Pataz, el centro de la criminalidad por el control ilegal del oro: más de 30 crímenes y otras muertes NN en lo que va del 2023

Este distrito, situado en la región de La Libertad, atrae a las bandas criminales más peligrosas que buscan tomar el control de la minería ilegal. La madrugada del sábado fue el último ataque, que dejó 10 muertos en la mina La Poderosa.

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Barrio King y el Tren de Aragua llegan a Pataz por el oro

El último sábado en la madrugada, en Pataz, más de 20 trabajadores de la minera La Poderosa fueron cruelmente secuestrados y trasladados a un socavón, donde fueron víctimas de un explosivo, acto perpetrado por individuos armados con dinamita. Como resultado de la detonación, 10 personas perdieron la vida, y otras 15 sufrieron heridas durante este devastador ataque.

Las víctimas eran jóvenes obreros de la concesión minera, con edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Se pudo determinar que siete de ellos desempeñaban funciones como vigilantes, mientras que tres ejercían labores operativas en la mina.

Pero esta historia de violencia empezó hace mucho tiempo.

En un apartado y agreste distrito al norte del Perú, a casi 800 kilómetros de Lima, lo que implica más de 17 horas de viaje por vía terrestre hacia el departamento de La Libertad, se reúnen las bandas criminales más peligrosas de la región. Operan en un entorno de impunidad, corrupción y violencia extrema. Su objetivo es el oro. Mantienen una guerra sin tregua, obsesionados por este valioso mineral. En su mundo, una vida no tiene valor alguno.

Pataz vive en la desolación, no tiene una comisaría ni carreteras en buen estado, pese a los casi 50 millones de soles anuales que recibe el municipio distrital por alojar a las tres mineras más importantes del país, Poderosa, Aurífera Retamas y Consorcio Horizonte. Los puestos policiales más cercanos están situados en los centros poblados de Chagual y Vijus, a 45 minutos de distancia. Es imposible que exista una respuesta inmediata de las fuerzas del orden, lo cual se demostró con el atentado que sufrieron los trabajadores de la minera La Poderosa.

Las autoridades no lo dicen públicamente, pero tampoco lo niegan: Pataz ya es una zona armada, como se pudo demostrar el sábado en la madrugada. Según datos policiales, este distrito registra -en lo que va del 2023- por lo menos, más de 30 crímenes. Pero este número, para la comunidad liberteña, es ‘engañoso’.

Los AR-15, el popular rifle de asalto que ha sido utilizado en todos los tiroteos masivos de la última década en Estados Unidos, ya son parte del poderío de las bandas delincuenciales en este punto del país. La consecuencia es el derramamiento de más sangre.

Ocho detenidos, vinculados a bandas
Ocho detenidos, vinculados a bandas criminales fueron detenidos hace unas semanas en el distrito de Pataz. Según el parte policial, portaban letales fusiles AR-15. (Macronorte)

“La situación por allá está cada día más preocupante. Las bandas se han apoderado de la zona. Extorsionan, secuestran, matan y todo se produce en los socavones de mina. Cuando se enfrentan y agarran a balazos, en las afueras, normalmente mueren dos a tres personas por noche. Nadie sabe ni hacen levantamiento de cadáver y simplemente los entierran bajo los escombros de mina que sacan. Pataz es tierra de nadie”, señala Pedro Yaranga, especialista en temas de seguridad y orden interno, a Infobae Perú.

La sensación de descontrol y criminalidad en Pataz tiene atormentada a la población, pero también a sus autoridades. “Nos estamos desangrando y no es de ahora, viene desde hace mucho tiempo”, asegura a este medio un funcionario local, que prefiere reservar su identidad por miedo a represalias.

Cinco bandas en guerra por la zona

Según el periodista de investigación Yuri Castro, quien lleva años cubriendo la situación en Pataz, para entender lo que se vive actualmente en esta zona del Perú hace falta retroceder en el tiempo unos 10 años, cuando el enfrentamiento entre mineros artesanales llevó a un grupo de ellos a contratar gente de dudosa reputación para tener seguridad y que no se les arrebate sus zonas de exploración del mineral.

“Los primeros integrantes de banda que contratan los mineros artesanales pertenecían a la Jauría, que es uno de los grupos criminales más sanguinarios en Trujillo. Una vez que se instalan estos delincuentes en la zona se dan cuenta del negocio que había de por medio y es ahí cuando deciden entrar con fuerza por el oro”, cuenta -a Infobae Perú- el experimentado hombre de prensa.

En la actualidad, hay cinco organizaciones criminales que operan impunemente en el distrito de Pataz, aunque no se descarta que puedan haber otras de menor envergadura. Estas son la Jauría, los Pulpos, los Ochenta, los Malditos de Río Seco y la Banda del Gato Coté. Todas con imputaciones por sicariato, extorsión, minería ilegal, tráfico ilícito de drogas y otros delitos.

