Quince meses atrás, Paola Mautino cumplió una de sus más grandes metas lejos de una pista atlética: ser madre. El hecho de ser una deportista de élite no le privó de ese sueño. Pero ahora, ya con su hija corriendo detrás de ella, busca volver a la gloria internacional, aunque no es una tarea fácil, peor aún sin el apoyo que casi siempre la amparó en su disciplina.
Inevitablemente, su decisión de concebir le despojó del Programa de Apoyo al Deportista del IPD, el cual no contempla la posibilidad de que una deportista nacional pueda quedar embarazada. Ese importante soporte, nuestra campeona no lo ha vuelto a tener más, pese a que hace poco volvió a coronarse con un título nacional de salto largo. Pero espera recuperarlo pronto mientras sigue trabajando en volver a su mejor nivel.
De todas formas, a estas alturas, ya es necesario dar mayor visibilidad a un tema tan urgente como este y ponerlo en el centro del debate del deporte peruano. Pues, no solo Paola Mautino tiene que padecer este abandono del IPD a las madres deportistas. También están los casos aparte de Ines Melchor, Mary Luz Andía y seguramente muchas más.
Al respecto, en esta entrevista con Infobae Perú, la múltiple campeona sudamericana de salto largo nos da su punto de vista y, además, nos comparte los sueños deportivos que aún busca construir en sus últimos años de carrera con su hija como mayor motivación.
- ¿Cómo sobrellevaste el tiempo de embarazo? ¿Qué tan difícil fue para ti?
El embarazo fue difícil al inicio. Los primeros tres meses quería hacer deporte y lamentablemente no podía porque no me sentía bien. El resto del embarazo traté de moverme, de hacer más cosas, pero definitivamente fue raro para mí el no tener mi rutina de siempre y el ver mi cuerpo cambiar tanto, porque toda mi vida he hecho deporte. Después, apenas tuve a mi hija por cesárea, al inicio la recuperación fue un poco complicada. Tuve que inyectarme hierro, porque se me bajó la hemoglobina muchísimo. Pero afortunadamente, después de ese pequeño periodo, me recuperé bastante rápido y pude volver a entrenar. Entonces, si bien fue un proceso complicado, creo que he tenido la suerte de igual recuperarme de todo eso.
- ¿Qué momentos complicados recuerdas?
Recuerdo cuando lloraba, porque estaba con náuseas todo el día. No podía comer. En vez de subir de peso al inicio, bajé de peso. Llegó un punto en que me daba asco tomar agua. O sea, era bien duro. Y claro, el tema de no poder hacer deporte y que obviamente por cuestiones fisiológicas también pierda músculo, hacía que me sienta muy distinta. De hecho, yo ahora veo fotos o videos de esos momentos y me veo totalmente diferente a como estoy ahora y también a como estaba antes de eso. Entonces, ha sido un proceso de cambio bien largo. Y ya hablando de lo deportivo estrictamente, en ese momento el pensar ¿cómo voy a volver a estar como antes después de este cambio tan drástico que he sufrido? Lo veía como algo bien difícil. Nunca me pasó por la mente la idea de retirarme, de dejar el deporte. Desde el momento que decidí tener un hijo, siempre dije que volvería. Entonces, no era esa la idea, pero sí decía “wow qué difícil, seguramente me va a costar mucho”. Y al inicio sí me costó.
- ¿Qué sensación tuviste cuando diste a luz?
Fue bastante tranquilo. A mí me operaron. Así que todo fue súper programado. Yo sabía ya desde dos semanas antes cuándo iba a nacer Vittoria, Y fue muy bonito. Todo felizmente salió súper bien. Nació bien pequeñita, bien flaquita. Pero fue lindo, porque fluyó todo bien. O sea, he escuchado historias de muchas mujeres que han tenido complicaciones, pero en mi caso todo se dio bastante bien. El parto fue muy bonito, estuve todo el tiempo con ella. Después, la recuperación del parto fue otra historia.
- ¿A partir de qué momento dejaste el deporte?
Me enteré que estaba embarazada a las cinco semanas y dejé de entrenar, porque estaba entrenando fuerte. Estaba haciendo pesas, sentadillas con 120 kilos, corriendo y haciendo un montón de cosas ya con Vittoria en la panza. Entonces, dejé ahí mismo de entrenar, no porque no se pueda. Hay muchas atletas que siguen entrenando bastante fuerte estando embarazadas, hay muchos mitos detrás de eso. Pero en mi caso decidí hacerlo más tranquilo.
