunicaciones formales a distintos actores públicos, así como difundiéndolo en medios. Resulta que, para promover la reactivación de la Marina Mercante, en 2005, mediante la Ley 28583, se dispuso la reserva del cabotaje a naves mercantes de bandera peruana; es decir, una restricción exclusiva a empresas nacionales. Además, en caso no existiese flota, se permitía el fletamento de naves extranjeras, para ser operadas por empresas nacionales por un periodo de hasta 6 meses.
Así, con el favor de la Ley, por ejemplo, de las 21 embarcaciones registradas hacia 2017, solo 2 servían para el transporte de contenedores; mientras que el resto se destinaba al transporte de hidrocarburos, químicos y granos.
En ese contexto, con el objetivo de contar con una alternativa operativa para el transporte de mercancías entre puertos peruanos, de 2017 en adelante se dictaron normas para flexibilizar dicha restricción impuesta, que sirvieron sobre todo para afrontar periodos críticos como el de la Covid-19.
A partir de 2019, se estableció un periodo de excepción por 3 años, en los cuales buques extranjeros podrían hacer cabotaje en nuestro litoral, con lo que se tendría una mayor oferta de naves para cubrir necesidades de transporte marítimo en beneficios de usuarios y competitividad del país. El resultado, 54 buques, de 8 empresas, inscritos para brindar servicio de cabotaje, y se registró un crecimiento del 72.9% en el movimiento de carga vía cabotaje entre 2019 y 2022.
Habiendo culminado el periodo de excepción, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), mediante el Proyecto de Ley 5175/2022, plantean eliminar la exclusividad para empresas nacionales, así como atender diversas problemáticas para favorecer el desarrollo del cabotaje marítimo en el mar peruano, no solo para mercancías, sino también para personas: procedimientos operativos y administrativos; ausencia de zonas de tránsito para carga nacional de cabotaje; infraestructura portuaria no adecuada y falta de facilidades portuarias para el manejo de la carga; y falta de infraestructura para el cabotaje de pasajeros.
El cabotaje es una alternativa oportuna para mitigar las problemáticas que presenta el transporte terrestre en nuestro país. La habilitación de este servicio para que naves extranjeras operen en nuestro mar traería consigo menores costos logísticos, con ahorros de hasta USD 694,000 anuales para los usuarios del comercio exterior, según estimaciones del Mincetur; una mayor seguridad y eficiencia en el manejo de la carga; anulación de riesgo de obstrucción de carreteras por desastres naturales o protestas sociales desmedidas; reducción del número de accidentes y menor congestionamiento vehicular, particularmente en zonas portuarias.
Tener el cabotaje marítimo como una alternativa frente a cualquier circunstancia que limite o impida el libre tránsito de mercancías por carreteras, asegurará el flujo de nuestros envíos al mundo y de la adquisición de bienes a precios competitivos para el desarrollo de nuestra industria local y para los consumidores finales. Darle la posibilidad al dueño de la carga de optar por un medio de tránsito que aseguraría, e incluso aceleraría, sus operaciones de comercio exterior, implica elevar la competitividad del sector.