La foto fue subida a
La foto fue subida a sus redes sociales por un mismo integrante de estas bandas criminales enquistadas en Pataz. Buscan sembrar terror para seguir operando de manera impune. (Composición: Infobae Perú)

El Tren de Aragua en la minería ilegal

A las bandas ya mencionadas, Pedro Yaranga agrega al Tren de Aragua, el megagrupo criminal venezolano que se ha extendido por varios países de Latinoamerica, con un amplio abanico de delitos, en los que figura la minería ilegal.

“Es el que pone mayor autoridad. Anteriormente había otras bandas en Pataz, pero al parecer ahora el Tren de Aragua se ha impuesto por encima de todos. Es el que manda. Otras bandas pequeñas se ponen a disposición de ellos. Y el problema que surge es en la distribución de lo ganado, que es una millonada de plata”, dice Yaranga.

Por el contrario Yuri Castro, basado en sus averiguaciones, no ve una presencia del Tren de Aragua como tal ahí en la zona, porque estos delincuentes extranjeros ‘no conocen el terreno’ y se les haría demasiado difícil el traslado y venta del mineral. “Sino que ahora hay un todo un tema de que si es venezolano, ya es de esa banda”, añade.

En uno de los más
En uno de los más recientes operativos de la policía se desarticuló una banda criminal integrada supuestamente por peligrosos miembros vinculados a la megabanda venezolana el Tren de Aragua. (Soltv Perú)

De acuerdo a Yaranga, esto no sería del todo cierto, pues se estaría subestimando a la criminalidad extranjera que ya mostró una capacidad de rápida adaptación por toda América Latina, pese a encontrarse en suelo ajeno. “Ellos conocen la zona de Pataz y las personas, están totalmente familiarizados con el terreno agreste, ahí hacen de todo. Incluso, ya se están dedicando algunos a trata de personas”, advierte.

Pataz es una zona atractiva para el delito y -por fuentes policiales- se sabe que también han estado migrando bandas criminales de Lima y el Callao, con la ambición de sacar una jugosa tajada del oro. Esas mismas fuentes detallan que delincuentes vinculados a Barrio King, banda que era liderada por Gerson Gálvez Calle, alias Caracol, estarían dentro de estos grupos que se están mudando a La Libertad.

Caracol se encuentra internado en
Caracol se encuentra internado en uno de los pabellones de maxima seguridad del penal de Challapalca, que está ubicado a casi 5 mil metros de altura, en el límite de Tacna y Puno. (Perú21)

“Hay 80 cuerpos enterrados”

La misteriosa desaparición del ingeniero Jefferson Hilario Arteaga, de 26 años, quien se desempeñaba como trabajador de la Poderosa, develó un entramado aún más oscuro en Pataz. Fue visto por última vez el pasado 27 de junio. Tres cocineras de la minera contaron que lo vieron salir hacia una garita cercana para ser recogido por un vehículo. Dijo que iba con dirección a la ciudad de Trujillo. Después no se supo más de él.

Lánder Ávalos, primo de Jefferson, cuenta que, al no obtener respuesta de la policía, luego de mes y medio de la desaparición, su familia contrató a investigadores particulares para dar con su paradero.

Este es su escalofriante relato: “Tras una investigación privada, se sabe que hay 80 cuerpos enterrados, solamente en el distrito de Pataz. Entonces, si hablamos de los otros centros poblados, en cada uno de ellos, aproximadamente hay 60 minerías informales, y en cada una de ellas, se matan a balazos. Diariamente, son de tres a cuatro muertos. Los cuerpos los entierran, los esconden o los tiran a otras zonas inaccesibles”.

Un minero artesanal está parado
Un minero artesanal está parado frente a la entrada de uno de los oscuros socavones de Pataz, donde se extrae el valioso mineral. Se sospechan que ahí también hay cadáveres por decenas. (La República)

La sed criminal por el oro traspasa fronteras

La preocupante situación de Pataz coincide, de alguna manera, con lo que se vive en un vecino país. La inseguridad en Ecuador escala a niveles históricos y se impone como prioridad del próximo Gobierno y Ecuador era un país pacífico. Ahora es un violento centro del negociado criminal son algunos algunos de los titulares que describen la ola de violencia en esta parte de Sudamérica.

Uno de los temas álgidos que afecta a la comunidad ecuatoriana también es el desbordante crecimiento de la minera ilegal. Los datos oficiales revelan que -en los últimos cinco años- se han deforestado al menos 1.600 hectáreas de selva amazónica, debido a la práctica constante de esta irregular actividad.

Impulsada por la fiebre del oro y agravada por la pandemia del coronavirus, la minería ilegal en ese país, que también se respalda en organizaciones delictivas, se ha expandido con una velocidad sin precedentes. Parecer se que Pataz y Ecuador tiene más similitudes que diferencias, empezando por la codicia criminal por el oro.

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