En diversas instituciones o grupos de trabajo del Perú, y del resto del mundo, se tiene por costumbre practicar las clásicas ‘novatadas’. Estas actividades son bromas pesadas disfrazadas de pruebas que los recién llegados o ingresantes tienen que pasar ser parte de la ‘manada’.
Los ejércitos de cada país también tienen sus propias pruebas, pero a veces, estas situaciones se van de las manos y más allá de causar algunas risas en un comienzo, podrían terminar provocando el inicio de una guerra.
Tal como ocurrió el 15 de enero de 1971 en una guarnición del ejército peruano ubicado en la ciudad de Tacna.
Misión imposible
Aquella noche, en donde el alcohol era uno de los protagonistas principales, los superiores ‘bautizaron’ a los novatos haciéndoles pasar por cada una de las 14 pruebas que estaba ubicadas en la pista de combate.
Las risas y anécdotas iban amenizando una calurosa noche, hasta que las bromas alcanzaron otro nivel de complejidad.
Y es que a un avispado capitán, seguro ya víctima del dios Baco, llamó al soldado que más serio le parecía y delante de todos le pidió que no bebiera mucho aquella noche, pues al día siguiente tenía que cumplir una importante misión: ir hasta el morro de Arica e izar la bandera peruana en una ceremonia que debería realizarse a las ocho de la mañana.
El elegido fue el Alférez de artillería Juan Apéstegui Márquez. Y para darle verosimilitud a la misión, los demás superiores que participaban de la reunión le asegurar que era una ceremonia que se repetía todos los años.
¿Cómo dudar de ti?
Si la orden venía directa de una oficial, pues no había motivo para poner en entredicho el pedido, por lo que de manera cautelosa, se fue descansar más temprano que el resto.
Eso sí, antes ir a la cama ordenó a la cuadra de tropa preparar tres camiones Unimog con 24 soldados cada uno y la escolta para el abanderado.
Luego dio parte de sus órdenes al Oficial de Guardia (el Teniente Falconí) a quien avisó que la mañana siguiente saldría muy temprano a territorio chileno.
El teniente, que ya sabía toda la broma, solo le siguió la corriente. Sabía que llegado el momento no iba a permitir que saliera el convoy.
Se mandó con todo
Por otro, cuando la fiesta ya había terminado y sus protagonistas dormían la mona, el responsable alférez alistó su tropa, encendió los motores de los camiones y cuando el reloj marcaba las 5:45 de la mañana del domingo 16 de enero, salieron del Cuartel Gregorio Albarracín.
Al salir, Apéstegui Márquez informó a los centinelas que el teniente Falconí ya había dado la orden, por lo que no era necesario despertarlo. Ya fuera de todo trámite interno, la delegación peruana partió rumbo al Paso Peruano de Frontera de Santa Rosa.
Pero igual Falconí fue avisado y no perdió tiempo en alertar al Mayor César Aguilar, Jefe de Cuartel. De inmediato, se llamó al Puesto Fronterizo para impedir el pasó y que regresen al cuartel. Con tan mala suerte que el convoy lo acababa de pasar tan solo unos minutos antes.
La adrenalina les debe haber subido al tope a los peruanos luego que escucharon desde el puesto nacional se “podía observar que el Puesto Fronterizo Chileno de Chacalluta levantaba la tranquera al convoy peruano”.
Los confundió a todos
Al llegar oficialmente al suelo chileno, Apéstegui Márquez le comunicó al Jefe de Carabineros que “tenía la orden de izar Bandera para el ceremonial en Arica”.
Entonces el oficial chileno asumió que se trataba de una ceremonia ya pactada entre los altos mandos de ambos países y los dejó pasar sin hacer demasiadas preguntas.
Pero una vez ya en dentro de Arica, los chóferes no sabían la ruta (felizmente) hasta el morro, por lo que tuvieron que preguntarle a un carabinero de la zona que los guío hasta el Cuartel “Rancagua”, ya que de ahí “salían las tropas para las ceremonias”.
Sorpresa, sorpresa
Al llegar al campamento chileno, se presentó ante los oficiales y explicó el motivo de su presencia, encima los conminó a apurarse pues la ceremonia era a las ocho de la mañana. Todavía sorprendidos por lo que escuchaban, los militares sureños lo hicieron ingresar.
Según se cuenta en la página de Facebook Historia Militar del Perú, Apéstegui recién comenzó a sospechar que algo no estaba bien, pues luego de esperar 20 minutos a que la tropa chilena pase lista, estos recién salían de sus habitaciones y miraban la presencia peruana con sorpresa, si es que no era asombro.
Hasta que a su presencia llegó el mismo Jefe Chileno de la Guarnición de Arica para comunicar, luego de confirmar la presencia del miembros del ejército peruano en Arica, al jefe del cuartel que consultaría con los altos mandos en Santiago por la supuesta ceremonia.
Mejor me voy
Al ver el nerviosismo obvio de los chilenos, Juan Apéstegui Márquez tenía que pensar rápido en cómo salvarse de tan embarazosa situación. La solución le llegó rápido y optó señalar que había decidido regresar al Perú.
Al principio, los chilenos se negaron a dejarlo partir, pero el valiente alférez amenazó con salir de ahí a las buenas o a las malas. Sorprendidos por la nueva actitud del peruano, lo dejaron ir para evitar un enfrentamiento con las armas.
Pero la situación no estaba salvada del todo, ya que desde el Cuartel Rancagua avisaron al Puesto de Chacalluta que “no dejaran pasar a esos cholos”.
Cuando arribaron a dicho puesto fronterizo, uno de los cuatro carabineros les señaló que debían volver a Arica ya que sí había permiso para izar la bandera peruana en el histórico morro.
Sin embargo, oliendo el engaño, nuestro militar ordenó a su tropa bajar de los camiones con sus armas listas para disparar y, apuntando a los carabineros, les ordenó que levantaran la tranquera o correría sangre.
Y al ver que los peruanos eran 55 y ellos solo cuatro, los chilenos no tuvieron más opciones que abrirla para permitir el paso. La ‘huida’ estaba completada.
Al saberse la travesura de los militares, las autoridades peruanas optaron por reasignar a otras zonas del Perú a todos los oficiales que participaron directa o indirectamente, solo para evitar más tensiones con el vecino del sur.
¿Cuándo fue la guerra del pacifico?
La Guerra del Pacífico tuvo seis fases: campaña marítima, campaña de Tarapacá, campaña de Tacna y Arica, campaña de Lima, campaña de la Sierra y campaña de Arequipa. La fin de esta pugna fue el 22 de octubre de 1883, con la firma del tratado de Ancón. Pero, eso fue en el papel, en la realidad terminó en 1884, cuando se retiraron las últimas tropas que ocupaban Lima y la firma del Pacto de Tregua con Bolivia el 4 de abril de ese mismo año.