La Carpa Grau: ¿cómo paso de ser el santuario de la música chicha en Lima a un centro comercial?

Este emblemático sitio fue el principal epicentro donde los fanáticos de la cumbia andina encontraron su lugar en el mundo, entonando canciones pertenecientes a artistas como el recordado Chacalón

Antigua foto de la empresa maderera Sanguinetti & Dasso, ubicada en la Plaza Grau. Justo en el mismo lugar donde años después estaría ubicada la carpa Grau. (Lima La Única)

Todas las grandes religiones del mundo suelen tener un lugar hacia donde peregrinar. Un sitio en el que el reencuentro con otras fuerzas entran en el fiel seguidor y de alguna manera eso les da más vida. O al menos un motivo para seguir adelante.

Con la música, para los verdaderos fanáticos, al menos, ocurre algo aparecido. Y si lo aterrizamos al Perú, eso era lo que pasaba con la recordada Carpa Grau. Ese histórico lugar que se convirtió en un importante punto de referencia para todos los seguidores de la música chicha. Pero, ¿qué pasó con ella? Que razones la llevaron a dejar de funcionar y qué artistas se hicieron grandes en su escenario. Esta es su historia.

Los inicios

Tras las lonas del circo, la Carpa Grau se convirtió en el epicentro de la música chicha, un espacio donde el folklore andino ganó nuevos horizontes. (Andina)

Una de las consecuencias de las grandes migraciones hacia Lima de gente de provincia, entre otras, fue que llegaban a la capital no solo con sus ganas de salir adelante, sino también sus costumbres, su arte y, por su puesto, su música, que en su mayoría era el huaino.

La misma que con del tiempo se fue mezclando con otros ritmos con los que se iba encontrando en la gran ciudad. Uno de esos encuentros que lo dejaría marcado sería con el rock psicodélico y sus raros efectos de guitarras eléctricas.

Así fue como nació lo que hoy conocemos como chicha y que poco a poco se fue ganando las preferencias del público, sobre todo de los sectores más populares de Lima.

Como el nuevo fenómeno necesitaba un lugar, este llegó a establecerse en el terreno que se ubicaba en la esquina de la avenida Grau y Paseo de la República.

Los circos primero

El circo Egred de Colombia fue uno de los tantos que se instaló en lo que luego sería la famosa Plaza Grau. (Arkivperu)

Pero antes de convertirse en La Meca de la chicha peruana, el terreno le perteneció a la familia Dasso-Sanguinetti que tenía ahí su maderera. En los años sesenta, la propiedad pasó a manos de la familia Gildemester.

Es justamente esta última los que se animan a usar el espacio para comenzar a traer circos, especialmente durante las épocas de Fiestas Patrias. Esos fueron los primeros años en los que los circos de los Hermanos Fuentes Gasca, el Mónaco, el Tihany Circus, entre otros, conocerían nuestra capital.

Recién sería en 1971 que el empresario Ricardo Flores Chipoco compra el terreno con la esperanza de seguir explotando el lado circense que ya Lima había despertado. Así fue que logró la llegada por primera vez del famoso American Circus.

Pero eso era siempre en Fiestas Patrias, el resto del año tenía que ver la manera de ganarse el dinero. Así fue que a comienzos de los ochenta el productor musical Jorge Lozano le propuso a Flores Chipoco cambiar de rubro. Es decir, dejar a los circos de lado para incursionar en el emergente mundo de la música tropical andina y dejar que varios grupos comenzara a ofrecer conciertos en su local.

Y ese fue el punto de partida para que la chicha, que ya era muy popular, alcanzar otro nivel estratosférico, pues, casi no había quien quisiera perderse algún fin de semana bailando y viendo a sus artistas preferidos.

Entre los que alcanzaron el nivel de superestrellas en esos años, y gracias a la Carpa Grau a este nivel llegaron Los Shapis, Viko y su Grupo Karicia, Grupo Alegría, Génesis y Pintura Roja, quienes se presentaban en este lugar casi todos los fines de semana.

Pero hubo uno que destacó por sobre los demás. Sus letras, su voz, su presencia en el escenario y su cercanía con el pueblo, fueron los elementos que elevaron a ‘Chacalón’ al Olimpo de la chicha. Era habitual verlo cada fin de semana entregando todo su talento a un público que lo idolatró, y aún lo hace, hasta el día de su muerte.

