Familiares del odontólogo Christian Gerardo Quispe Culqui, quien fue asesinado y secuestrado el pasado 26 de abril, estarían cada vez más cerca de encontrar justicia. Esto debido a que Interpol logró capturar a Jorgelys Bárbara Viloria Martínez, de 26 años, quien estaría implicada en el crimen.
Jorgelys Viloria llegó hace años a nuestro país y se desempeñaba como vendedora de productos médicos. Ella se ganó la confianza del odontólogo luego de venderle artículos para su consultorio. Luego fue su paciente y, gracias a algunas fotos, se dilucidó que tuvieron una relación.
“Después de lo sucedido, nos enteramos de que mi hijo tenía una relación con esa señorita. También nos hemos enterado de que la señorita tenía una pareja que estaba al margen de la ley, y era por eso que (mi hijo) había sido secuestrado”, relató Lucio Quispe, padre del odontólogo.
Además, reconoció que aunque la captura de Jorgelys Viloria, no les devolverá la paz que tenían cuando su hijo estaba vivo, al menos obtendrán tranquilidad y justicia.
Cambios de look
Las investigaciones preliminares de la PNP, señalan que la joven sería parte de una banda criminal. Ella se habría tatuado el brazo y el cuello, características que ayudó a la Interpol para identificarla y detenerla. También se habría cambiado de look en varias oportunidades para pasar desapercibida tras cometer actos delictivos.
Tras entablar una relación más cercana con Christian Quispe, ella habría brindado información a la banda criminal a la que pertenece para que se cometa el secuestro. Entretanto, el odontólogo se enteró de que ella tenía una pareja en Chile y decidió romper la relación.
El 18 de abril, el dentista fue reportado como desaparecido. Luego la familia empezó a recibir mensajes extorsionadores, en los que les exigían un millonario pago por la vida del profesional.
“Es mejor que hagas las cosas bien por las buenas, si no te lo mato y después voy a atrapar a tu hijo, nieto hasta que me pague. Recuerda que el tiempo es oro y el tiempo lo decidiremos nosotros”, fueron uno de los tantos mensajes que escribió.
Lamentablemente, el 24 de abril, el cuerpo de Christian Gerardo Quispe Culqui fue hayo sin vida, con un disparo en la cabeza y dos más en el tórax, en un descampado en el kilómetro 31 de la Panamericana Sur, en el distrito de Lurín.
Captura de la sospechosa
Tras el crimen, la joven de 26 años, huyó del Perú, y se refugió en el Estado de Aragua, en Venezuela, donde nuevamente se cambió de aspecto, pero sus tatuajes ayudaron a la policía para reconocerla.
Gracias a la permanente coordinación entre la Policía Nacional y la oficina de Interpol de Caracas, Viloria Martínez, fue capturada.
“Ella fue reconocida judicialmente a través de una diligencia por los tatuajes. Sin embargo, al Policía venezolana, una vez que ya la tenía ubicada, tuvimos que hacer de inmediato los trámites para poner la orden de captura internacional, conocida como ángulo rojo, y se logró la captura”, dijo el Cnle. PNP, Carlos López, jefe de la Interpol Lima.
Detalló que la esperada captura se realizó tras formar dos grupos policiales. El primero se dirigió hasta la casa de la madre de la sospechosa, quien señaló que ella se encontraba en Chile, información falsa para desviar el trabajo policial.
“El otro grupo fue hasta una guarida, realizaron una vigilancia y al momento en el que salieron al exterior fue intervenida y capturada de manera sorpresiva y rápida. Esa zona tiene una alta incidencia criminal y demorar un operativo podría traer algún costo social”, explicó.
Proceso de extradición
La sospechosa por asesinato se encuentra detenida. La PNP ha trasladado toda la información hacia las autoridades de justicia para que se inicie el proceso de extradición. El mencionado procedimiento será seguido por la Cancillería, el equipo de Cooperación Internacional del Ministerio Público, Poder Judicial y Ministerio de justicia.
Una vez que este listo el cuadernillo de extradición, será trasladado a Venezuela y este país tendrá que admitir la extradición. Tras este primer proceso, la Interpol tendrá que enviar unos efectivos policiales para que trasladen a la inculpada vía aérea a nuestro país.
“Existe una orden de prisión preventiva por el espacio de nueve meses. Este es un delito muy grave de secuestro seguido de asesinato, cuya pena es de cadena perpetua”, precisó coronel de la PNP.