Urbanismo ciudadano para la primera infancia

Los menores deben contar con espacios públicos aptos para que puedan desarrollarse libremente y de forma segura.

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Los niños deben crecer con educación en materia de espacios públicos. (Sistema Urbano)
Los niños deben crecer con educación en materia de espacios públicos. (Sistema Urbano)

Tras la cuarentena del 2020, se evidenció la importancia de que las ciudades cuenten con espacios públicos que posibiliten el encuentro, la apropiación y el intercambio entre personas. Un buen espacio público es aquel que ofrece libre acceso y responde de forma acertada a las necesidades y demandas de la comunidad, tanto a nivel de accesibilidad y funcionalidad como de interacción y apropiación entre personas de diferentes edades.

Entre todos los grupos etarios, la primera infancia (niños de 0 a 5 años), es el grupo más vulnerable dentro de la ciudad. Un niño de 3 años experimenta el mundo a una escala mucho más pequeña y tiene un rango de movilidad dependiente y mucho más corto que el típico habitante de la ciudad. Además, sus cuidadores, que suelen ser adultos mayores, mujeres embarazadas o lactantes, caminan a velocidades más bajas y necesitan asientos con respaldar para descansar, así como accesos anchos y rampas para las sillas de ruedas y coches de los bebés.

De aquí la importancia de promover prácticas de planificación urbana que puedan contribuir de manera efectiva a la construcción de espacios públicos que faciliten el acceso a las personas con discapacidad, que enriquezcan las experiencias de los niños y sus cuidadores, y que se adapten a las necesidades de las personas mayores.

¿Qué beneficios nos proporciona diseñar desde la primera infancia?

Los espacios públicos amigables para la primera infancia nos permiten garantizar oportunidades de aprendizaje y desarrollo saludable fuera de la escuela. De esta manera, se estimula el desarrollo físico, intelectual y emocional de los niños a través de espacios lúdicos que desarrollan y estimulan su capacidad sensorial, sonora y física, además de fomentar una interacción sana con el entorno.

Si el espacio público es percibido como seguro y acogedor, esto “promueve un sentido de bienestar y confianza en quienes lo frecuentan, creando la posibilidad de encuentro, por medio de actividades sociales y comunitarias. En el caso de niños y niñas de 0 a 6 años, un lugar que se percibe como seguro, divertido y amigable puede brindarles más confianza en sus alrededores y en sí mismos, así como fomentar lazos afectivos con su entorno. A largo plazo, esto puede crear ciclos de cuidado y apropiación de la comunidad”, de acuerdo a la Fundación Placemaking México.

Proyecto Semillita del Amojú, Jaén. (Sistema Urbano)
Proyecto Semillita del Amojú, Jaén. (Sistema Urbano)

¿Cómo diseñamos ciudades para la primera infancia?

Para que los niños y sus cuidadores puedan permanecer en el espacio público por un largo periodo de tiempo, tenemos que considerar sus necesidades básicas en el espacio y en su día a día. Por ejemplo, hay una necesidad de movimiento y juego por lo que se debe contemplar zonas que fomenten la interacción, como huertos para niños o juegos infantiles de exploración. También resulta importante la conexión con el entorno mediante zonas que promuevan el juego al aire libre como areneros, senderos de troncos, lomitas, etc.

Además, hay que considerar la rutina de los niños, pues supone una necesidad de alimentación, descanso y aseo a horas determinadas. Por ende, se debe implementar zonas que faciliten el descanso y facilite la comunicación verbal y no verbal entre cuidadores y niños, como bancas bajas, espacios de sombra, decks, pérgolas con vegetación, etc.

Estos ejemplos fueron parte de la experiencia que realizamos en “Urbanismo ciudadano para la primera infancia”, curso de diseño urbano que busca la mejora de espacios públicos en América Latina, con el objetivo de brindar capacidades y criterios para el desarrollo de espacios públicos que cubran las necesidades de la primera infancia y sus cuidadores. De esta manera, se diseñaron cuatro propuestas de mejora del espacio público en las ciudades de Santiago de Chile, Monterrey, Cali y Lima. El curso fue desarrollado por Ocupa Tu calle, con el apoyo de Nodal y en alianza estratégica y con el auspicio de Fundación Bernard van Leer, Urban 95 y Fundación FEMSA.

No olvidemos que desarrollar espacios públicos que cubran las necesidades de la primera infancia y sus cuidadores nos permite generar ciudades más equitativas, diversas, seguras y confortables. Si la ciudad es segura para los niños y niñas, será segura para todos y todas.

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