Envía tus cartas a Santa Rosa de Lima a través de WhatsApp este 30 de agosto

Como cada año, este miércoles 30 de agosto se conmemorará a Santa Rosa de Lima, una de las santas más conocidas y veneradas por los peruanos. Su día se caracteriza por tener un ambiente solemne pero también festivo y esperanzador. Por ello, miles de personas asisten a la iglesia, participan de las celebraciones que se realizan en su honor, conocidas también como ‘fiestas patronales’, o acuden al tradicional Pozo de los Deseos.

A este pozo -que está dentro de la iglesia Santa Rosa, en la primera cuadra de la avenida Tacna, en el centro de Lima- las personas llegan desde muy temprano llenas de fe y devoción, luego de hacer largas colas para poder depositar sus cartas, en las que expresan sus más profundos anhelos, gratitud y piden uno que otro milagro, pues se cree que Santa Rosa puede cumplir estos deseos.

En agosto del 2023, ese canal de Whatsapp todavía sigue activo, pese a que ya no hay restricciones para visitar presencialmente el tradicional pozo. Por ello, en caso de que este año no alcances a llegar al Pozo de los Deseos, puedes escribir al número 934720733, donde te explicarán que puedes enviar tu petición a través del correo electrónico santarosa.correo@gmail.com. Aquí deberás escribir tus anhelos, oraciones y agradecimientos a la primera santa de América, tal como lo harías en una carta hecha de puño y letra.

Luego, los encargados de ese canal virtual imprimirán tu misiva y la depositarán en el Pozo de los Deseos el 30 de agosto. Así que date prisa y recuerda que no hay nada que te impida presentar tus deseos y agradecimientos a Santa Rosa.

Isabel Flores de Oliva o Santa Rosa de Lima, como se le conoce en todo el mundo, nació el año 1586 en Lima, Perú. Sus padres fueron Gaspar Flores y María de Oliva, que además tuvieron otros doce hijos.

Desde su juventud manifestó una vocación hacia la vida religiosa y tenía una personalidad piadosa y enfocada en amar a Dios. Por aquellos días en Lima había una fuerte tendencia hacia la devoción y religiosidad. En tal sentido, Rosa tomaría los hábitos y dedicaría el resto de su vida a la labor cristiana.

Su importancia radica en la labor que realizaba: educaba a los niños o cuidaba de los enfermos, asistiéndolos desde su propio hogar, donde instaló un pequeño hospital. También son conocidos los episodios que narran prodigios hechos por la Santa y las duras penitencias que y disciplinas que practicaba.

Su muerte llegó pronto. En el año 1617, padeció de una hemiplejia derivada de una cruda enfermedad, que terminó con su vida a los 31 años. Sus restos fueron trasladados hacia el convento de Nuestra Señora del Rosario.

Tras el fallecimiento de Isabel, se inició con su proceso de beatificación por parte del arzobispo de Lima Bartolomé Lobo Guerrero y los testimonios de quienes la conocieron en vida.

Finalmente, fue beatificada en el año 1668 por el papa Clemente IX. Un año después de este hecho fue declarada patrona de Lima y Perú. No obstante, en 1671, el papa Clemente X la canonizó tras haberle dado el título de patrona principal de América, Filipinas y las Indias Orientales, que lleva hasta hoy y hace que en muchos otros países se venere a la santa peruana.

El antiguo líder máximo de la iglesia católica, Juan Pablo II, durante su viaje a Lima, exploró el templo consagrado a Santa Rosa de Lima. Mientras recorría Perú, el expapa expresó las siguientes palabras:

Desde su temprana juventud, Rosa se unió a la Tercera Orden de Santo Domingo. En su propio jardín, erigió una pequeña capilla donde se entregó a la oración y a la penitencia, avanzando notablemente en su búsqueda de la virtud y en la contemplación de los misterios divinos. Con el tiempo, esta capilla se transformó en un impresionante templo que fue inaugurado recientemente.