Por estos días, cuando se habla del inicio del fenómeno El Niño, un término está dando vueltas alrededor de la discusión sobre las terribles consecuencias que tendrá que afrontar nuestro país: el calentamiento global, la principal causa. Pero, ¿sabe realmente la gente lo que eso significa?, ¿las personas están conscientes de que nuestra alimentación tiene una relación directa con este fenómeno natural? Ese bistec con papas o la el lomo saltado que pusiste hoy en tu mesa, no son una simple elección, tienen una relación directa con lo que pronto tendrá consecuencias devastadoras al Perú.
Empecemos por intentar explicar de manera sencilla lo que es el calentamiento global. Algunas actividades de los seres humanos como el transporte contaminante, la ganadería, la tala de bosques, la generación de residuos (basura) y el aumento de la población, entre otros, generan gases de efecto invernadero, el origen del calentamiento global que, a su vez, ocasiona el cambio climático (que no es otra cosa más que el aumento de las temperaturas en el planeta). Estos gases, como el metano o el CO2, cubren nuestro planeta y retienen el calor del sol.
¿Te sorprende las temperaturas extremas que se están registrando en países como México (40 grados)? ¿Te parece extraño que en el Perú tengamos un sol radiante y sensación de calor en pleno invierno?
El mundo se está calentando a un ritmo muy acelerado y eso es el cambio climático.
Ahora vamos a la relación directa de todo esto con nuestra alimentación ya que, sin darnos cuenta, le estamos causando un daño terrible (e irreparable) al planeta.
La ganadería, ese decir, la cría de animales como vacas, cerdos y otros para consumo de las personas, además de la tala de árboles (deforestación) para sembrar granos que les servirán de alimento, es una de las principales causas de lo que está ocurriendo y, por tanto, es bastante evidente lo que tendríamos que hacer para evitar generar más gases de efecto invernadero: Sí, disminuir e incluso dejar de comer carne animal.
Según el Boston Consulting Group (BCG), si el hombre disminuye el metano que genera en un 10% podríamos detener el crecimiento de las concentraciones en la atmósfera ¿Cómo? El estudio indica también que los consumidores ayudarían a cambiar esta terrible situación si redujeran su consumo de carne de res, cordero y lácteos, y señala que incluso evitar alimentarse con carne de origen animal por dos días a la semana “nos empuja en la dirección correcta”.
A estas alturas muchos se preguntarán ¿qué tan grave puede resultar todo si no reduzco mi consumo de animales?
Las consecuencias son realmente devastadoras. Además de la muerte de cientos de personas por golpes de calor, que ya vienen sucediendo hace años en el planeta, el hielo de los polos se está derritiendo y eso ocasiona inundaciones que terminan en pérdidas millonarias. El cambio climático también aumenta la frecuencia de fenómenos meteorológicos violentos como sequías, desborde de ríos y lagos, ciclones, huracanes, la muerte de especies animales y vegetales…y la lista cada vez se pone peor.
Más pronto de lo que creemos empezarán las migraciones de personas hacia otros lugares para sobrevivir porque las temperaturas extremas de sus lugares de residencia serán sencillamente insoportables.
Todos los días vemos en los noticieros las alertas de incendios forestales incontrolables que matan miles de animales, bosques y también hombres, mujeres y niños. Eso es el calentamiento global.
Y todo se pondrá peor.
No podemos continuar con nuestro estilo de vida como si nada pasara, es imposible mantener nuestras costumbres del día a día, cada uno de nosotros, en el Perú y el mundo, debemos ACTUAR. Ningún cambio es sencillo, pero en este punto es urgente y necesario ¿cuántas familias más tienen que perderlo todo para que reaccionemos?
“Soy solo una persona, mi cambio no hará la diferencia”. Es precisamente esa manera de pensar la que ha impedido que dejemos de destruir el único planeta que tenemos para vivir. Muchos de nosotros, de 40 años a más, probablemente solo sufriremos las catastróficas consecuencias del cambio climático. Y digo “solo” porque serán las futuras generaciones, nuestros hijos, son los que recibirán de herencia un mundo que será inhabitable.
No tenemos un “Planeta B”. Es ahora o no habrá un futuro.