El descubrimiento de una ballena varada en la playa Señoritas, en Punta Hermosa, sorprendió a propios y extraños. La organización Oceana Perú fue una de las primeras en alertar sobre su presencia mediante una publicación en redes sociales. Según bañistas de la zona, el mamífero fue vista en la orilla al promediar las 3 de la tarde de este 17 de agosto con heridas de gran magnitud.
De acuerdo a las primeras informaciones, se creyó que el cetáceo varado se trataría de una ballena jorobada, uno de los mamíferos acuáticos más comunes de ver en el mar del Perú. Sin embargo, el biólogo marino Keyssi Rodríguez Flores confirmó a Infobae Perú que la especie encontrada en realidad es una ballena fin o de aleta, que responde al nombre científico Balaenoptera physalus.
“Su ruta migratoria pasa por el mar peruano, pero no tan cerca a las playas, su ruta en sí es mucho más oceánica. (La ballena varada en Punta Hermosa) se habrá acercado más a la costa por alguna razón y por ahí se chocó con algo que la afectó”, precisó en diálogo telefónico.
Entre las hipótesis que se manejan sobre su muerte, Rodríguez Flores descartó que haya sido por una colisión con un buque de grandes proporciones, debido a que estos transitan en zonas mucho más profundas y no cercanas a una playa.
“No me animaría a decir que fue por la colisión con algún buque porque varó muy cerca a costa, normalmente cuando las ballenas suelen ser colisionadas por algún buque suelen hundirse ahí cerca de donde pasan. Hay que recordar que los buques pasan en zonas más oceánicas. Tengo entendido que en Lima pasan muy poco los buques cerca a la costa”, dijo el también investigador asociado en Conservación Megaptera.
“Hasta que no se realice una evaluación in situ, necropacia, no se puede confirmar que el varamiento sea producto por colisión con algún buque o embarcación de mayor tamaño”, agregó.
Asimismo, debido a las heridas con que llegó a la costa, y que fueron apreciadas gracias a la difusión de fotos y vídeos, consideró que tampoco se trataría de un choque con una embarcación menor.
“Podría ser una colisión con alguna embarcación menor, como un velero o alguna pesquera, pero no generaría todo ese daño, las heridas que se le ven no podrían haberla generado el impacto con una embarcación menor. Que salgan las vísceras, es raro, algo ha pasado allí”, expresó.
Por último, manifestó a este medio que, para conocer a ciencia cierta qué le pasó a la ballena fin o de aleta, se tendría que esperar a que el Instituto del Mar del Perú le realice una necropsia. “Aunque, no creo que sea debido a alguna enfermedad (por las heridas con las que varó)”, aseguró el experto.
Pescadores artesanales
Al ser consultado por la posibilidad de que hayan sido pescadores furtivos quienes le causaron todo ese daño, Rodríguez Flores comentó que se tendría que buscar si hay marcas de ataques. “Hay que ver si tiene laceraciones por algún enmallamiento”, precisó.
Sin embargo, señaló que es muy común en varias zonas del mar peruano que cetáceos menores sufran agresiones por parte de pescadores artesanales.
“Eso pasa muchas veces con delfines o lobos marinos en lugares donde hay interacciones pesqueras. Los pescadores de embarcaciones artesanales salen preparados con palos para poder apalear cuando aparezca un lobo o un delfín, hasta los perforan, para que no ahuyenten a los peces”, aseveró.
Cabe destacar que el mar peruano supone un corredor para el tránsito de ballenas, especialmente las ballenas jorobadas, por lo que muchos turistas se dirigen a esta zona de Suramérica para avistarlas desde julio.
Se estima que entre 5.000 y 7.000 ballenas jorobadas dejan su zona de alimentación en la Antártida y llegan al Perú entre julio y octubre de cada año para iniciar su proceso de apareamiento y reproducción, según datos difundidos por la agencia estatal Andina.