La psicóloga Flor de María Ruiz, docente de la Universidad César Vallejo (UCV), describe al fanatismo como una adicción o enfermedad. “Porque el fanatismo lógicamente ya viene a ser el desborde de lo que es la personalidad en sí”, sostiene y agrega que ello por lo general sucede en la etapa de la adolescencia y en muchas ocasiones, es la familia que los obliga a caer en esto.
Entre los 12 y 18 años, es un tiempo crucial para la vida de toda persona que inicia una búsqueda por conocerse a sí mismo. En esta etapa, si es que hay manifiesto de problemas que alteran el bienestar emocional, puede surgir una idealización hacia un personaje inalcanzable.
En entrevista con Infobae Perú, la especialista en psicología clínica señaló que un claro ejemplo de esto se encuentra en los grupos de fans conocidos como “Army” (de BTS), “Blinks” (de Blackpink), y otros seguidores de bandas de K-pop.
Este género musical ha experimentado un marcado aumento en su base de admiradores en los últimos años. La pasión es tan intensa que, aunque no sea una característica que generaliza a todos los fandom, cierto porcentaje de fanáticos pueden llegar a desarrollar una obsesión con los integrantes de estas agrupaciones musicales.
“En su mayoría, las personas con baja autoestima son quienes caen en esto [fanatismo extremo]. Se trata de una especie de compensación frente a un sentimiento de inferioridad. Ellos buscan en este ídolo identificarse, ver que pueden alcanzar, de repente a través de un acercamiento, ser como ellos”, mencionó la psicóloga para este medio.
Pero esta afición desenfrenada no es únicamente manifestada en la adolescencia, menciona la especialista. Personas adultas que, desde la adolescencia han experimentado problemas, tienden a dar una continuidad a su fanatismo, inclusive con ídolos nuevos.
Los fanáticos expresan de manera sorprendente su admiración por sus artistas favoritos. Esta devoción puede manifestarse desde la asistencia a todos sus conciertos y la adquisición de artefactos que hayan sido utilizados por ellos, hasta la elección de plasmar en su piel los rasgos y la imagen de estos ídolos.
El precio es lo que menos importa para ellos; y ello se ha visto reflejado en la llegada de varios artistas internacionales a nuestro país.
Tal es el caso del próximo concierto del cantante Luis Miguel, cuyo anuncio del evento provocó un sold out dejando sin entradas a cientos de fans, por lo que el artista tuvo que aperturar una segunda fecha. Pese a ello, en páginas de Facebook se ofrecen en reventa las entradas a un precio bastante superior. Situaciones similares ocurrieron para el concierto de despedida de Daddy Yankee, Juan Luis Guerra, y otros.
El fanatismo no conoce límites de género, ya que tanto hombres como mujeres pueden sucumbir a esta forma extrema de devoción. Un ejemplo en el contexto del fútbol peruano es la presencia de aficionados que han llevado su pasión al extremo de tatuarse el rostro de algún futbolista en su piel.
En algunos casos mucho más extremos, incluso se han registrado incidentes en los cuales los fanáticos llegan a cometer actos de violencia, robos, daños a infraestructuras, agresiones físicas y psicológicas e incluso homicidios en enfrentamientos con seguidores de equipos rivales.
¿Cómo perjudica esta enfermedad?
Como en muchos aspectos de la vida, el exceso puede ser perjudicial. Por lo tanto, el fanatismo llevado a extremos puede tener consecuencias negativas en la salud mental y emocional del individuo, llegando incluso a generar una especie de doble personalidad.
Al transformarse en un seguidor incondicional de un artista, la persona puede sentir que habita en dos realidades distintas. La primera es su entorno cotidiano, mientras que la segunda es un mundo interno donde la devoción por el artista y la propia identidad pueden llegar a ser incompatibles.
“Muchos confunden el fanatismo con pasión, lo que no saben es que la pasión es la fuente de todos los fanatismos, es un proceso afectivo poderoso y absorbente”, acotó.
Recomendaciones
- Asistir a un terapeuta cognitivo conductual que ayude a visionar más su problema, la cual está orientada a un trastorno de personalidad.
- Valorar de dónde viene su dinero y canalizar bien cómo debe de distribuirlo; esto sucederá una vez que asista al terapeuta.
- Que los padres y demás familiares se involucren en la terapia del paciente.
Participar en eventos recreativos como conciertos o partidos de fútbol puede ser una manera saludable de escapar de la monotonía del trabajo y las responsabilidades domésticas. Sin embargo, es importante reconocer que en ocasiones este tipo de actividades pueden llevarnos a descuidar nuestras responsabilidades financieras si no se manejan adecuadamente, desplazando nuestras prioridades económicas.