Un enigma natural que despierta el asombro mundial es el río Rojo, que se tiñe de impresionantes tonos rojizos durante los meses de invierno. Se encuentra al sur de la cordillera de Vilcanota, en la provincia de Canchis, región de Cusco, y este fenómeno ha maravillado a observadores de todas partes del mundo.
Cusco, conocido como el ombligo del mundo, por sus maravillas turísticas, nunca deja de sorprender. Entre sus tesoros más destacados está el río que refleja, en su nombre, su característica más intrigante. Fluyendo cerca a la imponente montaña de los siete colores, el río Rojo adquiere su distintivo color carmesí durante los periodos lluviosos, principalmente en enero, febrero y marzo.
¿Qué causa este fenómeno?
La combinación de estos minerales en la región es la causante de esta transformación cromática temporal. La arenisca contiene óxido de hierro; cuando llueve, esta roca se erosiona y los residuos desembocan en el lecho del río, otorgándole ese distintivo matiz rojizo. A medida que avanza el año, el río puede asumir un tono marrón.
Durante los primeros 5 kilómetros desde su origen, cerca del valle de la montaña de los siete colores, el río muestra su tonalidad roja. A medida que continúa su curso, se fusiona con otros arroyos y pequeños ríos, lo que diluye su color intenso. Estos afluentes convergen en el río Vilcamayo, que recorre el Valle Sagrado de Cusco y pasa por emblemática ciudadela de Machu Picchu. Más adelante, este río toma el nombre de Urubamba y se sumerge en el famoso cañón Pongo de Mainique, antes de adentrarse en la selva y, finalmente, unirse a las imponentes aguas del río Amazonas.
¿Cuál es el nombre del río?
Conocido localmente como Palquella Pucamayu, el nombre de este río tiene origen quechua, idioma oficial del Imperio Inca. Representa un tesoro tanto natural como cultural para los habitantes de la región. En quechua, “Palquella” significa “rama pequeña” y “Pucamayu” se traduce como “río rojo”.
¿Cómo puedo llegar al río Rojo?
Para acceder a este tesoro oculto, hay dos opciones principales. Los viajeros pueden optar por la experiencia de usar el transporte público local. El recorrido comienza tomando un bus en la avenida Huayruropata de Cusco, siguiendo la ruta Cusco-Sicuani.
Tras aproximadamente dos horas de viaje, deben bajarse en el distrito de Pitumarca. Desde ese punto, es posible continuar en un auto colectivo, un breve trayecto de unos 10 minutos, hasta llegar a la comunidad de Japura. Es fundamental mencionar que este tramo no está asfaltado, lo que le confiere un carácter más aventurero al viaje. Si se inclina por la comodidad y practicidad, también hay opciones de tours guiados que facilitarán el desplazamiento hasta la base de la montaña.
La montaña de siete colores
La montaña de los siete colores, ubicada a una altitud de 5200 metros sobre el nivel del mar, es una maravilla geológica esculpida por la naturaleza a lo largo de miles de años. Sus tonalidades multicolores provienen de diferentes minerales presentes en las capas de roca, ofreciendo un paisaje que parece sacado de un sueño. Además, está situada cerca del río Rojo.
La montaña de los Siete Colores, ubicada a una altitud de 5200 metros sobre el nivel del mar, es una maravilla geológica esculpida por la naturaleza a lo largo de miles de años. Sus tonalidades multicolores provienen de diversos minerales presentes en las capas de roca, ofreciendo un paisaje que parece sacado de un sueño. Además, está situada cerca del Río Rojo.
Los colores de la montaña son el resultado de un proceso geológico que engloba la sedimentación, oxidación, entre otros fenómenos. Cada tonalidad se deriva de distintos minerales: el rosa, por ejemplo, se debe a la arcilla roja, las fangolitas (mudstone) y las arilitas (siltstone). Para las comunidades indígenas de la zona, este es un lugar sagrado, considerado el hogar de los Apus, espíritus de las montañas.
Dada su elevada altitud, el clima en la montaña puede variar drásticamente. Aunque es reconocida por su vibrante paleta cromática, en ocasiones, la niebla o la lluvia pueden cubrir completamente su belleza en solo minutos. A pesar de que la montaña recibe visitantes todo el año, se recomienda acudir durante la estación seca, entre mayo y septiembre.