Pese al gran conservadurismo —o tradicionalismo— que acompaña al peruano en la práctica de sus actividades cotidianas, ni el más recalcitrante costumbrista puede quedar exento de las implicancias de un mundo globalizado. Así como hay quienes consideran que las identidades de los países están siendo suprimidas por las prácticas de las potencias, existen también quienes consideran esto una ventaja, pues supone la modernización de las prácticas sociales y la adaptación a un mundo interconectado. Entre estas prácticas está sin duda la del uso del dinero digital, cuyo dominio parece cuestión de tiempo. Ante ello nos preguntamos, ¿qué tan preparado está Perú para entregarse a este mercado?
Infobae conversó con Fernando Luna Guzmán, cofundador y CEO de la empresa francesa Lyra en Argentina, Chile y Perú. Con más de 25 años en el mundo comercial y con experiencia en diferentes mercados sudamericanos, el ejecutivo tiene una noción profesional sobre las posibilidades y las complicaciones que un país como el nuestro tiene. Aunque ya se han visto avances en el país, el mercado de pagos digitales es una gran posibilidad que avanza con gran dinamismo en otros países. Analizamos qué le depara a nuestra realidad.
La evolución del mercado digital en el Perú
“Es cierto que Perú viene un poco atrás que el resto de la región en este avance. No lo vamos a negar. Sin embargo, hoy ha generado un escenario muy positivo para la industria. No solo en Perú, lógicamente, sino en toda la región. En general, todos los países sudamericanos poseen una iniciativa de parte de los entes reguladores y de los organismos que participan dentro de este ecosistema”, declara Guzmán.
Luego, añade: “Hoy en día, las diferentes industrias exigen generar servicios que sean interoperables: soluciones como pagos peer-to-peer (red de pares) o pagos a través de soluciones QR. Se quiere democratizar la industria, permitir que lleguen más y más usuarios. Por eso hay que hacer que el manejo de los protocolos o la mensajería sea estándar”.
En resumen, es claro que Guzmán percibe cierto potencial en el Perú para ampliar el mercado digital. Ahora, ¿es acaso comparable el caso nacional con el de otros países sudamericanos mucho más abiertos a la integración tecnológica? ¿Cómo resulta para un país emergente la adopción de formas de pago digitales?
Guzmán comenta que son precisamente los países emergentes los que indudablemente se ven beneficiados. Primero porque la industria en sí trae consigo la voluntad para generar políticas de educación e inclusión financiera, por ejemplo.
“Además, miren el Perú. Es un país inmenso, muy grande y, además, muy remoto. El medio de pago que en sí mismo pueda eximir al peruano de tomar transporte y desplazarse es sin duda un beneficio. Es una ventaja del pago digital: el acercamiento que ofrece. Todos estos beneficios generan una cadena: más usuarios se ven beneficiados, mayor adopción desde el punto de vista de utilizar los medios digitales hay en la población”, señala.
Por otro lado, indica que se trata de disponer de una mayor cantidad de herramientas. Es decir, no es solamente acotar un pago en línea a una tarjeta de débito. Hoy en día hay una serie de instancias y transferencias interbancarias varias que van a ayudar a que el mercado se digitalice.
Guzmán nos modifica la premisa: el peruano, lejos de ser sometido por el paso del tiempo, parece dispuesto a entrar en este mercado. Al menos así lo ve el CEO de Lyra. Asimismo, nos apunta que la sociedad global va en camino a la digitalización masiva del dinero. Las oportunidades de negocio que esto supone, en países emergentes que tan desesperadamente lo necesitan, vuelven a tomar sentido.
Oportunidades y desafíos: convencer al usuario
“Hay retos, sí. Lo viven todos los países cuando empiezan los procesos de regulación. Muchas veces el mercado se ve afectado, pero es misión de todos los que interactuamos en el ecosistema de acercarnos entre los entes reguladores y afinar precisamente el marco regulatorio. A veces se toman ejemplos que son inaplicables en otros países. Creo que el mayor desafío es asegurar, salvaguardar lo que la regulación pretende cuidar. Temas de fraude, lavado de activos... Sobre todo cuando hablamos de operaciones transfronterizas, donde la regulación es bastante fuerte”, indica.
Según Guzmán, todo negocio que regula el tránsito económico y digital tiene dos columnas vertebrales: darle al cliente la seguridad que sus datos no serán filtrados y darle al negocio la tranquilidad que sus ventas van a retornar (que no habrá fraude o algún factor que condicione el monto ingresado).
Ante ello, el ejecutivo añade que el objetivo principal en el mercado de los medios de pago es brindar la mayor seguridad posible en los pagos en línea, tanto para los usuarios como para los comercios. “Las billeteras digitales han cumplido con este objetivo al concentrar altos niveles de seguridad en una aplicación accesible para todos los usuarios”, finaliza.