De vendedores de golosinas a dueños de una empresa con 35 millones de soles en patrimonio: la historia de Anypsa

Cuando los hermanos Nemecio, Prudencio y Alejandro Torvisco eran jóvenes, es posible que jamás se imaginaran lo que el futuro tenía deparado para ellos. Su historia empieza en su natal Abancay, donde la vida de los tres hermanos trascurría en medio de las condiciones humildes que les tocaba vivir.

El tiempo no fue del todo favorable para su familia, ya que pronto perderían a su padre, lo que llevó a los jóvenes a trabajar en el campo para generar ingresos que ayudaran a sustentar un hogar que ahora tenía un panorama mucho más complejo.

Con el pasar de los años la familia optó por emprender un viaje con destino a la capital, hogar de los sueños de miles de inmigrantes que esperaban tener un futuro mejor lejos de sus lugares de origen.

La noche nunca fue un impedimento cuando se trataba de sacar su negocio adelante, ya que se mantenía firme en su puesto hasta que los últimos asistentes de la función abandonaban el recinto. Los años lo llevaron a cambiar de rubro: con 14 años ya trabajaba en una carpintería y su hermano, Alejandro, en una fábrica de pinturas.

Pronto Alejandro quedaría fuera del trabajo, pero lo que aprendió ahí fue más que suficiente para plantear la idea que les cambiaría la vida: dedicarse al rubro de la fabricación de pinturas.

Con esta nueva idea en mente Alejandro y Nemecio empezaron a repartir su mercadería en bicicleta por diversos puntos de la ciudad. La oportunidad estaba sobre la mesa y no la iban a dejar pasar, por esa razón los tres hermanos se reunieron para juntar sus ahorros y con un capital de $ 3000 comprar un motor eléctrico que les permitiera iniciar su emprendimiento.

En el jirón Pachitea, Centro de Lima, consiguieron este primer impulso que no estaba completo sin un logo que representara el sueño que emprendían ahora los hermanos Torvisco. El lugar elegido para la realización de este logo fue el Jirón de la Unión. Así nació Anypsa, mediante la unión de las iniciales de los hermanos a las que se agregó la palabra ‘sociedad anónima’.

El inicio de este camino cuesta arriba tuvo algunos tropiezos, ya que al poco tiempo los hermanos fueron estafados cuando alquilaron su primer local. Sin embargo se sobrepusieron a ese episodio y alquilaron otro recinto en Santa Anita, un 11 de setiembre de 1991.

Empezaron a producir las primeras pinturas que se vendieron con total éxito, por ello instalaron también su primera oficina, construida con esteras, un galón de pintura como silla y un balde de aceite como escritorio.

Luego de eso y el éxito que cosecharon, trasladaron su negocio hacia la avenida Naranjal, para posteriormente iniciar la construcción de su propia planta de pinturas.

Hoy en día, Anypsa ha pasado de ser un pequeño emprendimiento a una de las marcas más importantes en su rubro. La empresa tiene un importante volumen de producción y factura aproximadamente S/ 240 millones de soles, además, emplea a más de 600 trabajadores y cuenta con 34 camiones de reparto.

Su éxito les ha permitido producir diferentes marcas de pintura para distinta superficies, destacando la pintura para autos, decorativa, química, marina, entre otras. Asimismo, la empresa ha migrado hacia la producción de otros productos como el panetón Torvisco o la cerveza Ampay. Para ello cuentan con una planta de producción que distribuye la bebida alcohólica en ciudades de interior del país.

Anypsa, que empezó con un capital de $ 3000 producto de mucho esfuerzo y horas de trabajo, hoy tiene un patrimonio de 35 millones de soles y continúa en manos de sus fundadores, Alejandro, como gerente general, Prudencio en las ventas y Nemecio en el puesto de gerente financiero.

Los hermanos Torvisco continúan escribiendo su historia y solo el tiempo sabe hasta dónde llegarán, sin embargo, queda claro que las circunstancias difíciles no siempre son sinónimo de fracaso, ya que muchas veces funcionan como el motor que impulsa las grandes ideas y construye las historias de éxito.

El gerente de pinturas Anypsa, Alejandro Torvisco Palomino, quien fundó la empresa de pinturas con sus hermanos, enfrenta una multa de S/ 76 millones por aparente fraude tributario. La sanción resulta de una operación irregular de comercio exterior para reducir impuestos.

Las investigaciones revelaron que Anypsa sobrevaloró una importación para generar crédito fiscal, agraviando fuertemente a la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat).

La entidad recaudadora precisó que esta práctica constituye un delito contra la administración pública. El gerente tiene la opción de apelar la sanción impuesta por el ente recaudador peruano.