- ¿Y cuándo volviste?
Yo intenté volver a las seis semanas de haber dado a luz, cuando ya mi doctora me dio de alta de todo el postparto. Empecé a moverme de a pocos. Tenía todavía unos seis o siete kilos encima de mi peso normal; entonces tenía que ir perdiendo eso y tonificando un poco. Al inicio me costaba muchísimo, incluso caminar rápido me costaba. Eso ha sido más o menos en julio del año pasado. Pero en octubre, cuando ya quise volver de lleno, recrudecieron algunas lesiones que tenía de antes del embarazo. Tuve que atenderme nuevamente y felizmente pude volver rápido a la pista de entrenamiento.
- ¿Extrañaste los entrenamientos?
Lo extrañé muchísimo. Después ya dejas de extrañarlo cuando tienes que hacer los entrenamientos fuertes, más bonito descansar ja,ja,ja. Pero sí, extrañaba mucho la pista, no veía la hora de saltar, que en realidad fue mucho después de volver a entrenar. Fue todo muy progresivo y fue un buen proceso.
- Después del parto, ¿qué tan difícil fue volver al deporte?
Yo subí 12 kilos y medio en el embarazo. Yo siempre he sido delgada, entonces subir todo eso para mí era bastante. Me veía en el espejo y sabía que me estaba costando. Al inicio no me preocupaba tanto, porque sé que tengo tendencia a bajar (de peso) y en mi prueba además necesito estar delgada. No es por un tema estético, es por un tema de rendimiento. Y estaba como a siete kilos de mi peso de competencia. Si bien al inicio bajé rápido, después me costó más. Sabía que no podía hacer algunos ejercicios todavía, abdominales por ejemplo. Tenía que correr un poco despacio y me desesperaba, quería hacer más cosas. Entonces, yo misma me tenía que empujar a tomármelo con calma. Es que nunca había estado tanto tiempo sin entrenar. Lo máximo había sido un mes y medio por una lesión y ni siquiera me alejaba de acá (Videna). Venía, hacía cualquier cosa suave. Entonces, estaba apurada en volver. Para mí era como ponerme los clavos. Y esa parte creo que fue la más difícil, de yo misma decir “tómatelo con calma”.
- ¿En qué eventos deportivos te ausentaste y te hubiera gustado competir?
Una de las cosas que definitivamente hizo que me decidiera a buscar tener un hijo en el momento que lo decidí fue el hecho de que los campeonatos que había ese año, yo ya había estado y me había ido bien. Entonces, sentía que no le debía nada a esos Juegos, que eran los Bolivarianos y los Odesur. Yo he sido campeona de los dos. Si bien me dio pena no ir a defender mi título y perder esas experiencias que son tan bonitas -porque es otro ‘feeling’ ir a los eventos multidisciplinarios como ‘Team Perú’-, yo decidí que ese era el momento. No me iba a perder de algo realmente, porque ya lo he vivido. Iba a volver para un año que tal vez pueda apuntar a otras cosas. Entonces, gracias a Dios se dio todo según lo planeado y no me perdí de tanto. Yo ya estaba mentalizada.
- ¿Cómo lidiar con la crianza de tu bebé y el deporte a la par?
Bueno, es difícil. Pero como siempre digo, afortunadamente tengo mucha ayuda. A mi alrededor tengo una red de apoyo importantísima. Está mi mamá, mi papá, mis tías, obviamente mi esposo, que tiene la misma función que yo. Ambos estamos 100% comprometidos con ella y su crianza, pero también trabajamos y, definitivamente, no podemos estar todo el día con ella. Ahora entreno también, entonces mi mamá me ayuda a cuidarla cuando vengo aquí a entrenar. Cuando voy a trabajar, se queda con mi esposo y si él está trabajando, yo estoy con ella. Y así tratamos de organizarnos.
- ¿Es fácil organizarse?
No es fácil, porque además ni siquiera tenemos horarios tan fijos. Es complicado y, más que organizarse, está también el tema del descanso. Para mí eso ha sido lo más difícil del mundo, porque yo adoro dormir ja,ja. Ahora duermo poquísimo. Encima, Vittoria es una niña súper activa; entonces, debo estar detrás de ella correteándola con mi esposo. Nos hace quedar sin energías, pero igual es muy bonito verla crecer y estar involucrada con su crianza también es muy chévere.
