Hoy, debo decir que, con más de 30 años de publicista, hay cosas de mi profesión que todavía me sorprenden.
Hace un par de meses tengo el honor de formar parte de la junta directiva de la APAP (Asociación Peruana de Agencias de Publicidad) con otros 7 colegas que, aunque conocía a la mayoría, debo confesar que, como dije al inicio, me tienen sorprendida. No necesité más de 4 reuniones para darme cuenta de que ya estamos, ¿cómo decirlo?.. Apandillados.
Y es que este equipo —y no dudo que el de nuestros predecesores lo haya sido— es abierto, colaborativo, democrático, divertido y fluye como el mejor; y eso en un grupo de publicistas, digamos, “de cierta fama”, es un montón.
Me di cuenta enseguida de que cada uno, desde el lugar que ocupa, sabe y entiende lo que este gremio necesita en este momento: unirse, alinearse, pensar en una sola dirección. Y es que la publicidad es como un país, como un país diverso, como un país con desigualdades, como un país que sufre injusticias, como un país como el nuestro, como los nuestros.
Este grupo también está lleno de deseos: deseo de reconocimiento a nuestro trabajo, deseo de demostrar que la publicidad peruana es tremendamente competitiva, deseo de que los clientes se la jueguen más por la creatividad, deseo de que se acabe dentro de nuestro propio gremio la competencia desleal y la mala leche, pero nunca la competencia en sí misma.
Es mucho ¿cierto? Pero ¡qué importa! Si el exceso de deseo nunca está de más y, bien administrado, es un enorme resorte que impulsa a hacer y, exactamente, ese es el verbo que andaba buscando para definir lo que este grupo de APAPachables colegas quiere: HACER.
A eso hemos venido. No importa de dónde, lo importante es a dónde.
Y, sin haberles consultado a mis compañeros de fórmula, me atrevo a decir, en una frase, que lo que queremos es darle a la publicidad peruana lo que merece y lo primero es reconocimiento. Nos pasamos la vida hablando de las bondades ajenas. Para eso nos pagan, por supuesto, pero… ¿y las nuestras? Nuestro rol social es fundamental no solo para el consumo (y esto, en vez de una virtud pareciera que es un defecto) sino para transmitir valores, mostrar realidades e impulsar industrias. ¡Más respeto por la publicidad por favor!
Los mandados a dirigir la asociación por los próximos dos años, créanme, nos lo tomamos muy en serio. Por eso Zinka, Sergio, Andrea, Mauricio, Paola, Nicolás, Carlos: por su compromiso y amor a la profesión, desde aquí los APAPacho, aunque me digan cursi.