Suerte por un lado; infortunio por el otro. Martín Mollinedo cosechó la victoria -quizás- más sencilla de su carrera y de la forma más insólita posible. Sin la necesidad de mover un dedo y sin derramar gotas de sudor, el luchador peruano pudo festejar la noche del último jueves en el Teatro Leguía, luego de que su rival Miguel Grijalva se lesionara inesperadamente antes de comenzar la pelea.
Previo al evento, las expectativas eran altísimas. La mayor atención estaba puesta en la pelea principal que tenía como protagonista al peruano y al ecuatoriano. Sin embargo, las cosas no salieron como todos esperaban. Los amantes de las Artes Marciales Mixtas (MMA), presentes y no presentes en el escenario, se quedaron sin ver el espectáculo que ambos luchadores prometían.
De hecho, Mollinedo llegaba bastante motivado para la pelea, después de protagonizar un categórico nocaut en Trujillo contra el argentino Maximiliano Pérez hace unos meses. Además, el representante nacional ya sabe lo que es vencer a duros rivales como Enrique Barzola, Rudy Gavidia y Dumar Roa, por lo que buscaba que Grijalva sea su próxima víctima.
El ecuatoriano, sin duda alguna, era una gran prueba para el luchador ‘incaico’. Y es que con apenas 22 años, Grijalva promete llegar muy lejos y sus estadísticas lo evidencian: antes del último jueves gozaba de un invicto de 8-0 y, asimismo, llegaba a nuestra tierra como campeón del Samurái Fight House en la categoría de 70 kgs. Lamentablemente, a la hora de la hora, la fortuna no estuvo de su lado.
Lesión insólita
Con la confianza elevada hasta las nubes, Grijalva hizo su ingreso al octágono con una singular coreografía para afrontar la pelea estelar del Fusion Fighting Championship (FFC) en su edición 64. Se trataba de un calentamiento aparentemente simple, pero resultó ser bastante grave.
‘El Chévere’, como se le conoce, realizó algunos saltos peculiares alrededor de la jaula sin temor a nada en la previa del duelo. Lamentablemente para él, su rodilla se torció en una de esas maniobras y un profundo dolor le hizo tirarse sobre la lona. Su rostro de desconsuelo y angustia graficó el mal momento que vivió en el Teatro Leguía.
Miguel, que fue atendido inmediatamente por los paramédicos, perdió su invicto de la forma que menos había sospechado. No pudo ni levantarse del suelo. Mollinedo, por su parte, mejoró su registro a 26-11 con este triunfo más que cómodo, a pesar de que se quedó con las ganas de pelear. No es para menos. Saltó al octágono únicamente para festejar.
“Primera vez que veo esto. Me quedo con las ganas de pelear, entrené muy fuerte, me preparé con anticipación, me dediqué a mi cuerpo, dejé de lado mi familia y todas mis cosas (personales) para poder ganar esta pelea”, expresó ‘El Frío’, que manifestó su felicidad con todos los asistentes en el Teatro Leguía, que fueron a alentarlo.
Tras este insólito acontecimiento, Martín Mollinedo peleará por el cinturón de su categoría en la próxima edición del FFC, según aseguró el mismo presidente de la compañía, Jackson Mora. “Es lo que merece, lo que corresponde, porque se preparó para esto”, señaló.
Ahora, el luchador peruano se preparará de la mejor forma posible para que el título se quede en casa. Esa es su ambiciosa meta. “Jackson, voy a pelear por el título y se va a quedar acá (en Perú)”, expresó Mollinedo con euforia.
Cabe señalar que en el evento coestelar de la noche, el peruano ‘Malambo’ Peláez logró someter al ecuatoriano Erick Masías en tres rounds, mejorando así su registro profesional a 3-1. El peleador nacional celebró su victoria con unas peculiares planchas sobre la lona y luego se colgó nuestra bandera en sus hombros, dando otra alegría más a todos sus compatriotas.