- ¿El hecho de que esto se haya dado quizá en la etapa final de tu carrera supuso alguna frustración?
No, porque yo creo que la frustración se da cuando las cosas no salen como uno quiere. El plantearse objetivos, tener las cosas claras y planificar bien las cosas (aunque no siempre se de como uno quiere), te da tranquilidad. Yo he cumplido mucho de lo que quería hacer en el deporte. Tal vez lo único que no he cumplido hasta ahora, por lo menos, ha sido ir a unos Juegos Olímpicos. Esa, creo, que es la única cosa que me queda por hacer y me gustaría. Creo que es un objetivo súper ambicioso. Hay la posibilidad todavía. Pero si me retirara y no hubiese ido a los Juegos Olímpicos por algún motivo, igual estaría tranquila porque sé que me he esforzado, he dado todo. He hecho más de lo que en algún punto de mi carrera pensé que podía hacer. Yo hasta los 23 años no había tenido mayores logros, al menos no lo que quería, y en este momento ya tengo algunos títulos internacionales. Todavía me quedan dos récords nacionales (uno me lo batieron este año). Pero conseguí muchísimo de lo que quería. Si estoy aquí ahora es por amor al arte y esto es parte de mí.
- ¿Te han quitado el apoyo del IPD en este tiempo?
Yo sé que hay muchas cosas que mejorar en el sistema deportivo. Esa es una de ellas. Sé que hay ciertos reglamentos que indican que cuando tú tienes un tiempo sin ganar medallas internacionales o de inactividad, te quitan el apoyo. Pero esto debería aplicarse en todos los casos. Y sé que no ha sido de esa manera. Ver que me quitaron el apoyo faltando poquito para dar a luz, fue como un bajón. Porque sé que, de alguna manera, el sistema nacional no tiene en cuenta que una deportista pueda ser mamá. Y somos muchas deportistas mamás. O sea, no somos casos aislados, hay varios. Entonces, el sistema te da la espalda directamente, porque sales del sistema. O sea, se te quita una subvención, se te quita un seguro. Tampoco creo que sea la manera correcta. Creo que hay que darle visibilidad a esto.
- ¿Qué se debería hacer?
El sistema tiene que, de alguna manera, considerar que las mujeres deportistas también pueden ser mamás. Lamentablemente, tampoco podemos retrasar nuestro deseo de ser madres hasta muy tarde, porque pasados los 35 años, quedar embarazada es mucho más difícil y riesgoso. Son dos cosas que en nuestro sistema están peleadas. Si yo quiero tener un hijo joven y al mismo tiempo tener el apoyo, no lo puedo hacer, porque el sistema no te lo permite. Entonces, ahí hay cosas que el mismo sistema tiene que analizar y ver la manera de solucionarlo. No creo que Perú sea el único país que tiene ese problema, pero tampoco creo que en muchos países se dé esto. Creo que hay un apoyo distinto y hay una consideración distinta a las mujeres. Porque es un tema de igualdad, o de equidad.
- ¿Sientes que ser madre te ha cambiado como deportista en el ámbito mental?
Sí, la verdad que sí. Mucho. Antes mi mayor prioridad era mi deporte. Todo giraba en torno a mi deporte. Ahora todo gira alrededor de mi hija. Si no puedo venir a entrenar porque tengo que estar con ella, no vengo. Felizmente mi entrenador Miguel es comprensivo con eso. Hay mucha empatía. Esto ha cambiado mucho en mi forma de ver las cosas y en mis motivaciones. Ahora lo que yo quiero es seguir compitiendo para que ella también me vea. Ahorita es muy chiquita, inconsciente, pero pienso competir todavía unos años más, así que seguramente me verá y se acordará cuando sea más grande. Pero sí me ha cambiado mucho en la manera de tomarme el deporte. Antes era mucho más cuadriculada con esto. Y si bien eso está bien hasta cierto punto en el alto rendimiento, ahora necesito ser más flexible, que también es bueno. Hay que adaptarse a cada situación y creo que me estoy adaptando bien.
- ¿Qué has logrado desde tu regreso definitivo al deporte?
