El Perú se enfrenta a un nuevo brote del síndrome de Guillain-Barré, y si bien el Ministerio de Salud (MINSA) declaró en estado de emergencia sanitaria varias regiones del país debido al incremento de personas con esta enfermedad, las señales de alerta han estado presentes durante muchos años en nuestro país sin que hayan generado conductas de educación y prevención por las autoridades y la población en general.
En estos últimos años, tuvimos un brote en el año 2018, en la región de La Libertad, con 54 casos, pero quedando limitado y restringido a dicha región, sin comparación con el del 2019, donde el MINSA tuvo que declarar estado de emergencia en el país, debido al aumento significativo de individuos con esta enfermedad, sumando en su totalidad hasta noviembre de dicho año 1021 casos.
Si bien esta enfermedad fue controlada, hoy ha vuelto a tener un brote y poniendo en emergencia sanitaria al país. En lo que va del año, se han reportado 180 casos y 4 fallecimientos, procedentes de los departamentos de Cajamarca (1), La Libertad (1) y Lima (2).
Esta enfermedad corresponde a una respuesta anormal del sistema inmunológico que daña los nervios periféricos, interfiriendo con la transmisión de señales desde los nervios a los músculos. Sus principales síntomas incluyen debilidad muscular progresiva, sensaciones anormales en las extremidades, dificultades para mover los ojos o el rostro, problemas de equilibrio y coordinación, dificultad para tragar y hablar, y en casos severos, dificultad para respirar. Es por ello que es fundamental estar atentos a estos signos y buscar atención médica de inmediato si se presentan.
Su diagnóstico se realiza a través de una adecuada historia clínica, con la evaluación de los síntomas, el examen físico neurológico y exámenes de laboratorio. Asimismo, podrían requerirse otras pruebas como punción lumbar, electromiografía con velocidad de conducción nerviosa y estudios de imágenes, como herramientas que ayudan a confirmar el diagnóstico. Como toda enfermedad, su identificación temprana será crucial para el tratamiento adecuado y reducir complicaciones o secuelas.
En cuanto a la prevención, aunque no existe una forma específica de prevenirlo y tampoco hay vacunas contra este síndrome, se ha observado que algunas infecciones virales o bacterianas pueden desencadenar esta enfermedad, aunque sin poder anticipar qué persona con infección podrá derivar a un caso de Guillain-Barré. Por lo tanto, para reducir este riesgo, es importante seguir prácticas de higiene adecuadas como lavarse las manos con frecuencia y evitar contacto con personas con infecciones respiratorias o digestivas.
Es importante destacar que el síndrome Guillian-Barré no se considera una enfermedad contagiosa, ya que no se transmite de persona a persona. Sin embargo, es crucial comprender que ciertas infecciones pueden desencadenar la respuesta autoinmune que conduce al desarrollo del mismo. Entre los desencadenantes tenemos los patógenos conocidos como dengue, zika, chikungunya, VIH, hepatitis A, B y C, y Covid-19, y bacterias como campylobacter, aunque como comenté al principio aún es difícil comprobar la verdadera causalidad de la enfermedad.
Ante la asociación del síndrome de Guillain-Barré con infecciones como el virus del dengue y zika, es imprescindible promover la investigación científica para comprender mejor esta relación y buscar estrategias efectivas de prevención. La colaboración entre entidades de salud, investigadores y la comunidad es fundamental para abordar esta problemática de manera integral.
Es por ello que, de tener algún síntoma, la mejor de las recomendaciones será buscar el apoyo del hospital más cercano, o, de tener un seguro de salud en Pacífico Salud/EPS, no dude en acudir al centro de salud a su disposición.
Lo que se requiere en estos momentos es mayor comunicación, tanto de la empresa privada como del estado, para tomar las medidas correctas e informar a la población sobre los cuidados que debemos tener ante este síndrome y así reducir la curva ascendente de casos como ocurrió en el 2019.