La espía que amó a Don José de San Martín y luchó por la Independencia del Perú: Ella es Rosa Campuzano

La Protectora, entre disfraces y rumores de ser la amante del libertador argentino. Fue una de las 183 mujeres reconocidas por luchar en la Independencia del Perú.

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La espía de los patriotas que buscaba la libertas de los peruanos. Foto: El peruano.
La espía de los patriotas que buscaba la libertas de los peruanos. Foto: El peruano.

La Independencia del Perú no solo fue una ocasión para trazar estrategias y librar guerras, sino que también estuvo marcada por el amor. Don José de San Martín, conocido como el “Santo de la Espada”, contrajo matrimonio en 1812 con la joven bonaerense Remedios Escalada, quien tenía solo 15 años mientras él contaba con 34. De esta unión nació su única hija, Mercedes.

Mientras acompañaba a su esposo, la joven esposa del libertador enfermó de tuberculosis y no pudo continuar con las contiendas de San Martín, las cuales fueron Chile y Perú. Tras una dura lucha por sobrevivir, Remedios Escalada falleció en 1823. Don José de San Martín regresaría a Buenos Aires meses después.

El libertador Don José de San Martín mandó a levantar un mausoleo en memoria de su fallecida esposa con la siguiente inscripción: Aquí descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del General San Martín.

¿Quién fue Rosa Campuzano?

María Rosa Campusano Cornejo, nacida el 13 de abril de 1796, era hija de Francisco Herrera Campusano y Gutierrez, teniente coronel del pueblo de Samborondón, y de Felipa Corneja, una mujer mulata. Se dice que la joven tuvo muchos amoríos, una práctica muy común entre peruanos y españoles pobres con el objetivo de ascender socialmente, según el escritor Jorge Castro.

En 1817, a poco antes de cumplir 20 años, llegó a Lima acompañada del general Domingo Tristán y Moscoso, quien fue una de las tantas parejas de la ecuatoriana. Según el libro “Tumbando Héroes” de Jorge Luis Castro Olivas, una rosa para la libertad de América: Doña Rosa Campusano Cornejo ¿amante de San Martín?, este hombre complacía todos sus caprichos.

Mientras San Martín se encontraba en campaña en el Perú sin la presencia de su esposa, tuvo un romance con la guayaquileña Rosa Campusano. El libertador fue muy discreto con esta relación, casi no se les veía juntos en público. Rosa, una mujer muy bella, ayudaba a los patriotas que conspiraban contra los realistas, llevando información secreta vestida de tapada. Debido a esto, “la protectora” fue víctima de persecuciones y hostigamiento por parte de las autoridades virreinales, pero su situación mejoró con la llegada del argentino.

Las noches del 28 y 29 de julio de 1821 fueron de fiesta y gala para el Perú independiente, y de pasión para el libertador y Rosa Campuzano. En la fiesta del 28 de julio, San Martín quedó maravillado por esta mujer de tez clara, ojos celestes, culta y con buena conversación, lo que hizo que se enamorara instantáneamente y que la atracción fuera mutua.

La mujer que le robo el corazón al libertador argentino.
La mujer que le robo el corazón al libertador argentino.

Ellos comenzaron a verse en la casa de Don José de San Martín, en el distrito de Pueblo Libre, porque quedaba alejada del centro de la ciudad. Cuando el libertador empezó a condecorar con la Orden del Sol a las mujeres que habían apoyado la causa patriota, Rosa estuvo en primera fila.

Los rumores cuentan que, al hacerse conocido el romance, empezaron a llamar a Rosa Campuzano “la protectora”.

¿Qué pasó con ellos después de la Independencia del Perú?

A pesar del amor y la belleza de Campuzano, no fue suficiente para mantener al libertador a su lado durante mucho tiempo. Envuelto en los vaivenes de la vida política, San Martín dejó el Perú después de su encuentro con Simón Bolívar en Guayaquil. El “santo de la espada” partió hacia Argentina y no volvió a ver a su amada Rosa Campuzano, su protectora.

En 1833, Rosa Campuzano contrajo matrimonio con el comerciante prusiano Juan Weniger, propietario de dos valiosos almacenes de calzado en la calle Plateros de San Agustín. Tuvieron un hijo llamado Alejandro Weniger Campuzano, pero lamentablemente no pudo criarlo, ya que creció lejos de su madre tras la separación con el comerciante.

Tres años después de su matrimonio, en 1836, Rosa Campuzano solicitó al Estado peruano una pensión por los servicios prestados y su situación vulnerable, pero su pedido fue denegado. A los 55 años, Rosa Campuzano falleció casi en la indigencia y sus restos fueron sepultados en la iglesia de San Juan Bautista de Lima en 1851.

La literatura sobre el romance entre San Martín y Rosa Campuzano

El libro “Remedios de Escalada: El escándalo y el fuego en la vida de San Martín” de Silvia Puente fue quien difundió el rumor de que el libertador tenía una amante en Perú. Por otro lado, Ricardo Palma, en su famoso libro “Tradiciones Peruanas”, narra el romance entre Don José de San Martín y Rosa Campuzano y según el autor la notoriedad y la valoración de la guayaquileña es solo por el amorío entre ellos.

En la lucha por la independencia, contamos con la presencia de 193 mujeres que pelearon para expulsar a los españoles de nuestro territorio y en la actualidad solo se conoce el nombre de Rosa Campuzano.
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