El presidente del Congreso, Alejandro Soto, ratificó este martes que no dimitirá, pese a las denuncias; y encaró a la prensa por exponer la cadena de acusaciones en su contra, que han decantado en una eventual moción de censura desde las bancadas de izquierda.
“Yo no voy a dejar el cargo por una renuncia voluntaria, como quisieran. Si tengo que dar un paso al costado, será porque quienes me han elegido deban tener argumentos suficientes y puedan hacerlo. La prensa limeña no quiere perder y me sigue dando duro, pero se equivocan conmigo porque poco o nada me interesa lo que digan”, dijo enfurecido en unos descargos difundidos por Canal N.
“Si tengo responsabilidad, se dirá en instancias judiciales, no en instancias parlamentarias. [Las denuncias] no van a decidir mi futuro como presidente del Congreso de la República. Duela a quien le duela, he sido ungido. Ya estoy casi un mes en el cargo. Si hay congresistas que quieren amparar la censura, respeto su decisión. Pero también que respeten la decisión de los congresistas [que se oponen]”, siguió.
Por primera vez, el diputado de Alianza para el Progreso (APP) evidenció su intención de aferrarse al cargo, después de que a inicios de agosto señalara que se pondría a disposición de la comisión de Ética Parlamentaria y que, si había “una justificación válida”, daría “un paso al costado”.
Soto ha sido denunciado por nepotismo, por encubrir una reparación civil —a raíz de una denuncia de difamación—, por respaldar una ley para que prescriban los delitos de estafa y apropiación ilícita presentados por la empresa de transportes Waynapicchu y por delito contra patrimonio —después de construir un edificio ilegal entre palacios incas de Cusco.
Sin embargo, en una rueda de prensa emitida la semana pasada, rechazó “categórica y contundentemente” estos señalamientos y afirmó que no tiene ninguna sentencia ni acusación judicial pendiente.
“No tengo ningún temor, no le temo a la censura porque sé lo que estoy haciendo, lo que estoy probando y lo que estoy demostrando [...] Me someto a la Comisión de Ética, pero esta comisión solo puede investigarme por los hechos, por mi actuación como congresista desde el 26 de julio de 2021″, dijo.
El domingo, Cuarto Poder difundió unos chats que evidencian que el legislador cuenta con un grupo de troles encargados de salir en su defensa en las plataformas sociales.
Sus propios trabajadores entregaban una cuota ‘voluntaria’ mensual para financiar publicidad, llamaban a las radios locales de Cusco, su región natal, para emitir opiniones a favor como si se trataran de ciudadanos, o empleaban horas de trabajo para borrar comentarios detractores, según el informe periodístico.
A raíz de esta denuncia, la Procuraduría General del Estado solicitó el inicio de diligencias preliminares por la presunta comisión del delito contra la administración pública en la modalidad de concusión, que se castiga con una pena privativa no menor de tres ni mayor de diez a años.
Soto llegó a la Mesa Directiva el pasado 26 de julio, gracias a una alianza entre Fuerza Popular y Perú Libre, que lo situó en la primera posición de la sucesión constitucional de la jefatura de Estado, en caso de que Dina Boluarte dimita o sea destituida.
En medio de cotas mínimas de aprobación ciudadana para el Legislativo, su lista se impuso a la liderada por Luis Aragón (Acción Popular), luego de recibir 77 votos a favor frente a 39 para su rival, además de cuatro en blanco y ocho nulos.
La alianza ganadora llevó como candidato a la primera vicepresidencia del Congreso a Hernando Guerra García, de Fuerza Popular; a Waldemar Cerrón, de Perú Libre, para la segunda, y a Roselli Amuruz, de Avanza País, para la tercera.