El expiloto ucraniano Dmytro Chornyi (58), quien condujo la aeronave desde la que fueron lanzados los fusiles AK-47 a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una operación secreta orquestada en 1999 por Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, fue detenido este martes por la Policía de Albania cuando intentaba ingresar al país de manera irregular.
Chornyi fue encargado de recoger las armas que Jordania vendió al Ejército del Perú y fueron lanzadas sobre la selva colombiana con paracaídas en puntos previamente coordinados con las FARC, un caso por el que fue condenado a 25 años de cárcel por “delitos contra el Estado y la defensa nacional”.
El extripulante contaba con una orden internacional emitida por la Justicia peruana, por lo que su ubicación y captura era calificada como de suma prioridad. Según un comunicado de la institución albanesa, su detención fue coordinada por la Dirección de la Policía Local de Kuka y la oficina de Interpol en Tirana, que “están cooperando con sus homólogos en Perú para facilitar” la entrega.
Chornyi pretendía ingresar al territorio albanés por el paso fronterizo de Morina, lindante con Kosovo. Dieciocho años atrás, en 2006, Montesinos ―exasesor de Fujimori— fue sentenciado a 20 años de cárcel por esta venta ilegal de armamento, con lo cual sumó más de 30 fallos en su contra.
El expediente judicial, de cerca de 40.000 folios, había sido elaborado de forma paralela por las judicaturas de Perú y Colombia, y contó con ayuda del espionaje de Estados Unidos. Montesinos fue considerado culpable de adquirir armas en Jordania y venderlas a la guerrilla en 1999, lo que implica que cometió delitos de violación de la soberanía de un estado extranjero, conspiración política, y suministro ilegal de armas a grupos subversivos.
En agosto del 2000, por todo lo alto, Fujimori lo había presentado como el artífice del supuesto desmantelamiento del tráfico de 10.000 fusiles AKM jordanos a las FARC, una versión que fue negada posteriormente por el Gobierno de Bogotá y desató el proceso. Aunque los implicados derivaron la responsabilidad al teniente del Ejército retirado José Aybar, el acusado declaró que Montesinos dirigió el comercio ilegal.
Durante la presentación de su libro de memorias, en 2014, el exmandatario colombiano Andrés Pastrana ratificó esta revelación: “Viene mi director de inteligencia, el coronel [Germán] Jaramillo, a decirme [que] hay una compra de 50.000 armas de Jordania pagada con cocaína, por lo tanto, era un tema de narcotráfico, de violencia, en la que están involucrados Montesinos y Fujimori. No lo podíamos creer”, dijo. Solo la quinta parte de equipamiento acabó en manos de la desaparecida guerrilla.
En 2008, un año después de que fuera extraditado de Chile, el Ministerio Público denunció al exdictador por delitos de violación y conspiración a la soberanía de un Estado extranjero, tráfico ilegal de armas y asociación ilícita para delinquir. Sin embargo, para que sea juzgado en Perú por crímenes adicionales, debe obtener primero la autorización de las autoridades del país sureño, donde fue apresado tras aterrizar de un vuelo que llegó en 2005 desde Japón, que lo acogió tras su fuga.
Durante la administración de Pedro Castillo, el expremier Guido Bellido anunció que el Ejecutivo había aceptado una resolución para solicitar a la Justicia chilena ampliar los cargos de extradición contra Fujimori, quien cumple su condena de 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.
El octogenario está recluido en el penal de Barbadillo, al este de Lima, donde también han sido internados los expresidentes Alejandro Toledo (2001-2006), por presunto lavado de activos, y Pedro Castillo (2021-2022), por el fallido intento de dar un golpe de Estado en diciembre pasado.
Durante sus largos años de reclusión, Fujimori ha sido sometido a diferentes tratamientos médicos por una serie de males de salud e incluso recibió un indulto humanitario en 2017 por parte del exmandatario Pedro Pablo Kuczynski que fue anulado meses después por irregularidades.