Más de lo que pensé. En realidad, yo en enero, con un mes y medio de entrenamiento más o menos, no tenía idea de qué cosa podía hacer este año sinceramente. Empecé a competir a fines de abril con una marca bastante buena que me sorprendió. En junio, me fui al Gran Prix de Bolivia y quedé segunda con 6.03 metros y pasar los seis metros no es nada fácil para cualquier saltadora de largo. Eso fue un logro muy importante para mí, no sabía si lo iba a poder hacer en mi regreso. Luego de eso, gané el campeonato nacional, que sí era mi principal objetivo de este año. Tal vez la marca que hice no fue la que hubiera querido, pero tener el título de nuevo fue muy importante para mí.
- ¿Cuáles son tus objetivos a corto plazo?
No lo tengo tan claro, porque el calendario no está claro. Para los Juegos Panamericanos de Santiago es bastante exigente llegar. Si hay la oportunidad, lo buscaré, pero realmente es bien difícil, porque hay 12 cupos para toda América. Pero para el próximo año, lo que me encantaría sería volver a la selección nacional.
- ¿Y a largo plazo?
Primero quisiera volver a la selección y estar cerca de algunas medallas. Ir al Iberoamericano tal vez sea una buena opción. Obviamente, la idea de los Juegos Olímpicos siempre está ahí. Ahora hay más maneras de llegar, así que creo que también la posibilidad se abre bastante. Y el 2025 son los Juegos Bolivarianos y ahí sí me gustaría llegar a una medalla.
- Si bien ahora como madre es bastante complicado, ¿tienes algún plan para llegar a Santiago 2023 y a París 2024?
Ahora las clasificaciones para grandes eventos se dan mucho por puntajes. Entonces, depende de las competencias que vayas y el resultado que obtengas, el puntaje que te den para estar en un ranking. Mi idea es buscar algo en septiembre, antes de la fecha de los Juegos Panamericanos. Vamos a ver. Como te digo, es bien difícil, porque el nivel ha crecido mucho en América y no hay tantas competencias en Sudamérica. Además, en este momento también me costeo yo misma las competencias. Tengo que pagarme los viajes, ver a dónde me conviene ir y, en ese sentido, es más complicado que antes. Por eso, Santiago 2023 no es mi idea principal ahora mismo; para París 2024 sí me encantaría poder buscar la clasificación. Ahí sí, hay un par de competencias importantes antes, me gustaría también buscar algo en Europa. Si tuviera algún apoyo, lo podría hacer. Y también buscar competencias en Sudamérica que dan puntajes más o menos buenos. Me parece que el próximo año también hay Sudamericano Indoor, entonces ahí se puede buscar. Competir lo más que pueda va a ser la clave para poder aspirar a algo.
- Recientemente Mary Luz Andía batió un récord sudamericano y clasificó a París 2024 siendo ella madre. ¿Esto de alguna forma te inspira para las metas que tienes?
Sí, por supuesto, para mí es de admirar completamente que con una bebita de 10 meses haya podido lograr algo tan importante. Clasificar a unos Juegos Olímpicos no es cualquier cosa y la prueba que ella hace es muy exigente. Qué bueno que lo haya podido hacer y demostrar que las mamás también podemos llegar a buenos niveles. Cada una tiene un proceso distinto. Obviamente, ella se recuperó y pudo volver a entrenar rápido. También ha tenido ese empuje de entrenar criando a su hija. Eso es algo que hay que resaltar más allá de la marca mínima y el récord. Hay un plus enorme ahí, ha dado a luz hace solo 10 meses. Y ella no es la única, son muchas las deportistas que han pasado por el mismo proceso y que merecen más notoriedad. Eso obviamente a mí me inspira muchísimo.
- ¿Qué sueño tienes ahora como madre deportista?
Me encantaría subirme a un podio internacional y que me vea mi hija. Con eso me podría retirar tranquila.
- ¿Esperas que tu hija siga tus mismos pasos?
Creo que cualquier deportista espera eso. A todos en el fondo les encantaría verla correr o saltar, en mi caso. Pero efectivamente, en la realidad, ella puede hacer lo que quiera. Yo obviamente la voy a traer (a la pista atlética). En mi familia, el deporte, específicamente el atletismo, es el pan de cada día. Entonces, ya vive y vivirá rodeada de deporte. Creo que va a hacer deporte de todas maneras. Ya que se quede y llegue al alto rendimiento se verá, porque no todos llegan. Pero sí la voy a motivar para que lo haga, porque el deporte no solamente es competir, sino que también es muchos valores y muchas enseñanzas. Eso deseo para ella, mucho más allá de que gane medallas o no.