“Me mandaban a la calle a prostituirme. Soy una niña, pues, tengo 15 años”. Estas desgarradoras declaraciones de una adolescente venezolana pidiendo auxilio, que fueron registradas en audio y ya se encuentran en manos de la policía peruana, esconde todo un entramado de trata de personas y explotación sexual que envuelve a una peligrosa facción del Tren de Aragua, enquistada en la zona norte de Lima.
Se trata de los temibles Hijos de Dios, un grupo criminal ya identificado por las autoridades, a los que no les interesaba captar a sus compatriotas venezolanas, de entre 14 y 17 años, para obligarlas a pararse en calles del cono norte, donde ofrecían sus servicios sexuales diariamente a decenas de hombres. Gran parte de las ganancias iban a los bolsillos de estos proxenetas, quienes se daban la gran vida. La preocupante situación fue expuesta por el programa Domingo al Día.
La menor del audio, quien fue captada con el cuento de que haría sus pininos en el modelaje, era explotada sexualmente en la zona conocida como Dominicos, una nueva plaza de la prostitución que -de acuerdo a las investigaciones policiales- es comandada por el venezolano Omar Josue Condes Perez, un peligroso miembro de los Hijos de Dios, de apenas 26 años.
Su nombre entró en la mira de las autoridades, tras la captura de sanguinarios integrantes de su grupo criminal, conocidos como “gatilleros” por dedicarase a los encargos de sicariato y la extorsión en contra de las trabajadoras sexuales.
Aunque aún no sido capturado, las fuerzas del orden le siguen muy de cerca los pasos a este peligroso venezolano, quien llegó al Perú de forma ilegal. Según el informe, Condes Perez se mostraba en las redes sociales como un exitoso barbero, pero esto solo sería su “pantalla” para intentar despistar a las autoridades de sus negocios de la explotación sexual que incluye a menores.
Desde su llegada a nuestro país, este sujeto fue escalando rápidamente dentro la estructura criminal a la que pertenece. Al poco tiempo ya era uno de los cabecillas de los Hijos de Dios en esta zona de Lima Norte y recientemente se convirtió en en jefe de esta plaza de la prostitución
Al asumir el liderazgo en esta red delictiva, a Condes Perez le cambió la vida. Con el jugoso dinero que amasaba del cobro de cupos a las trabajadoras sexuales venezolanas empezó a estar rodeado de lujos por doquier. Costosos relojes y cadenas de oro, así como ropa y zapatillas de las mejores marcas, daban muestras de su opulenta vida. En las fiestas en las que participaba, finos tragos y drogas de todo tipo nunca faltaban.
Con un gusto particular por las motos, pero también de las pistolas, ametralladoras y granadas de guerra. Se lucía en sus redes sociales con todo su poderío para amedrentar a sus rivales y otras bandas peruanas y extranjeras que estuvieran interesadas en su plaza de la prostitución.
“A través de sus redes sociales muestran una serie de objetos ostentosos para hacer atractivo su delito y lograr que otros connacionales venezolanos se incorporen (en la estructura criminal)”, dijo el coronel PNP Ricardo Espinoza, jefe de la División contra el Tráfico Ilícito de Migrantes, a ese dominical.
“Ayúdenme, por favor, ayúndenme. No quiero estar aquí, tengo tan solo 15 años. Mis padres están en Venezuela, vine aquí con engaños hace cinco meses ya. Ha sido lo peor... Si no salgo a trabajar, a traerles plata, me insultan, me regañan, me dicen de todo. Me amenazan con la pistola”. Este es otro extracto de las declaraciones de la joven de 15 años. El llamado desesperado de una adolescente que teme por su vida. Tiene claro que desobecerlos solo la llevará hacia un camino: la muerte.
Según datos de la policía, de enero a la fecha hay 1488 víctimas rescatadas de la explotación sexual, de las cuales 52 han sido menores de edad. En ese mismo periodo se han detenido a 174 personas por estar involucrados en este delito.
Las autoridades policiales instan a la población en general a denunciar este tipo de delito llamando de forma gratuita al 1818 o al 942 098 198.