Organizaciones internacionales al Gobierno de Boluarte: Instamos a evitar el uso ilegal y abusivo de la fuerza

Cuatro colectivos de derechos humanos se declararon preocupados por “la primera reacción de algunas autoridades” peruanas ante las próximas manifestaciones antigubernamentales

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La Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), la Fundación para el Debido Proceso (DPLF) y Human Rights Watch (HRW) difundieron este martes un comunicado conjunto para exigir al Gobierno de Dina Boluarte “proteger el derecho a la protesta” en la llamada ‘Toma de Lima’.

Las organizaciones internacionales declararon su inquietud ante “la primera reacción de algunas autoridades” al exigir permisos o registrar a las personas que ingresan a la capital, un panorama que amenaza “con el uso de la fuerza contra manifestantes y con criminalizar a quienes deseen ejercer este derecho”.

El documento señala, en rigor, que “resulta especialmente preocupante la ampliación del estado de emergencia, el gran despliegue ostensivo de fuerzas de seguridad en las calles de Lima el pasado 15 de julio, así como el establecimiento de puestos por parte de la Policía para controlar la entrada de personas de las provincias hacia Lima”.
Pronunciamiento de organismos internacionales
Pronunciamiento de organismos internacionales

Bajo la óptica de estos colectivos de derechos humanos, “el discurso oficial, así como estas medidas, parecen buscar un efecto disuasivo e incluso intimidatorio en quienes pensaban participar en las protestas”, con demandas que comprenden la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y el adelanto de elecciones.

“Instamos al Estado peruano a cumplir con los requisitos de legalidad, necesidad, proporcionalidad y temporalidad que establece el derecho internacional en relación con el uso de la fuerza y los estados de excepción para evitar que estas medidas sean utilizadas de manera ilegal, abusiva y/o desproporcionada”, sigue la misiva.

César Muñoz, director asociado de HRW en América, agregó en Twitter que la institución policial “no puede abusar de sus facultades con fines discriminatorios contra personas que viajan a Lima para participar de las protestas”.

“Valoramos las llamadas de organizadores de las marchas para que se desarrollen sin violencia. Nos unimos a su demanda por justicia por los muertos y los heridos en las manifestaciones desde diciembre de 2022″, matizó.

Boluarte señaló previamente que su administración no permitiría ninguna “amenaza a la democracia, ni al Estado de derecho” durante estas manifestaciones, que se reactivan cuatro meses después del último estallido social.

En un mensaje a la Nación, la mandataria llamó a la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y las Procuradurías de Estado a “garantizar que [las marchas] sean pacíficas” y “que no violenten el derecho ajeno”.

También señaló que las manifestaciones ocurridas entre diciembre y marzo pasado, que dejaron 49 fallecidos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, generaron “caos y crisis, con una demanda política no entendida para la gran mayoría de peruanos”.

En la misma cita, el jefe de Gabinete, Alberto Otárola, minimizó las próximas manifestaciones y pidió no entorpecer las actividades deportivas programadas para estos días. “El sábado todos queremos ver con tranquilidad el normal desarrollo del clásico Alianza Lima-Universitario, eso es lo que queremos los peruanos”, dijo.

Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas, Álex Contreras, señaló que “el costo de la conflictividad [pasada] fue” al menos 4.000 millones de soles, el “equivalente a tres ciclones Yaku”.

A la fecha, Boluarte enfrenta una investigación preliminar por presunto genocidio. La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) refirió en un informe que halló casos de “ejecuciones extrajudiciales” y subrayó que había que colocar el foco en Ayacucho, donde las denuncias de brutalidad en los choques podrían ser consideradas como una “masacre”.

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