El rey de la cumbia peruana

Una foto de un homenaje a Chacalon en la mítica Carpa Grau. Este lugar fue el fortín de Chacalón y La Nueva Crema durante muchos años. (El blog de Ernestoide)

Lorenzo Palacios, el verdadero nombre de ‘Papá Chacalón’ era un habitué de la Carpa Grau y fue en donde convirtió a ‘Soy muchacho provinciano’ en un verdadero himno para todos aquellos que se habían visto obligados a dejar su tierra natal para intentar conquistar Lima a base de esfuerzo y trabajo duro.

Era común ver cada fin de semana en las puertas de la Carpa Grau a hombres, mujeres, adultos, jóvenes, todos hacían largas colas para poder entrar y disfrutar de sus presentaciones, mientras se consumía ingentes cantidades de alcohol para alegrar los corazones tristes.

Otra de las razones por las que un gran número de personas se congregaban en ese lugar era que las entradas para ver un show tan solo costaba cuatro soles. Esto le permitía a cualquier ciudadano, sin importar su condición económica, poder acceder a este recinto.

Uno de los eventos más recordados que se dio en este lugar fue cuando se realizó el segundo Festival de la Cumbia Peruana, ocurrido el 18 de octubre de 1987. Esa vez tocaron verdaderas leyendas de la chicha peruana como Los Destellos, Los Ecos y muchos más.

Ocaso y final

El líder de 'Los Shapis' y 'Chacalón' se hicieron grandes actuando en la Carpa Grau. (Chicha All Star)

Sin embargo, a medida que pasaban los años, el número de asistentes a la carpa Grau comenzó a disminuir significativamente. Varios factores contribuyeron a esta tendencia, entre ellos el aumento de la delincuencia y el pandillaje en los alrededores del recinto, lo que generó temor y alejó a los aficionados que solían asistir este espacio. Además, los disturbios y peleas durante los espectáculos se hicieron más frecuentes, causando heridos en algunas ocasiones.

Ante estas circunstancias, en 1996 se tomó la decisión de dejar de organizar presentaciones musicales en la carpa Grau. Desde entonces, este espacio ha sido utilizado para diferentes fines, pero los populares conciertos de música chicha quedaron en el recuerdo de quienes vivieron esa época de esplendor.

La música chicha tuvo su hogar en la Carpa Grau, un espacio mágico donde la pasión y el ritmo andino llenaron los corazones de miles de peruanos. (TikTok / @percy.billy)

A pesar del cierre de la carpa Grau y la prematura partida de ‘Papá Chacalón’, el 24 de junio de 1994, a la edad de 44 años, legado de la música chicha perdura en la memoria colectiva de los peruanos, y algunos registros audiovisuales de aquellos memorables conciertos se encuentran dispersos en diferentes plataformas de Internet, a los que los usuarios acceden con nostalgia para revivir la época dorada de este género musical que logró unir a miles de personas en torno a su ritmo pegajoso y sus letras llenas de sentimiento y alegría.

La carpa Grau y los artistas que brillaron en su escenario dejaron una marca indeleble en la historia de la música peruana y siguen siendo recordados con cariño y admiración por su contribución a la cultura musical del país. Hoy, en este lugar se construye lo que será Megacentro Plaza Grau, un moderno centro comercial.

¿Quién fue ‘papá' Chacalón?

El mencionado Lorenzo Palacios Quispe, que entregó su talento en la carpa Grau, es recordado como uno de los máximos exponentes de la chicha peruana. Apodado como ‘El faraón de la cumbia’, nació el 26 de abril de 1950 en el distrito de La Victoria. Vivió en los cerros San Cosme y San Pedro, donde fue desarrollando el talento que más adelante lo catapultaría a la fama.

No pudo terminar el colegio y pasó algún tiempo en el penal de Lurigancho. Más adelante, ya en libertad se unió al grupo Celeste para luego emprenderse en el viaje ‘Chacalón’ y la Nueva Crema.

Dicen que los cerros bajaban cuando Chacalón hacía sus presentaciones, cuyas letras, llenas de melancolía y realidad, atraían a los miles de migrantes que se identificaban con cada una de ellas. Esta mezcla de huayno y cumbia dio origen a la chicha.

En 1997 fue diagnosticado con diabetes y posteriormente falleció con solo 44 años, un 24 de junio del mismo año. Se dice que más de 50 mil peruanos fueron al entierro que fue televisado. Hoy sus restos reposan en el cementerio El Ángel, donde todavía sus fans le llevan flores rememorando su recuerdo.