El Poder Ejecutivo publicó hoy martes 29 de agosto el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2024-2027, documento más importante de la actividad productiva del país que contiene proyecciones generales de la economía con el fin de permitirle a las familias, empresas, gobierno e inversionistas tomar mejores decisiones.
De acuerdo con el informe publicado en el diario oficial El Peruano, para fines de este 2023, la proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) se ajusta de 2,5% a 1,1%, frente al deterioro de la actividad económica en el primer semestre del año (de enero a junio) afectada por la conflictividad social, choques climatológicos adversos como el ciclón Yaku y el Fenómeno El Niño (FEN), así como condiciones de financiamiento y contexto externo menos favorables.
“El PBI se contrajo 0,5% en el primer semestre del año, debido al impacto de la conflictividad social que inició en diciembre de 2022 y se intensificó en el primer trimestre en la zona sur del país, afectando la actividad económica principalmente por el bloqueo de carreteras y cierre de aeropuertos. Estas protestas también generaron mayores presiones inflacionarias por el alza de los precios de los alimentos”, se lee en el documento elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
MEF: “Hay inversión pero solo crece a tasas bajas”
El titular del Ministerio de Economía y Finanzas, Alex Contreras, reconoció que existe una desaceleración estructural de la capacidad del país en los últimos años. “La capacidad de crecimiento se ha reducido en los últimos 12. El resto es revertir la tendencia decreciente del PBI potencial”, agregó.
“Necesitamos apuntar a más inversión privada, mejora en el capital peruano y mejora de la productividad. Los conflictos sociales y fenómenos climatológicos nos restaron dos puntos de crecimiento”, señaló en conferencia de prensa.
Sumado a ello, de acuerdo con el MEF, la ocurrencia de las anomalías climáticas como el ciclón Yaku y el Fenómeno El Niño (que pasó de un FEN débil en febrero a un FEN fuerte en abril) afectó la actividad económica a través de los daños generados en la producción agrícola y la posterior cancelación de la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona norte-centro en el segundo trimestre del 2023-la primera suspensión desde 2014- lo que impactó negativamente en el sector pesca y el procesamiento de pescado de la manufactura primaria.
A diferencia de varias economías en la región, el Perú cuenta con fortalezas macrofiscales para enfrentar este contexto retador, sin afectar la sostenibilidad de sus finanzas públicas.
El país cuenta con la menor deuda pública entre países de la región y entre los pares con similar calificación crediticia, también cuenta con activos financieros del sector público que ascienden aproximadamente a 13% del PBI a junio de 2023 (de los cuales el Fondo Estabilización Fiscal equivale a 1,2% del PBI) y con liquidez de líneas de créditos contingentes
En 2023, el déficit fiscal se ubicará en 2,4% del PBI (2022: 1,7% del PBI) y la deuda pública en 33,6% del PBI (2022:33,8 % del PBI), en concordancia con las reglas fiscales vigentes. Los indicadores reflejan las medidas extraordinarias y un contexto desfavorable para los ingresos fiscales respecto de 2022
¿Qué hará el MEF en el corto plazo?
De acuerdo con el informe publicado, el Gobierno ha puesto en marcha un conjunto de medidas que se enmarcan en el plan Con Punche Perú que tiene como objetivo la reactivación económica a través del impulso y el destrabe a las inversiones y la protección social.
Para impulsar las inversiones, en el marco del plan Con Punche Perú se ha implementado capacitaciones, asistencias técnicas y acompañamientos para mejorar el desempeño de la ejecución de inversiones y disminuir las trabas administrativas en la obra pública a nivel nacional.
Inversión privada caerá 4,5%, según MEF
En el análisis del Ministerio de Economía, en el 2023, la inversión privada caería 4,5%, afectada tanto por el deterioro de la inversión minera debido a la finalización de la construcción de Quellaveco y la postergación de proyectos mineros como por la moderación de la inversión no minera, asociada al debilitamiento de la autoconstrucción y del mercado de viviendas, en un entorno de lenta recuperación de las expectativas de inversión y de condiciones financieras restrictivas.