Los efectos negativos del fenómeno El Niño le han supuesto al sector agrícola una crisis incluso más demandante que la de los fertilizantes, que complicó al agro peruano desde mediados del 2022 y se acentuó a inicios del presente. El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) ha desestimado el optimismo campesino: el ente gubernamental advirtió de una posible reducción en la producción de las cosechas.
El anuncio generó cierta preocupación en la ciudadanía, especialmente por las cifras calculadas en la producción de la papa, principal producto nacional. Respecto al monto calculado, el Midagri estimó una disminución del 8% hasta los 5.5 millones de toneladas. Es decir, una reducción de hasta 481.682 toneladas frente al volumen cosechado en el 2022.
Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), en Perú hay alrededor de 330 mil hectáreas de cultivos de este tubérculo, sustentando a 711.313 familias en 19 regiones. La producción de papa se concentra en un 90% en la sierra, siendo los departamentos de Puno, Huánuco, Cusco, Cajamarca, Huancavelica y Junín las principales zonas de cultivo.
Por su parte, el arroz, segundo cultivo más relevante del país, anuncia un retroceso del 2.5% llegando a los 3.3 millones de toneladas. Ello significa una disminución de 86.234 toneladas menos que la temporada pasada. También la quinua, y los maíces amiláceo y choclo han entrado al cálculo de reducción. Para la quinua se pronosticó una caída del 16%; para el maíz amiláceo, el 10.5%; y el maíz choclo, el 10.5% igualmente.
En declaración a La República, Christian Garay, director general de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas del Midagri, el bajo desempeño calculado responde a las condiciones en las que los cultivos deben desarrollarse, pues las condiciones de secano (la dependencia a las lluvias) hacen de dichos productos particularmente inestables durante los periodos de sequía.
Según el Informe Técnico N° 05-2023 del Servicio Nacional de Metereología e Hidrología (Senamhi) para el periodo junio-agosto del 2023, las condiciones previstas en la sierra norte se presentarían ‘poco favorables’ para el inicio de la campaña agrícola del 2024, debido a que las lluvias estarían por debajo de sus valores normales. Mientras tanto, en la sierra central y sur la ocurrencia de eventos como nevadas y granizadas provocarían pérdidas de cultivos.
El Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), da cuenta que 2′628.222 hectáreas de superficie agrícola en el país presentan un nivel de riesgo ‘muy alto’ por movimientos de masa o inundaciones a causa de lluvias asociadas a El Niño.
Incertidumbre por posible crisis alimentaria
La Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) exige se tomen las precauciones necesarias. Su presidente, Anaximandro Rojas, señaló que, de no actuar como la situación lo amerita, los fenómenos climatológicos de El Niño pueden acentuar la situación hasta una crisis alimentaria. Indicó, además, que esta disminución en la producción de cultivos afectará sobre todo a las zonas urbanas, consecuencia del alto precio que supondría en los mercados y en la canasta familiar.
Los agricultores evalúan un aumento en sus precios, pues el bajo rendimiento de sus cultivos supone la reducción de sus ganancias.
Asimismo, Roger Flores, presidente de la Conveagro Puno, indicó que la falta de lluvias supuesta entre septiembre y octubre de este año paralizaría al país debido a una crisis alimentaria.