El aniversario de la Provincia Constitucional del Callao está cada vez más cerca y todo en el primer puesto están alistando los mejores trajes para celebra un cumpleaños más del capítulo que les dio el mariscal Ramón Castilla en el siglo pasado.
Sin embargo, con el paso del tiempo ha habido más de un figura reconocida en las letras y cultura peruana que no ha resistido la tentación de dedicarle algunas de sus obras al bravo pueblo chalaco.
Desde el inmortal Ricardo Palma hasta el reconocido compositor Manuel Raygada, han sido varios lo que le han dedicado canciones y poemas al primer puertos. Estos son algunos de ellos:
01 CANCIÓN CHALACA
Por: Ricardo Palma (1833 – 1919)
¡Paz! al pueblo que acata las leyes
¡Gloria! al pueblo que supo jurar
tumba ser de tiranos y reyes
que lo quieren sin fe dominar.
Alza, pueblo chalaco, la frente
que la luz de los libres, divina,
de tus aras la marcha ilumina
y te anuncia feliz porvenir.
Si atrevido trocarte en esclavo
intentase tirano cobarde
de patriótico arrojo has alarde
prefiriendo a tal mengua, morir.
De discordias civiles los hechos
no consigne en sus hojas tu historia,
porque cifra el chalaco su gloria
en la paz, el progreso y la unión.
Signo hermoso de eterna concordia,
bicolor pabellón, te adoramos.
Y la muerte fatal prefiramos
a la que lo aje extranjera invasión.
No a siervo de reyes se humille,
quien venció las legiones de España.
Guerra a aquél que en su intrépida saña
atentase a la Patria deidad.
Tú no tienes. ¡Oh pueblo invencible!
Más señor, que la ley justiciera
y has jurado al altar tu bandera
¡Libertad…!, ¡Libertad…
Libertad!
02 SOY CALLAO
(Pablo Briceño Rengifo (1953))
Mi puerto
bendita tierra
fecundo mar
¡Callao!
cálido abrazo
de hermano
vivaz chacota
en el barrio
eterno copular
de canto rodado
sal y agua
¡Callao!
brisa marina
que curte
mi rostro
y mi cuerpo
gaviota dorada
que se remonta
en vuelo
llevando en su pico
mis sueños
¡Callao!
mi cuna
feliz aposento
hogar celestial, en
¡mi comienzo!
Santa sepultura, en
¡mi fin!
¡Callao!
se nutre mi sangre
de tu pasado
glorioso
corrientes marinas
templan mis sentidos
¡Callao!
somos pez
en el océano
madera en el bote
faro encendido
que anuncia
al extranjero amigo
cobijo y abrigo
¡soy! ¡Callao!
piedra angular
en el monumento
llamado
¡Perú!
03 SEÑOR DEL MAR
(Máximo Torres Moreno (1949))
Señor del Mar… porteño
Y patrono de esta ciudad
cuídanos con tu bondad
Y vigila nuestro sueño
No nos azote ningún mal
Controlando las aguas del océano
—la tierra gire normal
Y vivamos todos como hermanos.
Señor del Mar… chalaco
Señor para el Perú
—dale muy buena salud
y fenezca lo bellaco…
Señor del Mar: Yemayá
Aquí allá y más allá…
Aquí allá y más allá
¡Señor del Mar… Yemayá!
¡Ah!
04 CALLAO
(Aída Tam Fox (1934))
Yo no puedo escribir
cuando estoy lejos.
Lo confieso.
Hasta una simple
carta me resulta extraña.
Será que este olor a mar
hace aflorar lo que siento.
Será que ese olor del Perú
tan hondo
tan patético,
tan único
pone en marcha mis neuronas.
Será.
05 CHALACO BRAVÍO
(Aníbal Zubiate Caballero (1927))
Teñiste tus aguas con sangre
chalaco bravío.
Cuando quisieron mancillarte,
escupiste fuego para defender tu libertad.
Tu pecho forrado de acero
de tus hijos legaste honor
y de tu garganta salieron
canciones, cuando
la muerte te quiso besar,
de tus bronceados puños
y de tus manos encallecidas
golpearon con alma
a los que quisieron pisotear
tu tierra bendita,
enmudeciendo al mundo
con tu hombría, con tus mujeres
al pelear hasta morir.
Chalaco bravío.
06 PLAZUELA SAN ROMÁN
(Más conocida como la Plaza de los Burros)
Carlos Aguilar Conde (1923 – 2007)
Antigua pila
muda y olvidada
con perfiles de una flor;
no tienes ya la piña
que vertía agua cristalina
y daba vida a los peces de colores.
Hoy estás sola y olvida
Impregnada del recuerdo
del empedrado y las carretas.
Épocas son ellas
que han quedado grabadas
en el fondo de mi alma.
Recuerdo inolvidable
que en mi niñez
contigo jugaba
y en mis travesuras
jalaba la cola del asno
y una voz siempre me decía:
¡No jales esa cola,
sigue tu camino!
Lee aquel escudo
que Ramón Castilla
construyó en su gobierno.
¡Plazuela San Román!,
¡Plazuela inolvidable!
07 VAMOS BOYS
Capitán de Navío AP Francisco Quiroz Tafur (1920 – 1975)
No hay en el suelo chalaco
un solo muchacho con más de un pulmón
que no ande ronco los lunes
por tantos chimpunes que dio el Sport Boys.
Ese equipazo porteño
que a fuerza de empeño
desde calichín
supo ascender hasta el tope
y luego al galope
brillar en Berlín.
¡Vamos Boys!
quiero ver otro gol en tu score
y sentir el rugir del viril Chim Pum Callao.
Viendo jugar la rosada
las glorias pasadas, he vuelto a vivir,
pues como ayer la de cuero,
la lleva el puntero, comiéndose el field,
la cruza un half que domina igual a Titina,
la da en callejón,
recibe un nuevo Campolo,
se escapa va solo y anida en el gol.
¡Vamos Boys!
quiero ver otro gol en tu score
y sentir el rugir del viril Chim Pum Callao.
08 HIMNO DEL CALLAO
Micaela González Andreu (1914 – 1999)
Salve puerto que al sol te adormeces,
cadencioso en la onda del mar.
Salve puerto que ilustras la historia,
del Perú con acciones sin par.
El Callao, El Callao
siempre el nido será del valor
El Callao, El Callao,
de lo bello, el talento, el honor.
Adornado de frescos laureles,
sustentó nuestra cuna infantil,
en nuestra alma su nombre ha esculpido
el amor hondamente el buril.
Para ornar su camino, las flores
pocas son del peruano pensil,
el camino que lleva a la gloria
que abre en mayo este pueblo viril.
09 NOSTALGIA CHALACA
Manuel Raygada Ballesteros (1904 – 1971)
Noche chalaca de luna majestuosa
ausente y lejos te veo siempre hermosa
siento que se desgarra
de mi pecho el corazón
al cantarte en mi guitarra
y al evocarte en mi canción.
¡Callao! Oh querida tierra mía
tú eres la única alegría
que recuerda mi vivir.
¡Callao! Yo te adoro noche y día
y siento que está lejanía
atormenta mi existir.
Loca mi alma se agita
con nostalgia infinita
de volverte pronto a ver.
Jamás un instante te he olvidado
y estarás siempre grabado
en lo más hondo de mi ser.
Callao querido, por tu recuerdo vivo;
fuiste testigo de todas mis errancias.
Este canto es la añoranza
de un chalaco corazón
que desde muy lejos te canta
con la más honda emoción.